"Escondidos"

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Habían pasado dos días de aquel curioso y excitante encuentro, Yibo se encontraba sentado en la piscina de su hogar, durante aquellos dos días la gran sonrisa de sus labios nunca se borro, llamando la atención de las personas cercanas a el, su actitud risueña provocaba la curiosidad de los demás, pero si en realidad supieran la razón de dicha actitud terminarían infartados y de paso reprendiéndolo, mientras balanceaba sus pies en el agua y rememoraba una y otra vez aquella noche el sonido del móvil lo saco de su mundo.

- ¡Hola!...¿Interrumpo?

- ¿interrumpir?...- Yibo sonrió ampliamente.- Justo ahora estaba durmiendo pacíficamente en tu corazón...

- Las uvas están verdes...los plátanos parecen oro...- Xiao Zhan sonreía ampliamente.- Zhan le pertenece a Yibo y todo el mundo lo dirá...niño...desde hace dos días me has enviado 48 estúpidos mensajes...¿Donde diablos estas?

- Después que nos vimos solo he estado volando...- Yibo se dejo caer de espaldas.

- ¿Si quiera has dormido?...- Zhan sonrió.

- ¡Vaya!...te preocupas por mi como si ya fueras mi esposo...

- Deseo verte...

- Mi padre esta fuera de la ciudad por lo que no me puedo ir muy lejos...¿Vendrías a la pista de carreras?

- Volare hacia ti como un ave...espero que no sea en vano...dejare que mi padre me asesine...por ti voy a soportar todo tipo de dolor...

- ¡Cariño!...no creo que los Xiao se atrevan a aventurarse en el carril enemigo...

- ¡Oye!...- Zhan frunció el ceño.- No me desafíes o apretare el gatillo...

- ¡Adelante!...- Yibo sonrió mientras se mordía el labio.- ¡Tira de el!

De nuevo aquel cosquilleo se instalaba en el estomago de Zhan mientras este cortaba la llamada, por primera vez experimentaba dicha sensación y para el era grandiosa, escuchar la voz de aquel chico, aquellas palabras descaradas y cargadas de tensión le fascinaban, desde aquel encuentro nunca dejo de pensar en aquel hermoso rostro y en los besos que provocaron que su piel se erizaba, parecía una locura, pero podía apostar que estaba enamorado, había caído por completo a los pies de aquel impetuoso chico.

Yibo llegaba como todas las tardes a la pista de carreras, su padre había dejado la ciudad y las ordenes estrictas eran que tuvieran a su hijo mas pequeño vigilado para que no cometiera ninguna imprudencia, por lo que el menor de los Wang estaba acompañado en todo momento de sus escoltas, lo seguían a todos lados, la pista de carrera era el único lugar fuera del alcance de aquellos escoltas, Yibo les había prohibido que perturbaran su único momento de paz, a pesar de ser el menor y de tener una actitud despreocupada cuando era necesario se hacia escuchar y respetar, en realidad Yibo y XiChen tenían eso en común, eran personas tranquilas pero por dentro llevaban una fiera dormida.

Yibo caminaba por los pasillos para dirigirse a su estación, ese día se sentia irritado, el asedio de sus escoltas era insoportable y la idea de que aquel encuentro tan deseado no se produjera lo irritaba mas, Yibo sabia muy bien que aunque Zhan quería no podía arriesgarse a pisar el lado Este, sobre todo era mas que imposible que llegara hasta la pista cuando ni siquiera sabia donde se encontraba, mucho menos con aquel contingente de escoltas que lo acompañaban y esperaban afuera de la pista, mientras caminaba a su destino sintió como su hombro fue golpeado accidentalmente por alguien que pasaba a su lado, hizo una ligera reverencia en señal de disculpa pero cuando levanto la mirada casi queda petrificado.

"Wang-Xiao" Amor y Sangre (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora