capitulo 4. Primer encuentro

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Les pláticaba sobre todo lo nuevo que había, les contaba sobre la comida y los avances tecnológicos como los celulares, computadoras y las televisiones, ellos tan entusiasmados me seguían preguntando asta que ya no tuve más que contar.

—En realidad eso es todo —les dije sonriendo.

—¡Oh Annia! Todo en tu mundo parece ser más fácil —sonreia la Sra.

—Si Sra. Victoria, si comparamos muchas cosas de esta época con la mía, en verdad hay muchas cosas para nuestra comodidad.

—Esa es la palabra "comodidad" —resoplo, y cambiando de tema se dirigió a su marido  —amado esposo,  creo que es momento que le hablemos sobre nosotros.

—Bueno querida Annia.
Somos una familia de clase media, Victoria y yo estamos casados desde hace más de 20 años, el destino, Dios o como tu lo quieras interpretar, no nos permitió ser padres.

Yo me desempeñó como médico y al igual que Victoria, no tenemos ningún pariente, nuestros padres murieron, y los dos somos hijos únicos.

Sobre la sociedad, verás que es algo sencillo -—me sonrío —para las mujeres sólo trata del matrimonio, tu serás exitosa siempre y cuando encuentres a un buen marido y lo antes posible.

—Para las mujeres —intervino la Sra. Victoria  —Es cuestión de verse siempre arregladas, tocar bien el piano o incluso saber dibujar, en nuestro tiempo libre, usualmente solemos  bordar bombos o pintar mesitas y a diferencia de tu mundo nosotras no podemos estar en sociedad tan fácilmente.

En cuanto a la educación, en realidad no existe un sistema educativo propiamente dicho, la educación de los niños se llevaba a cabo en las escuelas dominicales, o en las familias pudientes y más educadas, a través de una institutriz y de tutores.

Por otro lado existen algunas "escuelas para damas", pero estas  gozan de mala reputación, pues la educación "real" que se recibe allí es muy deficiente.

También es muy común el mandar a los hijos varones a vivir a la casa de un tutor  —todo lo que la señora me contaba yo lo recordaba muy bien, pues en el Museo había aprendido mucho sobre la sociedad de este año.

Aún parecían algo irreal estar en este lugar.

—¿Alguna duda querida? —concluyó.

—Me quedo claro Sra.

—Mañana mismo vendrán nuestros sirvientes  —dijo George  —el día en que te encontramos por suerte les habíamos dado el día libre.

—No poseemos una gran fortuna, pero con lo que gana mi esposo, podemos darnos privilegios.

Sonreí, estaba tan agradecida con ellos, me hicieron recordar a mis padres, me entristecía tanto pensar que ya no los vería más.

—¿Porque lloras mi niña? —me consolaba Victoria

—Es sólo que, extraño a mi familia.

—Nosotros siempre deseamos tener hijos y con tu llegada aquí sentimos que Dios nos da otra oportunidad.

—Tranquila —intervino George acercándose a nosotras  —te trataremos como a una hija y aremos todo lo que este en nuestras manos para que regreses con tu familia.

El día transcurrió rápido, y cuando llegó la noche decidí subir a la que sería mi habitación, me despedí y cansada me tire en la cama quedándome dormida con todo y ropa.

A la mañana siguiente la Sra. Victoria me ayudó a cambiarme y a arreglarme el cabello.

—Tendremos que ir hoy al centro de Londres a comprarte vestidos y listones —su tono de voz era de mucha emoción.

—Pero... No tengo dinero  —la verdad no quería causar molestias.

—Te dijimos que te tratariamos como a una hija  —sonrío  —así que tu no te preocupes. Terminando de desayunar pediré el carruaje e iremos de compras.

Cuando desayunábamos la Sra. Victoria le decía a su esposo que  iríamos al centro a comprar vestidos y algunos listones.

—Me gustaría mucho acompañarte querida, pero me temo que no podré hacerlo hoy.

—¿Tienes planes para la tarde?

—Me temo que ha vuelto a enfermar la hermana de los señores Wellesley.

—Es una lastima, creí que con este nuevo método sanaría. 

—Yo también querida  —sonó triste.

Al terminar el desayuno, nos despedimos diciéndo que volveríamos para la cena y partimos.

El centro en realidad estaba hermoso, tenía angostas calles con hermosos caballos y carruajes en ellas, también había demasiadas tiendas.
Me sentía como si estuviera en una película.

Pasamos la tarde de tienda en tienda.

—Creo que es todo Anni.

—Yo también lo creeo —dije sonriendo  —pobre señor Bourgh, no se que dirá cuando vea cuanto hemos gastado.

—Será mejor no decirle —y reímos en coro.

—¡Oh señores Wellesley!  —dijo de repente la señora Bourgh.

Gire la cabeza y mire en la dirección de la Señora, fue ahí donde los vi dirigirse a nosotras.

Eran dos hombres, uno de ellos y el que parecía ser el menor tenía cabellos lisos color castaños con grandes ojos color café, era alto y de tez blanca, no parecía tener más de 21  años.

Y la otra persona que lo acompaña al igual que el tenía cabellos lisos y castaños pero este tenía ojos color verde, grandes ojos color verde que de algún modo me hipnotizaron, su tez también era blanca, pero a diferencia de la otra persona el parecía más grande pero aún así joven.

—Sra. Bourgh  —dijo el de los ojos cafés con una leve inclinación de cabeza —¿Cómo se encuentra hoy?

—Muy bien, pero tengo entendido que es lo contrario para su hermana.

—Si, razón por la que hemos venido al centro de Londres, su esposo nos recomendó venir por algunas hierbas para los tés de Lizzy y decidimos venir nosotros en persona por ellas.

—Espero de todo corazón  que pronto recupere la salud.

—Nosotros también lo esperamos —término la frase me miro con ojos de asombro.

—¡Qué despistada soy! —sonrío  —Ella es hija de mi hermana, Annia Sheridan —mintió  —se quedara a vivir con nosotros por algún tiempo.

Inclino su cabeza en forma de saludo.

—Mucho gusto mi nombre es Andre Wellesley y el es mi hermano mayor Henry —Aquel no dirigió mirada ni saludo

—Es un placer  —devolví el saludo.

—Espero que sea de su agrado el centro de Londres.

—Es muy interesante —contesté con ironía.

—Si nos disculpan tenemos que retirarnos, nos esperan con la medicina.

—Claro —contesto la Sra. Bourgh —Enviele mis más grandes deseos de recuperación a su hermana.

Y con mucha elegancia partieron.

Durante el camino de regreso a casa, no podía dejar se pensar en el encuentro con esas personas, eran muy diferentes a los chicos que conocía en mi Universidad.

Me resulto muy agradable Andre, tenía algo en su forma de hablar que hacía sentirte cómoda, a pesar de haberlo conocido hoy, pero su hermano, Henry era tan descortés incluso en mi mundo, pero tenía algo en sus ojos, algo que incluso a primera vista hizo despertar algo en mi.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora