Capitulo dos.

1.1K 175 45
                                    

Capítulo dos: Insoportable.

↑↑ Renna en multimedia ↑↑

Un año después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un año después.

Stockbridge, Inglaterra. 8:15 A.M. | 13 de septiembre. 

Aún recordaba mi cumpleaños pasado, aquel cumpleaños que por culpa de mis padres pasé inconsciente. Nunca se los perdoné, nunca se los perdonaría. No sabía porque había sentido tanta emoción por solo cumplir diecisiete años, pues no sentía lo mismo ahora que cumpliría dieciocho. No sentía esos revoltijos en el estómago, esas ganas renovadas, como si toda mi infancia estuviera cambiando por dentro para prepararme para florecer y dar a conocer mis propios frutos creados, era algo difícil de explicar, pues ni yo misma podía hacerlo. Pero sabía que era aunque no pudiera plasmarlo con palabras ni darle un nombre.

Desde ese estúpido y solitario cumpleaños en donde solo veía y sentía negro, he cambiado, no completamente pues solo me he vuelto más perra. Aquella Ellery que no entendía porque las personas la trataban de esa manera y la llamaban monstruo ya no estaba, oculté mi actitud estúpida fingiendo. Fingiendo que me había curado, que por un milagro aquellos comportamientos extraños habían desaparecido y ahora era una adolescente normal con un pasado algo traumatizante.

Ya no era como antes, eso estaba claro. Ahora caminaba con la cabeza bien en alto, ningún estúpido humano iba a recibir mis respetos ni me iba a intimidar de la manera boba en la que antes sucedía. Ya no escuchaba aquellos murmullos, y la gente ya no pensaba tanto en mi. Pero seguía produciendo un poco de miedo en la comunidad, y los vecinos aún tenían esa orden en mi contra.

Al menos ya no estaba completamente sola, pues había conocido a alguien. Ella no juzgaba, pero tampoco conocía a fondo mi pasado, mi yo de antes. Pero al menos sabía lo esencial; no era querida en ningún puto lugar, pero tendrían que aguantarme de todas maneras.

―Aquí estoy, ven, siéntate conmigo. ―Murmuró Renna mientras alzaba la mano y llamaba la atención de medio salón de clases, era la primera hora y ya habían varios pares de ojos en nosotras, joder.

Me acerqué con rapidez hasta ella. ―Como si fuera a sentarme con otra persona, no tenías que gritar. ―Susurré para ella, mientras le lanzaba una mirada exasperante. Renna era una morena rizada muy bonita, que de no haber sido mi juntiña, probablemente fuera muy popular en estos momentos, aunque eso no afecta que los imbéciles de nuestra escuela le pongan los ojos encima.

―Lo siento, mandona. ―Me sacó la lengua, y en ese instante, hizo su entrada el profesor. Había tomado clases con el los últimos tres años pero aún no sabía su nombre, ni tenía intenciones de saberlo. Mi vida estaba de maravilla en la ignorancia y no creo que saber su nombre vaya a cambiar algo.

Oxidus. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora