ʏᴜᴀɴғᴇɴ •HIATUS•

Serendipia

"¡Pequeña, el desayuno está listo!"

En su habitación se encontraba una linda niña de 4 años cepillando su largo cabello mientras tarareaba una canción que su madre habia inventado para ella, la canción la ayudaba relajarse cuando se sentía nerviosa o asustada, era su favorita.

Una vez escuchó la voz de su madre, dejó lo que estaba haciendo para alejarse un poco del espejo y poder ver su conjunto más claramente. Un lindo y simple vestido celeste sin mangas que le llegaba hasta la rodilla con un lazo blanco a la altura de su cintura, sobre éste, un pequeño girasol en el lado izquierdo, su cabello suelto le llegaba hasta la cintura y estaba adornado con un cintillo delgado color blanco, llevaba puestos calcetines cortos del mismo color y unos zapatos color café.

"¡Ya voy, mami!"

Conforme con lo que veía, salió de su cuarto y bajó rápido las escaleras para luego entrar a la cocina, en donde fijó su vista en la persona que estaba terminando de preparar lo que serían unos ricos panqueques.

"¿Puedo ayudarte con algo?"

La pequeña se acercó, posó sus manos en la encimera y se paró de puntitas para ver mejor lo que su madre estaba haciendo.

"No es necesario, ya estoy terminando"

Su madre le sonrío y acaricio su cabeza con suavidad, teniendo cuidado de no arruinar el lindo peinado de la menor.

"Te ves muy linda hoy, mi amor. ¿Ansiosa por tu primer día?"

La niña alzó la mirada hacia su madre y le regaló una gran sonrisa, sus grandes ojos brillaban con emoción y sus redondas mejillas estaban teñidas de un sutil tono rosa.

"¡Sí, ya quiero conocer a todos, espero hacer muchos amigos!"

La madre dejo salir una suave risa, su corazón se derretia por lo adorable que su pequeña niña podia llegar a ser. Tomó ambos platos con panqueques y le indicó a la niña para que la siguiera al comedor, ambas se sentaron a la mesa, una en frente de la otra y agradecieron por la comida.

Desayunaron en un cómodo silencio, solo se escuchan a veces risitas o suspiros por parte de la pequeña indicando lo delicioso que encontraba el desayuno, mientras su madre la observaba con calma, admirando cada expresión en el rostro de su pequeña con amor.

Al terminar de comer, la niña retiraba los platos y servicios mientras que su madre se encargaba de lavarlos.

"Pequeña, termina de arreglarte para que salgamos. No queremos llegar tarde en nuestro primer dia, ¿verdad?"

La niña asintió y rapidamente corrió escaleras arriba para entrar al baño y lavar sus dientes, luego entró a su cuarto y dio un último vistazo a sus ropas, girando sobre si misma provocando que su vestido se inflara levemente. Soltó una risita contenta al ver esto, tomó su pequeña mochila del mismo color que sus zapatos y salió de cuarto por última vez para correr al lado de su madre.

"Ya estoy lista, mami"

Ella estaba guardando una libreta, un lápiz y su celular en su cartera, para luego abrir la puerta e indicarle a su hija que saliera y cerrar con llave. Tomó la mano de la niña y ambas comenzaron a caminar por las calles hacia la escuela de la menor.

La niña saludaba a todo aquel con quien cruzaban camino, regalandoles una brillante sonrisa, se sentía feliz y emocionada por haberse mudado, significaba que conoceria lugares nuevos y gente nueva, no podia esperar por hacer amigos y salir a jugar con ellos.

Poco antes de llegar a la escuela, la pequeña empezo a tararear la misma canción de la mañana y apreto un poco más el agarre en la mano de su madre.