Shadow. (Harry Styles)

Uno.

Una voz rebotaba en mi mente. De repente, salí de mis interminables pensamientos. 

Ginna, ¿Se puede saber en qué pensabas?- Mi madre preguntó mostrándose interesante.

Ohh...  Tengo miedo.-Respondí con un hilo de voz, mirando hacia el suelo del bus.

Pequeña, solo vas a la universidad, te haces mayor, tienes 19 años ya, no deberías sentir miedo, deberías estar orgullosa, orgullosa de tí.- Me dio un beso en la frente. ¿Recuerdas de pequeña cuando jugabas a ser universitaria?-Sonreí ante su pregunta. 

El bus paró.

Su parada señora.- Dijo el conductor.

Bajamos, del bus, mis padres y mi mejor amiga Ash, me ayudaron a cojer el equipaje. Alzamos la mirada...

"UNIVERSITY OF LEEDS"

Mi piernas temblaron, y mi estómago se revolvió, tragué saliba.

Una mujer nos esperaba en la puerta, y saludó a mis padres.

¡Hola! Tu debes ser Ginna si no me equivoco. 

Sí...-Pronuncié como pude.

¡Encantada Ginna! Yo me llamo Kelly, tus padres y yo ya nos conocemos. Por lo visto esta mujer es amiga de mis padres no me habían comentado nada...

¡Yo soy Ashley, la amiga de Ginna!- Soltó lanzada.

Encantada, Ashley. ¿También vienes a estudiar a esta universidad?

No, solo vengo a acompañar a Ginn, ¿Qué clase de amiga sería si no la acompañara?. Ella tan atrevida como siempre.

Solté unas risas.

Bueno, Ginna, yo voy a estar en esta universidad cada dia, es la sala dos, por si me necesitas, soy la orientadora de esta universidad. Ahora os la voy a enseñar, es muy grande, y para mañana, ya que empiezas tus clases, sabrás donde está tu aula. Toma tu horario.- Extendió su mano y me entregó una hoja con letras raras, ¿Quién entendería eso? Hablaba muy lijera.

Pasó la mañana, y también pasó la visita , tras tres agotadoras horas. Decidimos comer en un bar, no muy lejos de la UNI, estaban hambrientos, menos yo, como siempre, solo comí tres trozos de filete, estaba nerviosa por ver mi apartamento. Mi amiga se pidió tres raciones de costillas, no cambia, comía ansiósamente. Tomé un papel del servilletero, alzé mi brazo, y le entregé el papel riendo por abajo, ella y sus modales. Todos habíamos acabado de comer, menos ella, me encantaba su manera de ser.

Cuando pagamos, fuimos directos a ver mi nuevo apartamento, suena raro, un apartamento para mí sola. Cojí la llabe del bolsillo, habrí, entré y divisé mi nuevo hogar. Era normal, más bien pequeñito, pero acojedor. Tenía un baño, un dormitorio con un escritorio, un pequeño lavadero, y un salón con tele y sofá. La cocina estaba en el salón con sus electrodomésticos, una barra, y unos banquitos modernos, me encantaba. Mis vistas eran hacia un bosque, a unos pasos del apartamento, había un Starbucks.

Allí pasamos toda la tarde, charlando, hasta que llegó el terrible momento, al que más temía, la despedida. Eran las 10 de la noche, e iban a perder el bus, así que se despidieron, y me quedé sola en mi nuevo hogar, probé la ducha, me puse el pijama, y me dormí intranquila, pensando que en cuanto me despertara, tendría que ir clases.