𝗗𝗘𝗕𝗜𝗘 - ashton irwin

04: ¿Quién eres tú?

04: ¿Quién eres tú?

Debie despertó observando a su alrededor, el primer lugar que iba a mirar al despertar durante los meses que estaría en LA y le encantaba, incluso más que su habitación en casa de sus padres. Aunque ellos no debían enterarse de eso. No tenía ni idea de cuanto había dormido, pero estaba segura de que había sido bastante. Se sentía al cien, con ganas de recorrer toda la ciudad en un día si es que eso era posible.

Se estiró aun en la cama y espero unos segundos antes de levantarse, pero no por completo. Tomó su teléfono que se encontraba sobre la mesa de noche, estuvo leyendo y respondiendo un par de mensajes, dejó el aparato donde estaba antes de tomarlo y se levantó por completo empezando a organizar sus cosas. Intentó hacerlo lo más rápido posible para después ir a darse una ducha antes de ir a saludar a los chicos.

Apartó la ropa que se pondría dejándola sobre la cama y acomodó su cabello en un desordenado moño para después entrar a la ducha. Se tomó su tiempo para cada cosa, cepillo sus dientes, se duchó, se colocó la ropa y se sentó frente al espejo para comenzar a cepillar su cabello, se hizo una rápida cola de caballo para después tomar su teléfono y encontrarse con varios mensajes de Admes preguntándole si ya había visto a Mike, prohibiéndole enamorarse de él —como si eso fuera a pasar—, y exigiéndole fotos del teñido. La videollamó. A los pocos segundos la cara de su mejor amiga apareció en la pantalla.

— ¿Me llamaste para decirme que no puedes vivir sin mí? — preguntó.

— Eh, no. — respondió. La ojiazul hizo pucheros. — Llamaba para decirte que aún no he visto a Mike. En realidad, no he visto a ninguno de los chicos, solo a Luke.

— Perdiendo el tiempo. — dijo.

— ¡En mi defensa, llegue muy cansada del viaje! — exclamó defendiéndose.

— Excusas. — dijo rodeando los ojos. — Igual quiero las fotos. Y un autógrafo. Y un video diciendo que me ama.

— Estás demente, ¿lo sabías?

— Así me amas. Linda habitación, por cierto.

La rubia sonrió y le mostró toda la habitación.

— Está increíble. Y es enorme, todo el lugar lo es. — le dijo. — Solo falta mi mejor amiga para que sea perfecto.

— ¿Estás hablando de mí, ¿no?

— No. — dijo sarcástica.

— Lo sabía, te vi muy cercana a Julia últimamente.

Ambas rieron.

— Te echo de menos, tonta. — le dijo.

— Y yo a ti, rubia. — respondió. Pudo alcanzar a escuchar a Cameron gritarle a su hermana. Admes suspiró. — Eres afortunada de no tener hermanos menores, ¿sabías?

Debie rio. Sabía que su amiga estaba bromeando, Admes amaba a Cam más que a sí misma.

— Debo irme, le tengo que preparar el desayuno al pequeño engendro.

— Vale, saluda a Cam de mi parte. Y no hagas tonterías.

— Ajá, mantenme informada de todo. — pidió.