Capitulo 2

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-Lisa...Yo...Ya sé que te vas, pero...Necesito decírtelo.-Dijo mirándome, a lo que yo me incorporé y le correspondí la mirada.

Su rostro tenía un expresión de preocupación, tristeza y de...Algo extraño, que se acumulaba en sus preciosos ojos auriverdes.

-Yo...Tenía que haberte dicho todo esto mucho antes de que te diera el regalo tu madre, antes de que te fueras y me dejaras aquí. Sé que tu posiblemente no quieras saber nada de mi después de lo que te voy a decir, y lo entenderé perfectamente, porque perder a alguien por esta razón es una gran, gran cagada y...-Le interrumpí desesperada por sus desvaríos.

-RON, ¿qué pasa?-

-Que estoy desesperadamente enamorado de ti.-Dijo con un tono lento, dulce, y que expresaba todo el peso que se había quitado de encima.

-Yo...-Estaba en un estado de shock. Yo me esperaba todo menos eso.

-Lis, ya sé que no está bien que me haya enamorado de ti, de mi mejor amiga. Pero estos años, en el instituto...Has cambiado, o mi idea hacia ti. Cuando veo tu torpeza, no me da vergüenza ajena o risa. Ahora, me da ternura y me parce adorable.-Dijo mirándome con unos ojos que pedían. Pedían alguna respuesta.

Mientras el terminaba de hablar, yo deslice un pequeño mechón detrás de mi oreja.

-Ese, ese gesto, antes lo hubiera pasado por alto, pero ahora lo veo como la acción más bonita del mundo. Ya sé que tu nunca habías pensado en mi de otra manera que no fuera en tu mejor amigo o hermano, y no te estoy pidiendo una relación a distancia, ni tampoco te pido matrimonio, pero necesito saber qué; antes de que te vayas, no me arrepentiré de no haber hecho esto.-

Sin previo aviso, sus dulces labios, que a pesar de hacer frío, se encontraban cálidos, se juntaron con los míos.

Yo no sabía qué hacer, estaba en un estado de shock. El tenía sus labios apoyados sobre los míos, aprisionando delicadamente mi labio inferior, mientras su mano izquierda, estaba apoyada sobre mi frío cachete. Yo, como pude, le devolví el beso. A continuación, el tomo como eso, el inició de un beso de los de verdad, de esos que alguna vez en tu vida te gustaría dar. Lento, suave y cálido.

Mi primer beso.

Con mi mejor amigo, que estaba enamorado de mi desde el instituto.

No me lo podía creer.

Una vez que nos hubimos separado, el pego su frente con la mía, y inyecto sus preciosos ojos auriverdes en mis simples ojos verdes.

-¿Por qué no me dijiste todo esto hace tiempo?-Dije separando mi frente de la suya y mirándole apenada.-Todo hubiera sido diferente.

-Lis, cuando me di cuenta de lo que pasaba, de que no eras un capricho, que es como han sido todas las chicas que han pasado por mi vida. Ya era demasiado tarde. Habías decidido irte a Londres. No quería darte remordimientos de conciencia o simplemente pena, y ser una razón para que dudaras en irte o no.-Dijo mirándome profundamente a los ojos.

-No entiendo porque me ibas a dar pena.-Dije extrañada.

-¡Oh! Venga ya. No me mientas, te conozco mejor que tu madre. Se cuando te gusta alguien, lo he visto. Y a mí no me has mirado así nunca.-Dijo serio y con algún matiz de pena.

-Ron, es como si me hubieras soltado una bomba nuclear delante de mí. ¿Cómo esperas que responda a que mi mejor amigo de la infancia me venga y me diga que está enamorado de mi?-Dije frustrada.-Joder, sabes perfectamente que te quiero. Si no me gustaras ni lo más mínimo, no te hubiera correspondido el beso.-

-Ya pero...Yo creo que lo hiciste por no hacerme daño a mí, no porque tu quisieses.-Dijo de una forma dubitativa.

-Ron, acabo de darme mi primer beso con la persona más especial que hay para mí. Si no hubiera querido,  no te lo hubiera dado. No me hubiese imaginado mejor manera ni persona con quien estrenar mis labios.-Dije apoyando mi mano derecha en su mejilla y sonriéndole con mi mejor sonrisa.

-¿Enserio?-

-Por supuesto.-

-No sé que voy a hacer sin ti.-Dijo apoyando su cabeza contra mi mano que estaba en su mejilla.-Un mujeriego como yo, va, se enamora, y la chica se va a otro continente.-Dijo de una forma triste pero cómica.

-Exactamente, eres un mujeriego, ya encontraras a otra chica que se enamoré de ti. Y eso es fácil. Solo mírate. Además, yo que tu, aprovechaba también el tiempo en estudiar geografía.-Dije quitando mi mano de su mejilla y riéndome un poco, mientras me levantaba y subía el pequeño escalón en dirección a la entrada de casa.

-¿Geografía? ¿Por qué?-Dijo extrañado, haciendo el mismo movimiento y acción que yo.

-Porque Londres no es un continente, es un país.-Dije riéndome mientras entrabamos por la puerta.- ¡MAMA! ¿ESTAS LISTA?-Dije en un tono elevado para que mi madre me escuchara en cualquier parte de la casa.

-¡SI! ¡AHORA BAJO!-Obtuve su respuesta desde la planta de arriba.

-Lis, ¿entonces todo bien?-Dijo Ron haciendo que me girará para hablarle.

-¿Como no lo iba a estar?-Dije sonriéndole. 

A continuación nos dimos un abrazo.

-Bueno, ¿qué? ¿Nos vamos?-Dijo mi madre ya preparada bajando por las escaleras.

-Claro.-Dijimos Ron y yo a coro.

Después, Ron cogió mis maletas y las metió en el maletero del coche de mama y el y yo nos pusimos en la parte de atrás, mientras que me madre se puso en el asiento del piloto para conducir.

Cuando llegamos al aeropuerto, hicimos todos los trámites. Después esperamos un cuarto de hora hasta que se hiciera la hora de embarcar.

-Señores pasajeros del vuelo 2301N, diríjanse a la puerta de embarque;  destino Londres.-

-Ese es mi vuelo.-Dije levantándome y cogiendo mi bolso de mano, ya que mi maleta ya la había facturado.

Todos imitaron mi movimiento y nos dirigimos hacia la puerta de embarque.

A mi madre se le estaban rayando los ojos.

-Mama, no te pongas así, por favor.-Dije acercándome a ella y dándole un abrazo.-Te voy a echar mucho de menos, y te voy a llamar siempre que pueda.-Le dije en bajito en su oído.

-Y yo a ti hija.-Dijo dándome un beso en el cachete y deshaciendo el abrazo con alguna lagrima en los pómulos.

Cuando detuve mi mirada en Ron, mi corazón se rompió en mil pedazos, y empecé a llorar. (Y yo no soy de llorar, os lo puedo asegurar).

-Ven aquí enana.-Dijo abrazándome y besando mi coronilla.-Sabes que te voy a echar mucho de menos, y que si alguien te hace daño o lo que sea, en cero coma estaré en Londres, ¿verdad?-Dijo separándome de él, pero agarrándome los brazos y mirándome a la cara.

-Si.-Dije con un delicado tono de voz.

-Solo quiero que me prometas una cosa.-Dijo volviendo a abrazarme y apoyando su barbilla en la parte superior de mi cabeza.

-Dime.-

-Que si te enamoras, o se enamoran de ti, o te gusta alguien o lo que sea, me lo digas, que no pienses que no sigo siendo tu mejor amigo.-

-Está bien.-Dije en un susurro.

Antes de arrepentirme de mi decisión de irme a Londres. Corrí a la puerta de embarque. Pero antes de entrar, dirigí una pequeña mirada hacia atrás. 

Grave error.

Respiré hondo,  me di la vuelta y volví corriendo.

Me tiré otra vez sobre los brazos de la persona que había evitado que yo cayera tan bajo que no pudiese levantarme, y aspiré el aroma que desprendía. Lo iba a echar demasiado de menos.

Ahora sí, con lagrimas regadas por toda mi cara, le entregué el billete a la azafata, y entre por la puerta de embarque, después de dirigir otra pequeña mirada a mi madre y a mi mejor amigo.

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Una vez en el avión, sentada, mirando por la ventanilla, ya secadas mis lágrimas y haber arreglado un poco mi maquillaje, empecé a pensar.

Young, wild and free.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora