Capitulo XVIII

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Cepillaba la cabellera de Luna, esta sin duda era igual a la de su padre. Le hice dos moños a los costados y de paso le puse un pinche de perlas en uno de los lados.

- Luna.

- ¿Si, mamá?

- Nena, ¿Tú no te acuerdas de cuando estábamos con tu papito juntos? - Ella peinaba a su muñeca como yo lo había hecho con ella.

- No, no me acuerdo de los momentos que estuvimos juntos, pero si recuerdo tu cara y por eso te reconocí, eso es gracias a la fotos que mi papá me mostró de ti.

- ¿Y dónde están esas fotos? - Pregunté disimulando mi interés - Podríamos verlas juntas, ¿No te gusta la idea?

- Las tiene mi papá en su mesita de noche - ella estaba concentrada en su muñeca - ¿Me quedó bien? - Me mostró el resultado de su arte.

- Está precioso - ella sonrió - ¿Qué quieres hacer ahora?

- Me gustaría comer helado - Habló con ilusión - ¿Vamos a comer helado?

- Porque no vas tú y le dices a tu Nana que te prepare un gran pote de helado de chocolate y Vainilla - Ella asintió y sin soltar su muñeca salió emocionada.

Yo esperé a que se fuera, cerré la puerta y en silencio me dirigí a los cajones de su mueble. Comencé a revisar ya que necesitaba algo que me hiciera recordar mi vida pasada.

- ¿Y esto? - En el segundo cajón había un pequeño cuaderno - No, Valentina. No puedes hacerlo - Me detuve antes de abrirlo - Es el diario de tu hija, no puedes invadir su privacidad.

Estaba muy indecisa, tal vez el diario de Luna me haga recordar cosas que viví con ella o tal vez no, no sabía bien que hacer.

- No, no puedo hacerlo - Iba a guardar su diario cuando algo cayó de el.

¿Una fotografía?

Me agache y la levanté del suelo, le di vuelta para ver la imagen y retrocedi por instinto hasta toparme con la cama donde tomé asiento.

Mis ojos se llenaron de lagrimas, dejé el diario a un lado y cubrí mi boca con mi mano para no dejar escapar ningún sollozo.

- Mi niña linda... - Logré decir en voz baja.

En la fotografía estaba Luna con apenas unos meses de nacida, pues estaba muy pequeñita, y yo la cargaba.

Esperen.

¿Era yo? ¿La de la foto era yo?

- No puede ser... - me observé bien, era imposible.

¡Pero si estaba muy joven!

- ¡Mamá! - Escuché a Luna, me apresure y puse la foto dentro del cuaderno para luego ponerlo en su lugar.

Mi hija entró después y corrió a mis brazos, yo sin dudarlo la levanté del suelo, era tan ligera como una pluma.

Eso me preocupó... ¿Estaba comiendo bien?

- Fui a ver a mi papá ya que no encontré a Nana, pero él estaba dormido - Hizo un puchero - ¿Ahora qué haremos?

- Sabes, yo también quiero helado, ¿Te gustaría probar los que yo hago? - Ella asintió.

Los primeros días que pasé con Luna fueron un verdadero sueño, la conocí mejor y cada segundo que pasaba a su lado hacía que me fuera imposible imaginar una vida sin ella. Supe de sus gustos, de sus metas, de "Sus secretos de mujer" como llamaba, y yo también compartí mi vida con ella.

Dormía con mi hija, despertaba a su lado y la llenaba de besos, sentía que me moriría de verdad si no la tenía entre mis brazos.

Y eso cada vez me frustraba más, me lastimaba, me hacía sentir muy mal ya que era incapaz de recordarla.

Cada vez que trataba de hacerlo mi cabeza sufría un intenso dolor y me mareaba.

¡¿Por qué no podía hacer memoria?!

- Te estaba llamando como loco porque tenía sed - Aquella voz interrumpió mis pensamientos - ¿Qué ocurre? ¿Luna ya se durmió?

- ¿Dijiste algo? - Dejé de observar a mi hija - ¿No deberías estar acostado?

- Tenía sed y gracias a ti me tuve que instalar yo solo en esta jodida silla de ruedas para pedirle a una criada que me traiga un poco de agua.

- No tengo tiempo para tus reproches - Bufe - Necesito estar sola.

- ¿Para?

- ¡No tengo por qué darte explicaciones!

- ¿Qué te ocurre? ¿Por qué estás tan agresiva conmigo?

- Solo quiero estar sola, hay cosas que me tienen frustrada y tú solo me desconcentras - No quería verlo, pero en cuanto su mano se puso en mi hombro me levanté para apartarlo.

- Si me preguntaras tal vez podría serte de gran ayuda.

- No necesito tu ayuda.

- ¿Segura? - Me dejó pensante.

- Segura.

- Entonces no te molesto más - Apretó un botón en su silla y esta se movió por si sola para salirse del cuarto de Luna.

Vaya que la tecnología hacía maravillas.

Me quedé un poco más con Luna, su olor me gustaba mucho, pero a veces llegaba a llorar y eso era raro.

~Resulta que la madre tenía secuestrada a la nieta, Dragneel cuando lo descubrió la demandó y ahora la señora cumple una pena de diez años en la cárcel ~

Eso me perturbó, ¿Será verdad?

Observé a Luna, dormía como un angelito pese a que cada día estaba más grande.

- Necesito respuestas - Susurre - necesito respuestas ahora.

Salí de las sábanas con cuidado y me encargué de cubrir bien a mi hija. Apagué la luz y fui rumbo a la habitación de su padre. En silencio ingresé, él ya estaba dormido, se dormía muy rápido sorprendentemente. Con cuidado me acerqué a la mesita de noche y traté de abrir el primer cajón, pero estaba cerrada con llave.

Miré a todos lados, ¿Dónde pudo esconder él una llave tan diminuta?

- ¿Necesitas ayuda? - Sentí temor cuando esa voz se hizo presente.

Maldiciendo mi vida me comencé a girar para mirar la puerta. Ahí estaba su hermana, "Wendy" si no me equivoco, ella comenzó a acercarse y para mi asombro dirigió sus manos a mi rostro.

Eso me dejó perpleja, pues ella no estuvo presente esta semana en la mansión ya que se fue de viaje con su hijo Arda de aproximadamente cinco años, así que no habíamos intercambiado palabras desde aquel día donde mandó a secuestrarme.

Era raro porque ahora parecía verme con cariño.

- Muchas veces me culpe a mi misma porque no haberte cuidado como la hermana mayor que me considerabas... - Había dolor en su voz - L-lucy... mi hermanita... - Me abrazó con necesidad - Cuanto lamento haber formado parte de tu sufrimiento...

Por alguna razón no la hice a un lado, me mantuve en sus brazos y relaje mi cuerpo, era como si de verdad necesitara ese abrazo.

- Yo sé dónde está la llave - Aseguró cuando nos separamos - Juntas vamos a recuperar tus recuerdos...

No sabía que responder, pero mágicamente ya había asentido.

Ella se dirigió al retrato que se apoyaba en la misma mesita de noche y le quitó el marco, dentro estaba aquella pequeña llave, nunca lo habría imaginado.

Metió la llave en la cerradura con cuidado de no despertar a su hermano y abrió con éxito el cajón. Ahí dentro habían muchos papeles, pero ella solo sacó una carpeta de cuero que contenía al parecer varias cosas dentro.

Volvió a cerrar con llave por si las moscas y con discreción salimos de la habitación de Natsu.

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Continuará***

||" En esa habitación, contigo" [ Una Vida Sin Lucy ] || #Wattpad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora