—¿Porque ha decidido traerme hasta aquí, padre?
Él mayor no dijo nada y solo continuó con su camino seguido de la joven rubia que caminaba de forma apresurada a su lado. Reiko reprochó la maleducada actitud de su padre con una mirada, no entendia su repentino cambio hacia ella.
Solo llego un día a la Mansión por ella y al siguiente, la tenia caminando hacia cierto lugar desconocido.
—Cubre tu cabeza, no quiero que te reconozca.— Reiko subió la capucha de la capa oscura que llevaba sobre su cuerpos como le ordenó su padre. Para el le era fácil, podía manipular su apariencia hasta parecer diferente a lo que él es en verdad.
Durante él trayecto, nadie mas habló, cada uno iba sumido en sus propios pensamientos, especialmente la rubia. Desde hace una semana, en aquella tarde en que rebeló sus secretos, su verdadera raza y expuso todas esas crueldades que se vivian día a día en su hogar y sospechas que la joven heredera tenía acerca de su padre a su más apreciado y único mejor amigo. No importa las veces en que ella esperó en su punto especial de reuniones, Oliver simplemente dejo de ir, el no volvió a tener más contacto con ella.
Pensaba en que quizá estaba asustado o asqueado de ella, que tal vez pensaba que ella era él mismo tipo de monstruo que era su padre y sus esposas, realmente no sabía que pensar y él miedo de perderlo cada vez era mayor.
Pero lo comprendía, desgraciadamente ella era parte de esa horrible especie a lo que los humanos temían. Siendo sincera, también tendría miedo de relacionarse con un monstruo como ella.
Pensar en ello, le hacia sentir patética y las ganas de llorar como días anteriores volvían una vez más de no ser que su padre logró interrumpirla.
Frente a ella había una vieja y lúgubre edificación, de no ser por los niños que habían tanto dentro como fuera de las maltratadas instalaciones, pensaría que se trataba de un lugar inhóspito y abandonado por la guerra que había pasado unos cuantos meses atrás.
Entonces supo que era un orfanato.
¿Porque demonios la traería a un orfanato? «Oh querido padre, si piensas que así podrás deshacerte de mi.. Permite decirte que ya es tarde, 16 años tarde.» pensaba mientras caminaba entre los fríos pasillos del lugar. Muchos niños los miraban de una forma extraña que hacia incomodar a la joven.
—Es aquí Reiko-chan..— la rubia siguió a su padre hasta una habitación separada de las demás, dentro de ella, cuatro niños les miraban sin expresión alguna.
Reiko sintió una profunda pena, se miraban solos y maltratados, tenian heridas visibles y probablemente abrían más bajo sus andrajosas ropas, especialmente un chico de cabellos rubios y otro de cabellos azabaches abrazado a uno mas alto.
La mirada de cada uno de los niños reflejaban tres cosas: Soledad, Odio y desconfianza. Y eso, le apenó mucho.
Eran pequeños que nadie quería, desechados y usados. Pobres, debieron haber sufrido tanto a una edad tan corta; por un momento vio a sus hermanos menores reflejados en ellos.
—Serán tu nuevos hermanos mi querida Reiko.— la de ojos esmeraldas miro sorpresiva a su padre. ¿Realmento hablaba enserio?—Y necesito de tu ayuda para cuidarlos..
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Karlheinz los había enviado a un terreno muy alejado de la ciudad y de su propio hogar. Según Karlheinz les esperaba una enorme casa, quiza un poco más pequeña que en la que vivía pero era lo suficientemente grande para ellos.
Reiko no sabía bien que decir, durante todo él viaje permanecieron silencio, tomados de la mano y sin separarse; entablar una conversación con ellos era difícil ya que no confiaban mucho en ella.
—¿Puedo saber sus nombres?— preguntó sonriendo levemente hacia los pequeños sentados frente a ella en el auto. Ninguno de ellos parecía querer responder, solo se quedaban viendo hacia el suelo con una expresión de molestia y seriedad. —S-Soy Reiko Sakamaki..— nuevamente la volvieron a ignorar, la pobre rubia se revolvió sobre su lugar un tanto incómoda. Notó como uno de ellos, el que parecía ser el más joven de ellos se quedaba de apoco dormido sobre su lugar, Reiko se retiró la capa que aún le cubría para luego colocarla sobre el niños de vendajes, para luego mirar al joven de cabellera negra al que parecer los otros tres seguían mucho. —Espero llevarnos bien.
Ruki le miro sin expresión alguna pero no dijo nada.
El que hayan sido adoptados y enviados a su nuevo hogar aun le parecía surrealista, un sueño en el que los sacará de infierno llamado orfanato.
Ruki observaba a la joven en silencio, esta miraba él paisaje a través de del cristal de coche, mirando a los menores casualmente, el se sentía soñoliento pero se negaba a bajar ma guardia.
Reiko lo notó por lo que palmeo él asiento a su lado un par de veces llamando su atención. —No tengas pena, acercate.— Ruki dudó pero aun así obedeció, sento rígido a su lado. —¿Quieres recostarte un rato? Al parecer aun falta un poco mas de tiempo para llegar, debes estar casado. — la rubia palmeó nuevamente su regazo. —Ven, recuesta tu cabeza aquí..
Ruki negó avergonzado pero la chica insistió nuevamente hasta que finalmente cedió.
Era cálida y mantenía un extraño olor a camelias en su ropa, se sorprendió levemente en cuanto la mano de la mayor se posó sobre su cabeza, dejando leves caricias sobre esta mientras jugaba con sus mechones de cabello, Ruki cada vez cedía mas al sueño pese a no querer, debía velar por la seguridad de sus hermanos.
—Todo estará bien, yo cuidare feliz ustedes durante un tiempo..— escucho a Reiko mumurar. —..No tienen de que preocuparse, todo estará bien..— sintiendo un poco de confianza en sus palabras, el niño de a poco iba cediendo ante el sueño pero antes de hacerlo, hablo con ella por primera vez.
—..Soy Ruki..— susurró cerrando sus ojos, dejandose llevar por las caricias que se le eran proporcionadas. Por un momento recordó a su madre, ella hacia lo mismo cuando era pequeño.
Por otro lado, Reiko sonrió levemente; había hecho hablar al mayor de los cuatro. Ese era un avance. —Mucho gusto, Ruki. Apartir de hoy, seré su hermana mayor..
¿Hermana mayor? Anteriormente, el había sido hijo único, nunca tuvo la oportunidad de tener hermanos, pero ahora era diferente, renuncio a su humanidad para ser inmortal, tendria una nueva vida, una identidad diferente e incluso hermanos de los que apartir de ahora protegería incluso con su propia vida.
No desaprovecharía esta nueva oportunidad que su nuevo padre le concedió.
—Dulces sueños Ruki...
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.Sus ojos esmeraldas pudieron notar algo distinto en ellos, no tenían el pulso y la calidez que un niño humano poseía.. Ellos eran vampiros, ¿Que era lo que hacían cuatro cachorros perdidos en un orfanato rodeados de humanos? A esa edad, los impulsos de beber de ellos era casi imposibles de reprimir, una edad problemática a la que le toco ver y experimentar con sus hermanos menores.
Reiko mordió sus labios con preocupación, Karlheinz no lo haría por caridad, ¿Ahora que era lo que estaba planeando su padre? ¿Y porque tenia que involucrar a más inocentes en sus crueles planes?
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↠𝑄𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑎 𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑎 𝑀𝑎𝑦𝑜𝑟..↞|| Diabolik Lovers
FanfictionSobre el escritorio se encontraba una hoja en blanco, en ella solo estaba escritas tres simples palabras en tinta negra.. "Querida Hermana Mayor"...