7-Recuerdos

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Cuando Harry llegó a la mansión no entró por la puerta principal, porque Lily seguramente vería a su enorme regalo, así que tiró de la cuerda del potro hasta la parte de atrás, donde había una puerta mas pequeña cubierta de enredaderas.

Al principio, el equino se negó a entrar pero el hombre lanzó una zanahoria dentro del jardín trasero y el animal fue a por ella de inmediato.

El jardín trasero no era tan bonito como el delantero: No tenía flores ni plantas vistosas, solo hierba y algunos arbustos. Detrás de la casa había un cobertizo que parecía muy pequeño, pero que por dentro era tan grande como la sala común de Gryffindor. Tenía unas cuantas escobas apoyadas en la pared del fondo y material para su cuidado, pero nada más.

Harry dejó en una esquina del cobertizo la escoba envuelta en papel marrón. Después cogió la caja agujereada con la planta de Albus y la alejó de él antes de abrirla en un rincón roto del cobertizo, donde entraba la luz. Cuando lo hizo, la flor intentó morderle por haberla encerrado, pero el hombre fue más rápido y se apartó.

El moreno cogió al crup y lo dejó en el suelo, este le lamió la mano. Harry sonrió y sacó una pequeña bolsa con pienso suficiente para esa noche y se lo dejó en el suelo.

El animal lo olisqueó y, tras comprobar que era el mismo pienso que le daban en la tienda y que Harry no trataba de envenenarlo, comió un poco.

El hombre miró al potro, que estaba observando tranquilamente en el jardín, y salió del cobertizo.

Lo agarró del cordel que lo tenía atado por el hocico y lo metió dentro sin mucho esfuerzo.

Me dejó unas zanahorias y le dió unas caricias, para luego salir del lugar.

Todos los regalos estaban listos, y esperaba que le encantaran a sus hijos y, sobretodo, que Draco y Astoria no pusieran muchas pegas por los animales. Esa tarde hablaría con ellos sobre eso.

....

-¿¡Que tú has traído un que?!

-Shhh! Baja la voz, que no quiero que se enteren los niños.

Draco se llevó dos dedos al puente de la nariz y cerró los ojos con fuerza.

-A ver si me entero, Harry, ¿has traído un caballo volador a esta casa y lo has metido en el cobertizo, sin decirme nada?

El aludido se rascó la nuca, mirando el suelo.

-Este....sí....

El rubio abrió los ojos y llevó la mano de su nariz a su cadera.

-¿Supone...supone un problema?

Después de unos segundos en los que Draco estuvo en silencio, finalmente respondió.

-No, pero mis elfos no van a cuidarlo, que me pedirán un aumento.

Harry sonrió y le besó la mejilla a su novio.

-Eres el mejor.

-Lo sé. Eso y que aún recuerdo lo de esta mañana.

Ambos rieron.

-Te quiero, Draqui.

El rubio sonrió, negando con la cabeza.

-Merlín, ¿aún te acuerdas de eso?

-¿Como olvidarlo?

-Tsk. Yo también te quiero, Potty.

Se acercó al ojiverde y lo besó suavemente, pasando la mano por detrás de su cuello y atrayéndolo hacia él.

La familia Potter-MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora