Mirar al pelirrojo deslizarse bajo el agua era simplemente impresionante, verlo salir con las gotas deslizándose por todo su cuerpo y goteando de su cabello era algo majestuoso, él sabía que yo lo miraba aún más que antes y que no solo me dedicaría a anotar lo que mi padre requería, también sabía que la forma en que lo miraba ya no tenía las mismas intenciones lo, sobretodo ahora que nuestra brecha había pasado de cinco a casi veinte centímetros, pero todavía era muy pronto para hacérselo entender o realizar alguna jugada.
Aunque podía mantenerme ocupada pensando en el pelirrojo habían situaciones que no podía ignorar, sobretodo el aniversario de la muerte de mi madre, era el segundo y dolía tanto como el primer día o el primer mes... Sentir la brisa fresca de las noches en Australia me recordaba a cuando caminabamos a la escuela primaria mientras era demasiado temprano, contenía las lágrimas pese a que era muy complicado y me dirigí a la piscina, sabía perfectamente como entrar por las noches ya que con mi padre lo había hecho un par de veces, y hoy lo había dejado para mi sola, era un momento que quería pasar en exclusividad
Solo yo y su recuerdo.
Caminar al rededor de la piscina únicamente con la luz de emergencia alumbrando el agua que parecía infinita me producía una paz en medio de toda lo abrumador, todos los recuerdos de mamá venían a mi mente como una tormenta mientras dejaba mis pies mecerse bajo el agua cristalina. El agua de los peces que ganamos en la feria, solo nosotros tres y mamá observando y bromeando sobre los peces; o cuando todos acabábamos mojados tras bañar a los gatos (que aún viven con nosotros); O nadar desde mi padre hasta ella cuando estábamos aprendiendo.
— Mierrrda —De pronto sentí tanta tristeza que patee el agua con ira
Lloré hasta que mis pies se secaron en las gradas, me encontraba tan furiosa por no poder tenerla con vida que volví a observar el agua con desdén en cuclillas, fue ahí cuando él apareció.
— Yo lo recordé hoy —Se paró detrás de mí
— No veas mi cara —Chasqueé la lengua y me giré ocultando mi rostro hinchado
— Nunca deja de ser difícil, pero debes ser fuerte, ella sabe que puedes con esto —Me sacudió el cabello
— Recuerdo cuando esto fue al revés —Dije dando un último sollozo, ya había recuperado la compostura— ¿Qué haces tu, Rin?
— Tengo algo por cumplir, y voy a triunfar en ello —Asintió orgulloso— No dejes de soñar, Yuna. Se que tienes algo guardado
"No solo tu madre sabe lo lejos que puedes llegar"
No fui capaz de contestarle de inmediato.
— Gracias, Rin —Lo miré recomponiendome
El se acercó un poco más a la alberca.
— Siempre he notado como miras el agua, con curiosidad. Si siempre estás cerca tal vez deberías estar dentro —Comenzó a quitarse los zapatos
— No te atreverías —Lo amenacé, pero sabía que había cierto brillo en mis ojos que confiaba en que si
De inmediato me alejé del lugar y lo observe quitarse la camiseta rápidamente, sentía una mezcla de vacío emocional por haber llorado dos horas siendo sobrepasado por las ganas de babear con los abdominales de Rin.
— Tienes que venir, y quizás te deje ganar la carrera —Reí levemente
— Que pierdas una vez frente a alguien que no sea Nanase sería un milagro —Su rostro cambió, quizás me había pasado un poco
— No hablamos de eso. Ven, apresurate antes de que no te tenga piedad —Me encogí de hombros y reconocí que no tenía nada que perder, él se lanzó a la alberca