Una raya más al tigre

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Salieron del estudio y comenzaron a caminar por los pasillos, todos a su alrededor no perdían detalle de lo que pasaba, así que como Al en ningún momento les específico de que se trataba,  y nadie se atrevía a preguntar, decidieron mantenerse al margen, de repente de comenzaron a escuchar murmullos pero nada se distinguía. *Por lo menos no son como las novelas en las que todos son unos descarados susurradores ruidosos* pensó Miranda

"Iremos a dónde te quedarás." Dijo Coco tomando la delantera "Nadie debe saber de donde vienes, no tienes porqué hablar con nadie ha, y lo único que saben, es que ahora eres propiedad de mi hermano."

"¡¿Propiedad?! que indignante" dijo apretando los dientes y bajando la voz en sus últimas palabras. Después, Lanzó un gran suspiro y trató de tranquilizarse, al entrar a la habitación vio sobre una silla un vestido ligero y largo. Al otro lado de una pantalla había una tina ya preparada,  procedió a bañarse y se cambió.

Después al estar sentada secándose el cabello trató de pensar un poco en lo que seguía en la historia, no pasó mucho tiempo cuando se comenzaron a escuchar los gritos de Perla.

*Es verdad, Al Can trata de abusar de ella y Coco interviene.* pensó mientras se mordía la uña.

Los gritos se escuchaban más fuertes y desesperados pidiendo auxilio, Después se detuvieron en seco. Miranda se tranquilizó y salió a buscar a Oxy, al abrir la puerta vio a Coco justo frente a ella sorprendiéndose.

"¡¿Qué haces aquí?!" Preguntó asustada

"¿Cómo que qué hago aquí, ya se te dijo no?"

"Oxy ¿Dónde esta? ¡Tu no deberías estar aquí! ¿Porqué no estás con Perla?" grito casi pisoteando sus pies con desesperación.

"Nadie interviene en la en los asuntos de mi hermano." respondió completamente despreocupado.

"¿Cómo te atreves? ¡Tienes que ir por ella!" Grito nuevamente Miranda

"¿De que hablas?" le gritó él molesto

"Eso ya no importa." Dijo ella abriéndose paso entre los guardias inútiles que estaban ahí,  corrió casi frenéticamente repasando la historia y  aunque corría, para ella fueron siglos; abrió la puerta de golpe y vio a Perla desnuda sobre la cama, y a Al sobre ella.

"¿Qué haces aquí?" Preguntó molesto. Miranda tomó una manta que vio cerca y la cubrió, de una mirada se podía ver que no había pasado lo peor, y un escalofrío recorrió su espalda, al pensar en lo que hubiera ocurrido si no hubiera salido a buscar a Oxy.

  No se dio cuenta de lo que estaba haciendo hasta que se comenzaron a escuchar murmullos afuera. La puerta estaba abierta y Miranda estaba sacando a la mujer de la cama de Al, se veía su mandíbula fuertemente apretada y su rostro mostraba una furia indignante.

Pese al rostro sombrío de su señor, en ningún momento se movió o hizo algo para reprender o herir a la mujer, todos estaban atónitos, desde siempre este auto proclamado emperador, jamás acepto siquiera un consejo u opinión y, si alguien osaba hacerlo, terminaba muerto o torturado sin importar el motivo del comentario, por lo tanto, desde hacia mucho tiempo ese hombre irracional, se volvió frecuente en historias de terror o en las anécdotas mas sangrientas y crueles de su creciente imperio. 

Pero ahora...

Las barbillas casi cayeron al suelo y después de unos momentos la sedienta de sangre mirada de Al se poso en todos los de la puerta, Coco tosió incómodamente y miro a su alrededor. como parvada de pájaros asustados; todos salieron corriendo. 

Una mirada aguda se poso en Miranda, sin darse cuenta, de un jalón la recostó en su cama y la inmovilizó, miró a Coco y éste salió del lugar llevándose a Perla.

Una Realidad DistorsionadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora