Interrogaciones

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Un par de semanas ya habían pasado desde la trágica muerte de Aurora Di' Rose, y quién tenía la carga más pesada era la hermana mayor de la fallecida. Sobrellevar el duelo era cada vez más difícil para ella, pues quién se encargaba de la empresa y el desenlace publico del caso, era ella.

—No entiendo cómo alguien pudo  hacerle eso a mi hermana, ella no era mala con nadie, no era mala persona, tenía un corazón demasiado bueno para este mundo, nunca debí dejarla venir sola, pero no podía viajar... Me lamento cada día el no cancelar mi compromiso aquella vez... tal vez mi presencia no hubiera hecho mucho, tal vez las dos estaríamos... —trago y tomo una bocanada de aire —ni siquiera puedo decirlo, pero yo estaría con mi hermana, ¿cómo diablos se supone que continúe sin mi mejor amiga? ¿Cómo se supone que acepte que la persona que me iba a acompañar toda la vida se ha ido?, Ella era la mejor chica que alguien pudiese conocer, era mi hermanita, no se suponía que ella se fuera primero —declaró rompiéndose en llanto. Cubrió su rostro con ambas manos e inevitablemente, su pulcros guantes se ensuciaron con maquillaje, su rimel se corrió y ella escondió la cabeza.

—Diablos... Pobre Honey, no imagino cómo se siente, solo la dejó dos días... — murmura la rubia apagando el televisor. Se quitó uno de sus guantes y lo usó para abanicarse. No sabía si por la tensión en la sala o por que solo eran los bochornos de cada mes.

—Bueno, no todo era cierto, ella no era la madre Teresa. —responde con fastidio.

—¡Elizabeth! —le reprime.

—Digo la verdad, Anna. La pintan como si fuera tan Santa, pero no es cierto, no era lo que aparentaba. —reitera. Anna la miraba con desaprobación, pero a la rubia no podía importarle menos, en el fondo se alegraba de que Aurora estuviera muerta.

—¿Y tú qué sabes? —interrumpe.

—Nada relevante, Punz. Pero no hay que ser un genio para darse cuenta que hizo enojar a más de uno, y al final pues, ya sabemos cómo terminó. —se levanto del sofá y se dirigio a la puerta. Dejando a ambas chicas anonadas.

—¿A dónde vas? —interroga su hermana. Elsa se gira para mirarlas con fastidio.

—Debo ir a asegurarme que Jackson no haga algo estúpido, no está muy cuerdo desde que se enteró, y el ir a declarar no le ayuda. — responde con preocupación y fastidio, más de esta última. Que su marido esté tan distante por la difunta rubia no la hace para nada feliz.

—Espero no tenga esa actitud cuando sea su turno de declarar — comenta la pelinaranja, a lo que la rubia asintió.

—Ahora que Di'Rose está... Ya sabes — insinuo, Anna asintio para que continuara, hablar de la muerte no era nada cómodo para ninguna —. Debemos armar un nuevo plan de asociación. Aurora era nuestra unión más fuerte, necesitamos a otra empresa igual de competente —continuo la rubia.

—¿De verdad están cambiando un plan de inversiones, ahora? — interrumpe.

—Eugene, amor. Sé que Aurora era tu amiga pero, realmente no éramos cercanas ella y yo. Mi prioridad ahora es la compañía. —le mira con pena, esperando que el castaño la comprendiera, su explicación solo hizo que él se molestase.

—Vaya, es difícil negar el lazo sanguíneo que tienen con Elsa. —responde déspoto —Esperaba más apoyo de mi esposa. —murmura decepcionado, les dio la espalda y salio de la habitación.

—Sé que está muerta, y que está mal lo que voy a decir, pero Aurora nos jodió.—se quejo la rubia pasando sus manos por su cabello en señal de frustración. Anna se quito los guantes con brusquedad y los arrojo a alguna parte de la habitación. Tomo su rostro con ambas manos dándole la razón a su prima.

ṖΛŁΛCÊDonde viven las historias. Descúbrelo ahora