Saudade

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La pequeña se encontraba sentada en su cama, de repente el diseño de flores de su cubrecama era lo más interesante que había visto en su corta vida, tanto así que no se percató de que su madre la estaba llamando hasta que una mano le acarició la cabeza con suavidad.

"¿Mi niña, estás bien?"

(T/N) alzó la vista lentamente hasta fijarla en los ojos de su madre y, tras una pequeña pausa, le dedicó una gran sonrisa.

"Lo siento mami, estaba pensando en la feria, fue tan divertido que no pude evitarlo"

La mayor le devolvió la sonrisa y volvió a acariciar su cabeza con cariño, soltando una corta risa.

"Ya veo, me alegra que lo hayas disfrutado. Ahora, levantate, ¿si? El desayuno estará listo pronto"

Dijo la mujer mientras salía de la habitación, la niña sólo asintió sin quitar la sonrisa de su rostro hasta que su madre cerró la puerta tras de si.

"Detesto a las personas como tu"

Ya había pasado una semana desde entonces y la pequeña no había tenido la oportunidad de soñar con algo que no fuera lo que sucedió ese dia en la feria.

Se encontraban rodeados de personas, adultos, niños, adolescentes, todos ansiosos de presenciar el despegue del cohete que dos pequeños niños de su edad habían logrado construir.

"Empezando despegue en 3..."

La voz de Senku se escuchaba distante entre los gritos de anticipación del publico.

"2..."

"¿Cuánto crees que subirá?"

"Oh vamos, tienen cuanto... ¿Cuatro, cinco años? Con suerte se elevará un par de metros y caerá"

No lo conocían como ella.

"1..."

"Mami mira, mira, ya va a volar"

"Si cariño, no te separes"

La pequeña solo observaba, aunque no sabía exactamente que cosa, no era al público, no era al cohete, no era el suelo, no era al cielo, no era a Senku.

"¡Despegue!"

El niño presionó el gran botón rojo y el cohete salió disparado, el público coreando sonidos de asombro hasta que el cohete explotó a 12.31 metros de altura, obviamente lo suficientemente lejos como para no herir a alguien.

Se escucharon aplausos, felicitaciones, gritos por parte de los más pequeños. Todo, mientras ella solo repasaba las últimas palabras que le dirigió su compañero.

Ese día no volvió a hablar hasta que su madre paso por ella y su -amigo- parecía más que feliz con el silencio que había logrado.

Una solitaria lágrima cayó por su mejilla derecha.

"Lo arruiné"


Senku aprovechó la última semana para buscar más formas de mejorar su cohete, se la había pasado metido en la biblioteca, la mesa donde solía sentarse cubierta de distintos tipos de libros de variadas ciencias. Por un momento, su mente recordó los últimos momentos de ese día en la actividad, recordó lo que le dijo a su compañera y lo que había pasado después, una sonrisa ladina abriéndose paso en sus labios mientras soltaba una suave risa.

"Kukuku... De haber sabido que solo hacía falta eso para callarla, lo hubiese dicho hace mucho"

Miró a su alrededor y no vio a la niña por ninguna parte. Ahora que se detenía a pensarlo, no la había vuelto a ver desde ese día, eso sin contar las horas de clase de compartían, la chica seguía saludando a toda la clase en cuanto entraba a la sala, pero ya no se acercaba a saludarlo específicamente a él como solía hacer. Se encogió de hombros restandole importancia.

ʏᴜᴀɴғᴇɴ •HIATUS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora