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Rastros de polvo eran arrastrados por la fría brisa en el subsuelo. La mayoría de monstruos lo sabían, pues, la heroína local informó a todos los ciudadanos de todas las zonas que una chiquilla con tendencias genocidas había pisado el suelo de sus tierras. Todos explotaron en caos sin embargo, Undyne no tardó un segundo más y ordenó que evacuaran a Hotland, el más área segura.
—Tendrás que detenerla antes, Sans— suavizó su tono al hablar con ese esqueleto de aspecto gracioso más sin embargo; su semblante ahora lucía más desolado que de costumbre. —No pude decirles que esa mocosa genocida era Chara. Sólo no pude... Me duele su traición, tanto, pero... —mordió su labio inferior, experimentando un ácido sabor en la lengua.
—. . . comprendo.
— ¿Ya hablaste con Papyrus?
—sí, ésta vez no interferirá. se ha ido con alphys para evitar, eh, ya sabes. perder la cabeza –sonrió forzadamente.
—No hace falta que hagas esto, Sans. Si quieres yo...— la interrumpió.
—es algo que yo debo hacer, undyne. pero gracias, solo... si no regreso, dile el plan a asgore y cuida a mi hermano.
—. . . Está bien.[ . . . ]
—quién lo diría... —observaba el techo iluminado por decenas de piedras luminosas. —que mi novia.. la humana a la que más he amado en mi vida, terminara olvidando la promesa más valiosa que hemos hecho juntos –soltó un suspiro cansado—, vas a arder en el infierno, chara.