Dónde la única razón por la cual Chara le habla a Sans, es el insomio.
En el manto oscuro proclamado cielo, astros parpadeaban en sintonía. Las esponjosas nubes recorrían su camino con pereza, hojas cafés se desvanecían en la fresca brisa nocturna. La calles solitarias con olor a petricor deleitó las fosas nasales de una jovencita de no más de diecisiete años que paseaba en paz. Tenía cabello castaño hasta los hombros, abrigo magenta, pantalón oscuro junto con unos botines de tono nuez. Una perfecta vestimenta para un clima como ese. Pero, ¿qué hacía una muchacha como ella a tales horas recorriendo las calles solitarias y sombrías del Pueblo-Hogar? (Sí, así se llama. ¡Culpen a Asgore por eso!) Bueno, una razón algo imprudente. Insensata, sin justificación o excusa (para ella). Había quedado con uno de sus amigos montruos para distraerse. El insomnio cada vez empeoraba más y más.
- ¿Cuánto tardará...? - Su pie se movía de un lado a otro en señal de impaciencia. Odiaba con todo su ser la impuntualidad. "Si yo me esmero en arreglarme rápido y apresurarme para llegar, ellos deben de hacerlo igual. ¿No?" Pobre criatura. No todo es mutuo en el mundo. Pero, ¿qué se podría hacer? La oji-rubí mantenía cierto aire de inocencia en ella. Desde que permaneció más de dos o más decadas muerta, se había perdido lo más destacable de ese tiempo. Aparte de vivir en las sombras, no interactuar con nadie, permanecer en silencio por mucho tiempo hace que uno pierda lo característica de congeniar con otra persona o mínimo tratar de comprender. Qué va. Mejor enfoquemos nuestra atención en nuestra protagonista quién por su semblante se deducía que no aguantaría más un segundo ahí. Pero abandonó la idea al ser cegada por una estela brillante la cuál ya sabía quién era su portador.
- llegué. lo siento, papyrus no me dejo de molestar hasta que termine de leer su cuento.
¡Era él! Su compañero insomne, con el que trasnochaba hasta que el sol se asomara por el horizante, hasta que los pájaros soltaban su dulce cantar, hasta que.... Okey, ya basta. En fin. Ambos se miraron, él la miró, ella lo miró. Y soltaron un suspiro, y con tan solo esa acción sabían que esa noche sería larga. Muy, muy larga.
(. . .)
- explotó la casa - Las hiperactivas manos de ese esqueleto acompañaban a su extraño e interesante relato como si fueran un complemento. - alphys sólo miró como undyne se deshacía entre carcajadas... y yo, pues ya te imaginas.
- ¿En el suelo convulsionado?
- eeeexacto - le dio un sorbo a la bebida energética que había comprado con anticipación. También trajó una para la muchacha pero ésta se negó diciendo que eso empeoraría su estado. - ¿tú qué hiciste?
- Las pruebas finales de el semestre, la universidad me está acabando. Pensé que sería diferente... - dijo en un hilo de voz. - Arquitectura es difícil, por las anécdotas que contaba Lily sonaba tan simple pero ya que estás sentado en un banco y escuchas a tu profesora de diseño arquitectónico amenazarte con reprobar el semestre a aquel que no entregue tarea antes de la fecha limite, sabes que tu vida está acabada.
- pero es algo que deseabas desde que eras niña, no puedes abandonar tu sueño sólo por pequeñas piedras en el camino. recuerdo cómo te brillaban los ojos cuándo me hablabas de construir edificios y esas cosas...
- Ya no sé que quiero, Sans. Todo es confuso... y doloroso. Estoy pasando por la etapa de divorcio de mis padres, la de ¿qué hare con mi vida?, ¿tendré un trabajo? - Iba a continuar sin embargo la esquelética mano de su amigo la calló.
- escúchate, negando tus deseos como una chiquilla tonta en vez de buscar una solución. chara, eres una chica determinada, paciente y feroz en cuestión de educación y trabajo. ¿desde cuándo eres tan pesimista? no eres la chara que conozco.
- ... - Las palabras de ese comediante pasmaron su flaco cuerpo. ¿Era capaz de decir tal cosa? Ella es la que debería estar confusa por cierta actitud en su compañero de noche. - Estoy... wow... - habló después de unos minutos de miradas y respiraciones calmadas. ¿Quién pensaría que Sans le halagara? Nadie que lo conociera. - ¿Enserio piensas eso de mí? - Sentía hervir sus mejillas por la pena.
- sí, - tomó las cálidas manos de la jovencita a la par que observó sus hermosos ojos achocolatados. Quedó ensismado con el brillo que desprendía. - yo... - el timbre de su teléfono cortó sus palabras. Era Papyrus. - regreso en un min, no te preocupes, paps.
- ¿Te regañó?
- sí. bueno... fue una agradable charla, ¿no? - aún sostenía sus manos pues el contacto era agradable, le provocaba cosquillas.
- Una de las mejores. Gracias, Sans... hiciste que me calmara. Y lo más importante; me escuchaste.
- siempre lo hago. desde que eras una niña te escuché.
- Y yo jamás aparte la mirada de ti.
[ . . . ]
Desde un día después de aquella noche, aquellos dos no volvieron a recurrirse. Sans había conseguido un trabajo afuera de la ciudad y Chara le apoyó diciendo que lo estaría esperando. Cada noche hacían videollamada para hablar acerca de su día, como les iba y como siempre... el sueño jamás se presentaba. Para ellos hablar horas y horas no cansaba, podían durar un día entero si se les permitiese. Eran felices.
"- ¿sigues con insomnio?
- No, ésta vez me mantengo despierta para estar contigo.
- . . . digo lo mismo. "
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El especial es corto pero en mi opinión está aceptable, no da tanto asco.
p.d debo quitar esa mala costumbre de actualizar en la madrugada.