Koselig pt. 2

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Era una linda mañana, el sol entraba a través del vidrio de las ventanas iluminando todo el primer piso, se había levantado un poco antes de lo habitual para tener tiempo de preparar un desayuno especial, para variar un poco del típico arroz con huevo y tocino o leche con cereal al que estaban acostumbrados, no era muy afán de la cocina; esa era la primera mañana, después de la primera noche, en que su hijo había invitado a un amigo, en este caso amiga, a quedarse. Ya había pasado un tiempo desde que el pequeño llegaba a casa junto con (T/N), no como las veces antes de su "pelea", sino que ahora, de verdad, parecían cercanos.

Byakuya no cabía en si de felicidad; Senku es, para él, lo mejor que le ha pasado en la vida, por lo que él era capaz de darlo todo con ver la hermosa sonrisa de su pequeño científico. Tarareaba alegremente una canción que estaban dando en la radio mientras preparaba la segunda tortilla de huevo, mirando de reojo el reloj que estaba colgado sobre el marco de la puerta de la cocina; aún tenía hora y media antes de las diez, momento en que pensaba subir a despertar a los niños.

Preparo del típico arroz blanco, agregando algas secas finamente picadas y algo de nato, cocino salmón a la parrilla y preparo un acompañamiento de verduras salteadas, sin olvidar la tortilla de huevo que ya se encontraba lista, servida cuidadosamente en los platos juntos a todo lo demás. Llevo todo a la mesa y, mientras esperaba a que el agua hirviera para preparar algo de té verde, subió las escaleras hasta quedar frente a la habitación de Senku. Abrió con cuidado, intentando ser lo más silencioso posible, y se asomó para comprobar que ambos aún seguían profundamente dormidos.

Le sorprendió ver que la pequeña no estaba durmiendo en el futon que preparo para ella, sino que se encontraba en la cama de su hijo, durmiendo plácidamente a su lado, acurrucada a un costado de él mientras se aferraba con una de sus manos la camiseta de Senku; el niño estaba de espaldas, uno de sus brazos por debajo de la cabeza de (T/N), completamente estirado, mientras que su otra mano descansaba tranquilamente sobre su estómago, el cubrecama justo debajo de esta.

Fue la escena más tierna que Byakuya había visto en su vida. No aguanto las ganas de sacar su celular del bolsillo trasero de su pantalón y tomarles una foto, o dos, o quizá tres, desde distintos ángulos; también grabaría un corto video, por si acaso, después de todo, momentos como ese no ocurrían todos los días.

Se debatía entre sí despertarlos o dejarlos dormir un poco más, pero el desayuno ya estaba servido y el pitido de la tetera fue la señal para dejar de lado su diversión. Con una sonrisa llena de amor en sus labios, se acercó a la cama y, suavemente, acarició la cabeza del pequeño mientras, con voz tranquila, comenzaba a llamarlo para que despertara. Senku apretó un poco los párpados, para luego soltar un gran bostezo, mientras alzaba la mano que estaba sobre su estómago, estirando un poco su cuerpo; pero no despertó, luego de estirarse se giró para quedar de frente a la niña, descansando ahora su mano sobre el cuerpo acurrucado de ella. Al sentirse abrazada, la pequeña, aún dormida, se acomodó más cerca de él.

Por otro lado, Byakuya casi moría de la ternura, llenando la carpeta de su celular con más y más fotos del par que seguía plácidamente dormido. Decidió dejarlo dormir un poco más, ya les calentaría el desayuno una vez se levantaran por su propia cuenta, o quizá era mejor aprovecharlo y usar, por ejemplo, el salmón para el almuerzo. En fin, lo pensaría mejor una vez llenara su estómago; salió de la habitación con cuidado para bajar a comer, preparándose una taza de té verde y dando las gracias antes de disfrutar de su desayuno, y del pequeño tesoro que estaba ahora guardado en la carpeta "Senku" de su celular.

No alcanzo a pasar una hora desde que Byakuya había salido del cuarto de Senku, cuando este empezó a abrir lentamente sus ojos, el sueño aún nublando un poco su vista; pestañeo un par de veces para quitárselo de encima mientras que utilizaba su mano libre para restregar sus párpados. Le pareció raro no poder mover su otro brazo, así que cuando logró hacer el sueño de lado lo suficiente, buscó la razón del problema. No fue difícil encontrarla, la tenía, literalmente, al frente de él, en la forma de una pequeña niña acurrucada a su lado cuya cabeza estaba apoyada en su brazo. Bostezó antes de empezar a moverla suavemente del hombro mientras la llamaba, no tenía idea de qué hora era, pero su estómago le decía que era más tarde de lo que parecía, creyó raro que su padre no los hubiera despertado aún.

ʏᴜᴀɴғᴇɴ •HIATUS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora