𝗗𝗘𝗕𝗜𝗘 - ashton irwin

03: Princesita

03: Princesita

El viaje de Debie estuvo muy tranquilo, afortunadamente volar en un avión no era algo que la asustara por lo que estuvo escuchando un playlist que había hecho el día anterior, leyendo un libro que le habían recomendado y después hojeando algunas de las revistas que le habían dado sus padres antes de subir al avión mientras comía snacks. Además, la muchacha que se sentó junto a ella durante el vuelo se la pasó durmiendo la mayor parte del tiempo y no la molestó en lo absoluto.

La rubia se emocionó al escuchar a la aeromoza hablar a través de los parlantes e informarles que faltaba poco para aterrizar. Se quitó los airpods y los guardó, sostuvo su teléfono en su mano izquierda y se acomodó en el asiento esperando que el avión por fin aterrizara después de largas horas de viaje.

No podía dejar de mover su pierna izquierda, estaba tan emocionada y nerviosa. Había esperado mucho por ese viaje, por ver a Luke, pasar tiempo con él y conocer nuevos lugares, personas, estaba ansiosa por todo lo que iba a descubrir durante su estadía en Los Ángeles. Por fin el avión había aterrizado, ya se encontraba en LA.

Antes de bajar del avión la rubia le envió un texto rápidamente a su hermano avisándole que el avión acababa de aterrizar. Justo cuando iba a guardar su teléfono el aparato vibró dos veces y un mensaje de su hermano apareció en la pantalla diciéndole que la estaba esperando.

La rubia sonrió y guardó su teléfono en su bolsillo trasero, tomó su pequeño bolso y se lo colocó sobre el hombro. Bajó del avión y fue por sus maletas, tardó un poco más de diez minutos y ya cuando las tenía bajo su poder agradeció al señor canoso que estaba a cargo de estas con una sonrisa y el hombre también le sonrió. La rubia miró a su alrededor caminando con lentitud buscando a su hermano mientras arrastraba sus maletas, frunció el ceño al no ver a su hermano por ninguna parte.

— ¿Dónde estás, Luke? — preguntó por lo bajo.

Caminó un poco más y su sonrisa se ensanchó al ver a su hermano entretenido en su teléfono, probablemente enviándole mensajes preguntándole donde estaba. Se acercó rápidamente a donde estaba él sin percatarse que su hermanita estaba a unos pocos metros de él.

— ¡Robert! — exclamó la rubia ya cuando se encontraba a unos cuantos pasos del rubio. Luke apartó su mirada del aparato que tenía entre sus manos y una gran sonrisa apareció en su rostro al ver a su pequeña —ahora no tan pequeña—, hermana. Luke guardó sus teléfono rápidamente y corrió a abrazar a su hermanita. Debie aceptó el abrazo al instante y así estuvieron por varios segundos, se habían extrañado, muchísimo. Ninguno de los dos podría explicar cuánto. A pesar de que tenían dos hermanos más y que Luke era mayor que Debie siempre fueron muy unidos, la menor de las Hemmings apenas había nacido y probablemente Luke ya estaba pegada a ella como un chicle. Siempre estaban el uno para el otro, no existían los secretos entre ellos y, además, Luke la protegía como a nadie. Era su princesita, aunque ella odiara que la llamase así.

— No puedo creer lo grande que estás, princesita. — le dijo al verla después de romper el abrazo. — No crezcas más, por favor. — agregó volviéndola a abrazar, ella solo sonrió.

— Te extrañé, idiota. — murmuró en medio del abrazo. — Y te perdono que me digas princesita solo porque teníamos mucho tiempo sin vernos, eh. Pero que no se te haga costumbre, Robert.

— Yo también te extrañé. — respondió él con cierta emoción en su voz. Incluso puedo escucharlo con la voz un poco entrecortada. —Basta, me voy a poner a llorar como un idiota. — ambos rieron.
— ¡Bienvenida a Los Ángeles! La vas a pasar increíble, los chicos y yo nos encargaremos de eso.