¿por qué espero de ti?

CINCO

Pov Daniel.

Suena el despertador indicándose que ya me tengo que parar para ir a la escuela, me levanto con pereza y enciendo mi celular, ninguna llamada de Gabriela, ningún mensaje, nada. Me dirijo al baño a bañarme, al salir me pongo el uniforme junto a una chaqueta negra, bajó al comedor donde mi hermano ya ha dejado mi desayuno puesto, me siento a desayunar.
Mi hermano a esta hora ya está en el trabajo, pero siempre me deja mi desayuno servido. Termino de comer, me cepillo los dientes y cojo mi maleta para irme caminando hasta la escuela.

A pocas cuadras del colegio ya alcanzó a ver la multitud, apenas entró a la escuela me voy directo al salón de clases sin pasar por mi casillero ni hablar con nadie, me siento en mi puesto habitual dejándole la silla del lado a Gabriela. El timbre suena y todos en la clase empiezan a entrar menos Gabriela. La clase empieza y ella no ha llegado.

-Buenos días estudiantes hoy vamos a hablar sobre el ecosistema en el que vivimos- Empieza a hablar la maestra y ni rastro de Gabrirla, hasta Abril ya esta sentada en la clase, pero ella no aparece. Tras cinco minutos escuchando a la maestra hablar alguien toca la puerta- siga estudiante- Era Gabriela.

-Buenos días maestra, que pena llegar tan tarde, tuve un inconveniente con mis hermanos- Dice Gabriela desde la puerta.

-No se preocupe estudiante, pase siéntese en algún lugar, como decía...- Solo hay dos puestos vacíos en todo el salón, uno al lado de Nicolás y el otro al lado mío, Gabriela mira por todo el salón y sus ojos me miran directamente por un segundo, luego agacha su cabeza y camina hacia el puesto que está al lado de Nicolás.
Ahí mi di cuenta que Gabriela estaba muy enojada conmigo.

Pov Gabriela.

Eran las cinco de la mañana cuando mi despertador sonó, me levanto de mi cama voy y reviso que mis hermanos sigan durmiendo, me dirijo al baño, me lavo la cara con agua fría, me quito mi pijama y me meto a la ducha.
Ya han pasado dos días desde que Daniel llegó borracho a mi casa a las once de la noche y el día de ayer no me dejó de llamar en todo el día, tuve que apagar mi celular para no recibir más llamadas, se me hizo hasta raro que no hubiera venido porque no le había contestado, igual no le hubiera abierto. Con ese pensamiento salgo de la ducha y me peino el cabello, cojo mi ropa y voy a mi cuarto a vestirme, ya lista me dirijo al cuarto de mis hermanos, les abro las cortinas y los despierto.

-Chicos hora de bañarse, mientras uno se baña el otro tiende las camas- le digo, para luego ir a tender mi cama y organizar un poco mi cuarto antes de bajar a hacer el desayuno.

Escucho como Connor se termine de bañar y empieza Dylan, son los seis y media, el desayuno ya estaba casi listo, eran huevos revueltos con tostadas. Termino de hacer el desayuno y Connor baja las escaleras y se sienta a desayunar.

-¿Como dormiste?- Le pregunto sentándo me en la mesa junto a él.

-Bien, dormí como un bebé- Me dice mientras se come la tostada.

-¿Será porqué eres uno?- Le pregunto riéndome.

-Yo no soy un bebé- Me responde haciendo un puchero.
A las siete escucho como Dylan baja las escaleras corriendo.

-¡Hermana!- Viene Gritando hacia mi.

-¿Qué pasó?- Venia con su camiseta blanca llena de pintura roja- ¿Qué le pasó a tu camisa?

-Es que ayer con Connor estábamos pintando y dejamos la pintura ahí en el piso y supongo que por la noche la camisa de cayó y se mancho- Me explica lo que ocurrió con su camisa.

-¿Donde está tu otra camisa?- Le pregunto cogiendo la camisa y metiendo la en remojo.

-No tengo- Me responde rascándose la nuca.