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El eco de los ataques resonaban en las paredes, ambos estaban en su limite pero ninguno quería abandonar la batalla tan rápido.
El esqueleto jadeaba con varias gotas de sudor recorriendo sus huesos, la humana con varias heridas en su pequeña anatomía y el corazón a mil por hora, ambos se mantenían aún de pie, sin mostrar señal alguna de sentimientos en el combate. Hasta que...
—por qué... — hablaba entre suspiros —¿por qué lo hiciste?— Chara se mantenía en silencio empero un grito de Sans la hizo tensarse. —lo prometiste. me lo.. prometiste.— Lágrimas gruesas brotaban de sus cuencas oscuras, cada gota que era expulsada, cada sollozo que salía de su boca, cada vez... era más difícil.
—Terminemos con esto.
—¡no! yo no quiero... tengo tanto miedo, chara.
—Terminemos con esto, Sans.
—... yo...— un ataque interrumpió su habla, agradecía tener buenos reflejos en esos momentos. —¡ya basta, chara!
—¡Cállate, cállate, cállate! Tú no sabes nada. El gran dolor que he estado pasando desde que nací, ¡mi vida siempre ha sido un caos! Sólo.. Quiero distraerme del insoportable dolor que tengo aquí –golpeó con desespero su pecho importándole un bledo si se lastimaba—. Jamás lo entenderías...
— . . . — limpió sus lágrimas, — te entiendo, chara. y por eso, te salvare de tu miseria.
—¿Qu–?— El cuerpo de la humana fue atravesado por decenas de huesos. Sans se teletransportó para sostener su cuerpo. —Sans...
—lo siento por haberme dado cuenta hasta ahora. debí haberlo notado desde el principio.
Chara, con sus último aliento dijo..
—Hiciste lo correcto, Sans.
—hasta luego... niña.
El cuerpo de la humana desapareció dejando una estela dorada ornamentando el lugar.
—si realmente hice lo correcto, entonces no regresarás, chara.
