Capítulo 31. El secreto de la familia Grünewald

53 9 0
                                    

Al comenzar su visión, Bonnie supo que se encontraba ya dentro de la mente de Bon, abrió los ojos y vio a su alrededor un espacio vacío, completamente en negro, él mismo estaba flotando en ese enorme espacio, de pronto escuchó detrás de sí, la voz de un hombre que decía: "Felicidades, señora Grünewald, es un varón", Bonnie se dio la vuelta, ahora se encontraba flotando en la sala de parto de un hospital, una mujer (la madre de Bon por el cabello azul) recibía a su hijo recién nacido en brazos. A Bonnie le sorprendió que su amigo fuera capaz de recordar su nacimiento, sin embargo, también pensó que esa imagen era producto de su inconsciente. Hizo un esfuerzo y cambió a los siguientes recuerdos, ninguno mostraba nada inusual así que fue navegando entre más y más memorias hasta que se detuvo cuando escuchó el nombre de Toddy salir de la boca del padre de Bon.

-Sebastian- dijo su padre dirigiéndose a su hijo, para ese momento, Bon debería de tener entre 7 y 8 años de edad. -Quiero presentarte a alguien, sígueme.

El Bon del recuerdo se puso de pie y siguió a su padre por toda la casa, una enorme y que se notaba que le pertenecía a alguien adinerado. Bonnie los siguió igualmente.

Se detuvieron en la sala donde una Toddy de la misma edad estaba al lado de su madre: una señora muy bien vestida y de porte elegante.

-Así que... Grünewald- dijo la mujer con voz inexpresiva -este es tu hijo.

-En efecto- respondió el señor -Este es Bonn Sebastian.

-Y esta es Theodora, pero prefiere ese nombre cursi de "Toddy"- dijo la madre de la niña.

Ella sacó de sus bolsillos un sobre grueso sellado con cera roja, lo entregó al padre de Bon y este, sin esperar dos segundos, lo abrió y contó el dinero dentro, era la suma indicada.

-Ese es el primer monto, señor Grünewald- dijo la mujer con tono sobrio -tendrá el resto si las cosas van a su ritmo y sin contratiempos.

Bonnie escuchó una muy larga plática entre ambos padres y comprendió varias cosas. Resulta que la familia de Toddy, una importante e influyente casta de aristócratas, la madre había decidido vender a su hija a la familia Grünewald con la esperanza de que la educaran y, con el tiempo, ambos niños llegaran a casarse y así quedara el pacto entre ambas familias. Los Fitzgerald eran en verdad poderosos, corría el rumor de que "una vez te involucras con ellos, todas las oportunidades del mundo se abren ante tus pies". Los Grünewald habían puesto su ojo en ellos desde hace tiempo, querían, más que nadie, una cosa además de prestigio: querían el capital para seguir viviendo, habían caído en bancarrota hace unos años, aún así, el padre fue lo suficientemente listo para convencer a la señora Fitzgerald de tal pacto.

Por otro lado, la señora Fiztgerald ansiaba otra cosa, los Grünewald eran la familia de magos más destacados de todos los de la zona, su historial mágico estaba repleto de nombres famosos e intelectuales. El poder y la sapiencia harían una gran combinación, según ambas familias.

-La vendré a ver los sábados- dijo la madre saliendo de la casa, no se despidió de Toddy, apenas y le dijo "haz lo que te digan" y se fue.

Bonnie saltó entre otros recuerdos, pudo apreciar a ambos niños dedicándose varias horas a la semana para estar juntos, paseaban por el jardín y apenas se miraban a los ojos las primeras semanas.

-Oye- le dijo Bon una vez -¿No sientes que tu mamá no te quiere?- Clásico de los niños ser tan imprudentes.

Toddy se quedó en silencio, después de unos segundos comenzó a llorar mientras se cubría la cara de vergüenza.

Bonnie los vio crecer juntos, a los diez años ya se llevaban mejor, Toddy andaba a donde quiera que fuera Bon, siempre detrás de él, el otro no le decía nada y permitía que lo rondara si así lo quería. En esos días, Bon era muy pacífico y muy serio, apenas y levantaba la voz o mostraba ligeras expresiones, realmente no le importaba qué hiciera o pensara Toddy, no lo molestaba cuando recibía sus lecciones de álgebra y astronomía, ninguno se hacía estorbo en ningún momento, pero era claro que Toddy quería estar siempre junto a él.

Witches Brew | Fnafhs WizardryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora