4 de abril de 2020

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Es increíble la vida, ¿no creéis? 

Recuerdo como si fuera ayer cuando me pasaba las noches en vela escribiendo por aquí. Qué pequeña era. 

Y qué madura.

No sé cómo he acabado aquí de nuevo, casi 5 años después. Y mucho menos sé cómo he acabado escribiendo esto. 

Siento una pequeña conexión con mi yo adolescente escribiendo. Me gustaría saber hacerlo como entonces. Al final todo se reduce a eso: las épocas oscuras son las que sacan lo mejor de ti. 

Me da mucha pena cuando alguien dice que ha "desperdiciado" algún momento de su vida porque éste no fue como se lo esperaba. Mi vida nunca ha sido como me la esperaba. ¿Y qué me he llevado? Felicidad. 

De pequeña me prometía que todo era pasajero, que un par de años después todo sería felicidad. Lo que yo no sabía era que la felicidad ya la estaba yo llevando poco a poco, trabajándola y aprendiendo a convivir con ella. La felicidad no es un estado ni una suerte, es un logro. La felicidad se trabaja y se madura. La felicidad no es un algo mágico que aparece un día en tu vida y todo se soluciona. La felicidad está ahí, incluso en tus peores momentos, "sólo si te acuerdas de encender la luz".

Soy muy feliz.

Soy lo que le prometí durante años a la Lola de 14 años. 

¿Qué digo?

Soy mejor que eso.

La vida me ha enseñado a perdonar y valorar. A aprender de los errores y las desgracias. La vida me ha enseñado a amar.

Y no es que ahora mi vida sea perfecta. Para nada. Tengo menos problemas, pero los que tengo duelen más. La diferencia es que ahora sé quién soy, sé cómo me afectan y sé cómo vivir con ello. No hay luz sin oscuridad. No hay felicidad sin tristeza.

Sé que muy probablemente esto no lo lea nadie, pero si tú estás leyendo esto, quiero decirte algo:

La felicidad no se regala, eres tú quién la trae a este preciso momento. Todas esas veces que has llorado, han sido para levantarte con más fuerza. Y sí, lo sé, no lo sientes así; pero cuando dentro de unos años mires atrás, verás lo duro que trabajaste por ser quien eres. Trabájate. Cuídate. Saca de tu vida a las personas que no te aporten. Busca tiempo para redescubrirte. Haz cosas nuevas sin miedo a equivocarte.

Te lo dice una chica de 20 años, a la que le queda mucho que aprender, y que aprendió mucho en su adolescencia. 

Todas las promesas que te hagas se cumplirán porque no hay nada más fuerte que tu corazón.

Lola

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2020 ⏰

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