Un año y medio después....
En los amplios, verdosos y bellamente cuidados jardines se encontraba Miranda recostada en el pasto.
"Señorita, la busca su majestad." Interrumpió uno de los guardias ahuecando los puños, Miranda suspiró profundamente y se puso de pie, se sacudió el polvo y le dio las gracias al guardia.
Dado que no había permitido que la llamaran alteza ni que las personas se arrodillaran ante ella bajo ninguna circunstancia, todos la miraron diferente he incluso con el tiempo desarrollaron aprecio por ella, era una mujer rara, no permitió que nadie la ayudara a lavarse ni cambiarse, no quería comida en su habitación, e incluso se escondía de Al para beber con ellos, y, sobre todo, el hecho de que hizo varias competencias de bebida en las que incluso los soldados mas resistentes cayeron derrotados.
Siempre pedía explicaciones u opiniones ante cosas que no entendía o desconocía, pidió ayuda para aprender a usar una espada e iba muy bien, era muy seria al respecto.
Hasta que Al se entero y casi quería ejecutar a los audaces que se llamaban maestros de su mujer.
Si ella quería aprender lo que quisiera, la batalla o el combate se lo enseñaría absolutamente todo y sin restricciones ¿seria lo normal entre esposo y esposa no? ¿por que siempre ante todos sonreía y ayudaba gentilmente, pero para él siempre había muecas de desprecio e incluso a veces... ¿asco? había momentos en que sentía que le hervía la sangre y quería destrozar todo y a todos.
Algunos de los soldados también, llegaban a hacer guardia cuando en algún que otro jardín, se organizaban algunas "reuniones" cuando Miranda bebía y jugaba hasta que casi a ningún soldado le quedaba una pequeña pieza de plata, triste...
Ellos incluso ahorraban para poder jugar y esperar al ultimo momento en que ella apostaba su todo al final.
Como casi siempre era de esperarse, ella ganaba, la primera vez que perdió fue con uno de los hombres de confianza de Al, al enterarse corrió indignado a reprenderlos a todos, pero ante la provocación de Miranda, termino jugando hasta entrada la noche.
Perdió alrededor de veinte veces, pero, al final, no solo le gano a ella, si no que se regodeo por meses. algunas veces llegaba disfrazado y nervioso como si engañara a si esposa.
Al, ya sabia de sus reuniones, incluso llego a verlos de lejos, apostando con su guardia de turno quien ganaría, esos días fueron tan pacíficos, emocionantes y placenteros para todos, que uno que otro soltaba lagrimas de cocodrilo cuando recordaban lo tenso que era todo cuando Miranda no estaba.
El dúo de Miranda y Coco se gano el reconocimiento de toda la nación, todos creían que mientras estuvieran ambos apoyando al emperador, todo seria perfecto durante siglos.
Muchas de las sirvientas contratadas para Miranda se preocupaban por que su estomago no daba noticias de nada.
Pero nadie tenia ni el mas mínimo nervio de preguntarle dado que el día que Al, le planteo la idea, todo voló por la habitación, jarrones, almohadas, mesas, sillas, peines. Al esquivo todo y trato de hablar con ella alrededor de medio día, todos en los patios circundantes temblaban e incluso corrían al escuchar el desastre.
Al final, el emperador, salio con algunos moretones y golpes en la cara.
Pero lo mas extraño fue, que a pesar de los golpes, gritos y regaños el salio con una gran sonrisa, muchos entraron en pánico pensando que la gran consorte fuera a desaparecer, unos incluso temblaron al escuchar la puerta de su patio abrirse pero no paso nada, hasta esa misma noche. Al, llego con las sirvientas llevando comida, ropa, joyas, oro y mas artículos preciosos.
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Una Realidad Distorsionada
Historical FictionSi alguien te dijera que sabe todo de ti, tu presente, tu pasado, he incluso te promete un final feliz. ¿Lo escucharías? Esa es la mayor interrogativa, pero, cuando ese final "feliz" resulta en catástrofe, y todo con lo que soñabas se te va como a...