𝗗𝗘𝗕𝗜𝗘 - ashton irwin

01: Tú invitada, tú limpias

01: Tú invitada, tú limpias

Debie Marie Hemmings, era la menor de tres hermanos y tenía una vida bastante común. Vivía en Sídney, Australia, junto a sus padres, estaba estudiando Derecho —una carrera que todavía no le gustaba por completo—, y tenía un trabajo de medio tiempo en una biblioteca y una mejor amiga un poco loca. Una vida un poco aburrida a diferencia de Luke, su hermano. Quien era una estrella de rock, así le llamaba ella. Había formado una banda junto a tres amigos y estaban triunfando por todo el mundo. Estaba muy orgullosa de él, pero lo extrañaba, casi nunca lo veía y aunque intentaban hablar a diario, definitivamente no era lo mismo. Por eso cuando su hermano le propuso irse por unos meses a Los Ángeles no dudo en aceptar. No dudo en detener sus estudios, dejar su empleo y dejar a sus padres.

Necesitaba un cambio. Necesitaba pensar en las decisiones que había tomado. Sobre todo, debía pensar en si quería continuar con la carrera que había elegido. Tenia muchas cosas en que pensar, por lo que le pareció buena idea irse con su hermano por un tiempo.

Por esa razón en ese mismo momento se encontraba en su habitación empacando mientras tarareaba una canción que había escuchado en la radio y no podía sacar de su cabeza. Su mejor amiga se encontraba ayudándola mientras se quejaba por no poder ir con ella.

— Estoy tan enojada. No es justo que no pueda ir contigo a Los Ángeles. — metió de mala manera una prenda en la maleta. — Tenía muchas ganas de conocer a Michael.

Admes, era la mejor amiga de Debie desde hace un par de años, específicamente desde que ella, su mamá y su hermano menor se mudaron al frente de su casa hace tres años.

Hicieron match rápidamente a pesar de que tenían personalidades muy diferentes. Admes era muy impulsiva, no le importaba decir lo que pensaba, era muy divertida, su actividad favorita era irse de fiestas y amaba romper las reglas. Esto ultimo fue lo que hizo que su madre no le permitiera viajar con su mejor amiga.

Debie cerró una de las maletas y se sentó en la cama.

— Siéntate conmigo. — dio unas palmadas en su cama indicándole que se sentara. La castaña se sentó refunfuñando.  — Ad, ¿te advertí o no te advertí que si te metías en problemas tu mamá no te dejaría ir? — la castaña se encogió de hombros.

— No me regañes, Debs. No estoy de humor para regaños. — se tiró en la cama. — Mejor vete a LA, disfruta la ciudad, sal a fiestas, conoce otras personas, consíguete otra mejor amiga y…

Debie soltó una carcajada interrumpiéndola.

— Deja tu drama, Admes. — pidió entre risas. — ¿Sabes lo que tienes que hacer?

La castaña se levantó de repente.

— ¿Tienes una solución? Habla ya. — ordenó.

— Empieza a comportarte y demuéstrale a tu madre que eres una chica responsable. Y puede que te permita ir… en un futuro.

— En un futuro. — repitió.

— Ajá.

— No quiero ir en un futuro, quiero ir mañana con mi mejor amiga. — se sentó bruscamente en la silla del escritorio. — Ugh. Maldigo el momento en el que decidí conducir ebria.

Hace un par de noches atrás, la castaña se había ido de fiesta con su novio —ahora ex—, bebió demasiado y tuvo una fuerte discusión con su ex pareja porque lo encontró besuqueándose con otra chica. Tomó la mala decisión de tomar el auto e irse, y a pocas calles fue detenida. Afortunadamente no pasó a mayores, pero su madre tuvo que pagar una gran fianza.