| Tamaki Amajiki x Lectora |
Era un día normal como cualquier otro, ______ pasaba el día con su hermana, y Tamaki junto con Mirio, ellos simplemente no se conocían.
Hasta que una noche, sus sueños se conectaron, hablando mediante sus sueños, comenza...
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—Tuve un sueño muy extraño —comento un joven azabache.
—¿Y de que se trataba? —pregunto su amigo rubio—, ¡Cuenta más Tamaki!
—S-Soñé con un lugar, tenía muchas flores y un árbol de cerezo —explico el chico llamado Tamaki—, T-También había una chica..._________.
—¡Oh! —se emociono su amigo—, ¿Así que una chica? ¿Cómo era eh?
—¡N-No es eso Mirio! —se avergonzó el chico de orejas puntiagudas—, Ella tenía el cabello negro, pero dijo que en realidad se lo tiñó de azul, y sus ojos, dios mío sus ojos, tenia uno rojo y otro negro, creí que...iba a perderme en ellos.
—Oye, Tamaki, tierra llamando a Tamaki —dijo Mirio tratando de llamar su atención, pero el aún se encontraba describiendo a la chica.
—Oh su tenue sonrisa, es tan hermosa, y cuando el viento soplo alborotando su cabello mi pecho parecía explotar y también cuando-
—TAMAKI DEJA DE ILUSIONARTE CON ESA CHICA —grito el rubio sacando del trance a su amigo—, Estás completamente enamorado, ¿No que no se conocían?
—¡No lo sé Mirio! —exclamo el joven tímido, mientras sostenía su cabeza entre sus manos—, Desde que me levanté no puedo sacarla de mi mente, ya no se que hacer para sacarla de ahí.
—Amigo mío, ¡Eso es amor! —se emociono el de ojos celestes—, ¿Qué te parece si vamos a comer unos Takoyakis mientras me hablas de tu enamorada eh?
—C-Claro —tartamudeo el contrario, mientras sus mejillas se tornaban de un ligero carmín, pensando en lo genial que seria en conocer a la chica de sus sueños.
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—T-Te salieron muy ricos —hablo Tamaki mientras comía la comida hecha por su amigo.
—¡Lo sé! —exclamo con emoción—, ¡Puse sangre sudor y lágrimas en el!, b-bueno no tan literal, solo digamos que le puse mucho amor.
—Gracias.
—¡Oye! ¿Qué te parece si llamamos a Nejire para poder ir a su casa? —pregunto Mirio, mientras tomaba su celular y marcaba a la peliceleste.
—¡Hola chicos! —exclamo emocionada la chica, mientras su amigo entusiasta también la saludaba.
—Estábamos hablando con Tamaki sobre ir a tu casa, ¿Qué opinas? —cuestiono Mirio, mientras la contraria asentía rápidamente con emoción.
