Ahora vamos a pasar a hablar de la Edad Media, esa interesante y convulsa época que nos atrae para escribir sobre poblados feudales, señores y vasallos, o amores entre clases no aceptados por la familia.
Tenemos que tener en cuenta que la Edad Media, es un amplio periodo de tiempo, son nada menos que diez siglos (comienza en el 476 con la caída del Imperio romano de Occidente, y termina con el descubrimiento de América en 1492), así que ello implica que la moda es muy cambiante, además de que está, en cierta medida, determinada o influenciada por las distintas religiones. La mayor influencia, o la más determinante al menos en el final, fue por el Cristianismo, sus tabúes y cambios con respecto a la influencia de otros pueblos.
Tras la caída del Imperio romano, como puede parecer obvio, la toga romana fue desapareciendo y comienza el uso de otras túnicas, y de las bracca bárbaras (eran pantalones fabricados con piel de animal) se pasa a lo que se llamó calza-bragas, que no era otra cosa que la prenda previa a los pantalones cortos o los leotardos.
Y por supuesto, también cambiaron las capas y los mantos (hombres) o las sayas y los tocados (mujeres). Todas las modas se entremezclan, como hemos dicho, con las distintas tradiciones de pueblos musulmanes, romanos y bizantinos.
Los bizantinos, por ejemplo, aportan ropas anchas, con bonitos e intrincados bordados de plata y piedras, sobre todo en trajes ceremoniales y para clases altas, aunque las clases bajas se limitaban a vestir calzas o bragas, sayas y túnicas mucho más sencillas.
La influencia musulmana se aplica en las zonas conquistadas, que fue bastante amplia, sobre todo en la Península Ibérica. Supuso el uso de zaragüelles (pantalones o calzones), fajas, turbantes. También el uso de prendas como la aljuba (túnica corta, a veces con botones, incluso en las mangas).
SI ubicáis vuestra historia en la Península Ibérica, vais a tener que tener muy en cuenta la época en la que vais a basar la historia, debido a que, sobre todo a partir del siglo XI, hay mucha mezcla de distintos pueblos. Merece un apartado distinto, para no saturaros con demasiados datos. Y lo haremos, no os preocupéis.
Las prendas que no pueden faltar en la Edad Media:
Calzas: Desde el siglo VII lo que conocemos como calzas, son las prendas que cubrían la parte inferior del cuerpo. En su origen fueron prendas exclusivamente masculinas, también evolucionaron en distintos tipos de pantalón.
No eran necesariamente ropa íntima, si no que habían una amplia variedad: Las calzas bragas, las medias calzas o las calzas botargas (anchas y largas), también las llamadas calzas atacadas (muy parecidas a las botargas), o las llamadas gregüescos (calzón masculino corto abombachado), que seguro habéis visto en más de un retrato de la realeza.
Prendas de abrigo: como no solo de calzas vive el hombre, tenían que llevar alguna prenda exterior. La principal durante la Edad Media eran los mantos y capas, o los conocidos como sobretodos (os podéis imaginar de dónde viene el nombre).
Para que estos abrigos cumplieran su función, se usaba como principal materia prima la lana. En los primeros siglos se mantiene el uso de la capa romana, la que se sujetaba con una fíbula por delante. Después, con los musulmanes, entra en juego el albornoz (que ahora lo asociamos más con una bata o toalla), pero en cuyo origen no es otra cosa que una capa cerrada en el pecho pero abierta por abajo.
Calzado: este, al igual que el resto de indumentaria, cambia en función de la clase social. Las antiguas sandalias o zuecos, se siguen utilizando, sobre todo en las clases más bajas, aunque se modifica la decoración para los miembros de la alta alcurnia.
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Modas del pasado
Non-FictionUno de los elementos más importantes a la hora de escribir ficción histórica es la representación de las modas de cada sitio particular en el momento que corresponda y según la clase social de los personajes. ¡Suena complicadísimo! Por eso aquí in...