VI

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A la mañana siguiente me desperté feliz, por fin habíamos podido dormir los dos juntos sin tener la necesidad de estar alerta por si algo pasaba.

Tyler me despertó con unos achuchones y un buen polvazo matutino como tiene que ser. Después de una ducha rápida, baje a la cocina donde Tyler me esperaba con el típico delantal de Besa al cocinero y con sus calzoncillos rojos que le quedan tan apretaditos.

Podría acostumbrarme a despertarme así.-Dije cogiendo una de las tostadas del plato de Tyler y dándole un mordisco provocador.

Yo podría acostumbrarme a hacerte el desayuno, mi rey.-Dijo dándole un mordisco a la tostada que le robé.

¿Bueno y que quieres hacer hoy?-Pregunte mientras miraba en el móvil los últimos mensajes de Josh diciéndome que ayer se lo paso de miedo con Louisa.

Pues yo voy a usar las galletas que Sheila me dio.-Dijo sacando el tarro de debajo de la isla de la cocina.

Tengo una idea para ayudarte a que todo el pueblo se olvida.-Dije sacando una licuadora.

¿En qué piensas?-Dijo Tyler riéndose de mis ideas de bombero jubilado.

Si pulverizas las galletas el efecto tendrá mayor alcance, o eso creo.-Dije metiendo unas cuantas galletas en la licuadora.-Y si eso no funciona iré y se las daré de regalo.

Me parece correcto.-Dijo cogiéndome de la cadera para darme un abrazo.

Decidimos que antes de salir hacia el pueblo nos quedaríamos haciendo tiempo en casa, jugando a la play y leyendo un poco.

Como siempre, Tyler hizo trampas a la play y mientras estábamos leyendo se quedó dormido.

Allison me mandó un mensaje para preguntarme que si podía venir y enseñarnos los hechizos que aprendió.

Tyler, vístete que viene gente.-Dije intentando despertarle.

Como no se despertaba me acerque a su oído.

Guapetón, despierta, que por mucho que me guste verte en calzoncillos no quiero que nadie más te vea así.-Dije mientras le comía la oreja y le metía mi mano helada entre la camiseta.

Cuando Tyler, enfadado por no poder dormir más, se despertó y se vistió llego Allison.

Hola Tyler, hola Yago. Buenas tardes.-Dijo Allison tan educada como siempre.

Buenas tardes Allison, pasa, pasa.-Dije invitándola a entrar y ofreciéndola un vaso de agua.

¿Qué tal llevas lo de que seas bruja y todo eso?-Dije mientras calentaba un té con las manos.

Pues bastante normal, o sea, ya me han enseñado algún que otro hechizo, ya sé cómo desaparecer cosas, me han enseñado a hacer vudú... Lo básico para empezar con la brujería.-Dijo mientras se levantaba del sofá.

Y, ¿Qué tipo de hechizos sabes hacer?-Dije dejando la tetera en la encimera.

Pues sobre todo lo que mejor me salen son los de videncia y telequinesis.-Dijo mientras hacía movimientos exageradamente extraños con las manos.

Wow, ¿entonces puedes mover cualquier cosa?-Dije pensando en lanzarla la tetera para que lo cogiera.

Sí, pero no me lances la tetera que me quemo.-Dijo alejándola de mi mano.

Wow es alucinante.-Dije entrando al salón.

Tyler se había vuelto a dormir en el sofá que está al lado de la chimenea ya que se ha acostumbrado a dormir con muchísimo calor.

Allison se acercó a la puerta de la entrada y abrió la puerta dejando entrar a Josh.

Hola, Allison.-Dijo Josh extrañado ya que no le dio tiempo si quiera a llegar al felpudo de la puerta.

Hola Josh, ¿qué ha pasado exactamente?-Dijo Allison empujándolo hacia dentro.

Hemos visto a una chica que parece hacer brujería como la de Allison pero aún más oscura.-Dijo Josh haciendo aparecer un espejo donde podíamos ver a la chica.

Desperté a Tyler y fuimos a través de un portal hacia donde la muchacha estaba.

Sheila y Louisa aparecieron de una cortina de fuego y cuando ya estuvimos todos me dispuse a hablar con la chica para que se relajara.

Oyes chica, podría dejar de destrozarlo tod...-Dije antes de que me derribara con una especie de energía psíquica o algo así.

Vale, acabad con ella.-Dije tumbado a varios metros de mis compañeros.

Mientras me levantaba vi a Allison en acción, invocando unas cuerdas mágicas que parecían de oro y envolviendo a la chica que estaba levitando a varios metros de altura.

Josh optó por enterrarla en una montaña de escombros que estaba teletransportando desde la obra de unos kilómetros atrás.

De igual modo la muchacha se logró liberar tanto de las cuerdas como de los escombros.

No paraba de decir cosas que nadie entendía, ni si quiera Sheila.

Si aún tuviese ese pentagrama...-Pensé mientras corría para intentar llegar hasta ella.

Cuando la toqué sentí un dolor inmensurable, como si me arrancaran a pedazos la piel de los dedos.

Me lancé al suelo del dolor y la chica aprovecho para irse usando un bastón raro con una piedra azul incrustada.

Recuerdo su cara a la perfección, cosa que nos serviría para encontrarla e intentar acabar con ella.

Sus ojos eran verdes con alguna mancha azulada y marrón, la piel era blanca como la misma nieve y la estatura no era su punto fuerte.

Ahora tengo curiosidad por quien puede ser. Y aún más importante, ¿Qué quiere?

Instito IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora