》...《 (Tres puntos suspensivos)

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Luces, dulces, emociones. Todo eso evocaba se místico lugar.
- ¿Te interesa lo que vendo?
- ¿Qué vendes?
- Bueno… casi lo regalo…
- ¿Pero qué es?
- Amor.
- ¿Amor? Eso no funciona así. El amor no se vende. Háblame de algo que me convenga.
- A todos le conviene enamorarse –le dijo él.
- Te equivocas. El amor es una pérdida de tiempo. Pierdes más de lo que ganas en la mayoría de los casos.
- ¿Y por qué quieres experimentarlo?
- Porque no es ese tipo de amor el que quiero experimentar.
- ¿Entonces cuál es?
- La sensación de abundancia.
- ¿Quieres decir que la sensación de abundancia es mejor que la sensación de esto? –Un beso tierno, dulce, de esos que calentaban de afuera hacia adentro. Se volvió invasivo, acelerado, increíblemente delicioso. Sus labios no tenían un sabor real, sino una mezcla de todos ellos, sin dejar de ser único. En sus labios sintió el cielo, el mar, el horizonte, cayó en un paraíso y no quería escapar. Si eran las redes del amor se arriesgaría a quedarse.