—Sans.
—¿qué?
—¿Te comiste mi hamburguesa?— El esqueleto desvió su mirada de lo que estaba mirando para centrarse en la chica con mejillas rojas.
— ... eh, no. ¿a qué viene tal pregunta?— Rascó su cráneo con algo de incomodidad por la intensa mirada de la contraria.
—Si me dices la verdad, no me voy a enojar— y no le creyó. Porqué la última vez Chara le había dicho lo mismo, no pudo volver a sentarse en una semana completa. O sea wey, todas las madres dicen eso y te terminan partiéndote la cola. Pf.
—te digo la verdad, chara. no me la he comido.
—Ti digi li virdid, Chiri. Ni mi li hi cimidi— repitió lo mismo pero agregándole un tono infantil. —Deja de mentirme. Yo sé que te comiste mi hamburguesa, como lo hiciste con mis patatas fritas de antier. Al principio lo negaste como cien veces hasta que te insistí y ¡confesaste tu crimen! ¡Perro desgraciado! ¡Roba comida, despreciable!
—chara, watajec. cálmate, no hay necesi—.
—Calla, cagada. ¿¡Dónde está mi hamburguesa quesosa, con su lechuga fresca, tomate perfectamente cortado, carne jugosa, mayonesa y mostaza bien repartida y cebolla deleitante?!— Exclamó con notorio enojo. "¿Acaso ya le vino la regla y por eso está de perra histérica?" Se preguntó Sans con la mano en el mentón.
—pues no lo sé, mi ciela— inserte meme de kirby con pestañas falsas, exageradamente maquillado y uñas demasiado largas.
—No estoy jugando, Sans.
—ni yo. de seguro te la comiste en la noche y ni te acuerdas, vieja loca.Y justo cuándo iba a abrir la boca, Toby, el perro blanco, apareció con la hamburguesa de Chara en su hocico. El ambiente se tornó tenso, el esqueleto juraría que incluso podía escuchar los latidos de aquella humana junto con los de el canino. Estos dos no despegaban la mirada de el uno del otro, parecía que estaban en un concurso de miradas y aquel que pestañase, perdería.
—Qué chuchaaaa, MI GENTEEEEEEEE— el silencio se quebró cuando una pez azulada entró de golpe. Cosa que aprovechó el perro para salir corriendo de ahí a toda prisa. Chara lo notó y lo persiguió con su cuchillo en mano.
—VENÍ ACÁ, PERRO QLIAO. QUE TE DESTROZO, EEEEH.
—Eh, ¿qué sucede?— La pregunta de Undyne hizo que Sans soltará un suspiro.
—nada, y por cierto, ya vengo. tengo que ir por esa niña antes de que cometa una estupidez. hasta la procsimaaaaaaa— se escuchó de fondo una canción dubstep.