Era tarde por la noche, me encontraba sola en mi habitación cuando escuché su voz, una gruesa y perturbadora voz que provenía de debajo de mi cama.
- Oye.- Tome la sábana y me cubrí hasta el rostro.- Oye niña.- repitió la voz.
- Qu-quién eres?.- pregunté temerosa.
- Soy el monstruo bajo tu cama.
- Eres real?
- Por supuesto que lo soy.
Perdí el miedo y me relaje un poco.- Tienes nombre?.- pregunté.
- Claro que lo tengo, me llamo Jack.
- Jack?
- Si, tiene algo de malo?.
- Por supuesto que no.- me apresure a contestar.- Solo que no es muy terrorífico.
- Lo que pasa es que, mis padres nunca quisieron que fuera un monstruo, pero qué se le puede hacer?.- Qué quieren tus padres que sean.- Cuestionó de repente.
- No lo sé.... Oye Jack, no vas a tratar de asustarme o algo así?
- Por supuesto que no, soy un monstruo pero no asustó niños pequeños.
- Entonces qué haces?
- Asustó a las personas malas
- Soy una mala persona?
- No, de hecho no es a tí a quién vengo a asustar.
- Entonces a quién?
- Al hombre dentro de tu armario.
Se me erizó la piel, estaba por preguntar a qué se refería cuando la puerta de mi armario crujió al abrirse, volví a taparme hasta el rostro podía escuchar pasos suaves acercándose hacia mi, esperaba lo peor, cuando se escuchó un grito horrible debajo de la cama y vidrios rompiéndose, me descubrí el rostro y pude ver un cuchillo sobre la alfombra y la ventana de la habitación estaba rota.
Mis padres llegaron casi al instante y llamaron al 911, llegaron y patruyaron el barrio, después de algunas horas arrestaron a un hombre llamado Gary Smith, encontraron su auto detrás de mi casa, tenía cuerdas cinta adhesiva y varias armas. El abogado de Gary alego demencia por lo que cumplía su sentencia en un hospital psiquiátrico, de Jack no volví a saber más pero contaban que Gary dormía en el piso porque temia al monstruo bajo su cama.