Lunes, 9:45.
Llegaba realmente tarde a contabilidad analítica. Pero poco me importaba, tenía un dolor de cabeza horrible después de la dichosa fiesta del sábado. Después de superar la perdida de mi vestido y aun con resaca, tuve que aguantar que mi padre me gritara durante 37 minutos sobre lo bochornosos que habían sido mis comentarios fuera de lugar y mis escabullidas mientras charlábamos con los García de Riscal.
Era cierto, no había sido una de mis mejores actuaciones y aquello lo estaba pagando caro. Aunque después, Fernando me acompañó hasta la cocina para limpiar el vestido un poco más a fondo y pude hablar un rato a solas con él. Aunque realmente no estuvimos a solas, mi padre nos espiaba desde la puerta trasera... muy sutil, seguramente tenía pánico de que la cagara de nuevo.
En el fondo, la velada había sido bastante prometedora. Mi padre se había salido con la suya y había invitado a los García de Riscal a nuestra casa para otra velada el sábado siguiente, mi entusiasmo era palpable...
-Buenos días, Carla. -dijo alguien sacándome de mis pensamientos mientras cerraba mi taquilla de un golpe debido al susto.
-Buenos días, Polo.
-Perdóname, no quería asustarte. Solo que como no te he visto esta mañana a primera hora quería saber si estabas bien. Vaya, tienes mala cara, ¿has dormido bien? -intentó tocar mi frente con su mano, a modo de medir mi temperatura corporal.
-Polo, para, frena. Estoy bien. -sentencié.
-¿Quieres un paracetamol? -dijo rebuscando en su mochila, me estaba poniendo de los nervios.
-No, Polo, el dolor de cabeza me lo estás dando tu.
-Perdona de nuevo. -y vi como agachaba su cabeza, no debía pagar mi frustración con los demás.
-Disculpa Polo, he tenido un fin de semana bastante agitado y aun tengo secuelas. ¿Te parece que comamos juntos y luego me cuentas?
-Por supuesto. -dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
La cabeza parecía que me iba a estallar, debí haber aceptado aquel medicamento que me ofrecía Polo, pensé. Y entonces, mientras entraba al baño, un brazo me interceptó.
-Amiga, buenos días. -dijo Lu.
-Dios, Lu, ¿queréis matarme todos del susto hoy o qué?
-Ay Carla, creo que eres tu la que se sobresalta con facilidad. -dijo restándole importancia al asunto. -Escucha, desapareciste de la fiesta, ni siquiera pude decirte que después nos fuimos de after a casa de Ander.
-Espero que os lo pasarais bien, yo estuve ocupada intentando salvar mi vestido y hablando con inversores de papá.
-Es cierto, vi a tu papá toda la noche pegado a un tipo.
-Te puedes imaginar lo bien que me lo pasé. -dije irónica.
- ¿Y que le pasó a tu vestido? -preguntó mi amiga mientras paseábamos por los pasillos de la universidad.
-Un idiota me tiró su copa encima.
-¿En el Valentino? -dijo llevándose las manos a la cara.
-Ese mismo.
-¿Quién fue el asesino? -reí ante la escena de dramatismo que estaba presenciando.
-Pues es...
Y no pude continuar la frase, porque de nuevo, me sobresalté por tercera vez en lo que llevaba de mañana. Para mejorar la situación, esta vez noté como un liquido caliente corría por mi blusa de seda y cerré los ojos mientras me paralizaba esperando algún tipo de reacción por parte de mi cuerpo, pero no la hubo.
-Por favor, por favor... dime que esto no está pasando. -dije agitada.
-Tranquila amiga.- dijo Lu mientras sentía sus manos sobre mi brazo. -He podido salvar tu bolso.
-Joder, perdona. - y entonces abrí los ojos, había reconocido esa voz.
-¡TÚ! -grité fuera de mi y vi como Lu daba un pequeño respingo sin entender mientras nos miraba a ambos. -¿Como es posible que seas tan jodidamente torpe, tío?
-Escucha guapa, que yo iba mirando hacia delante, has sido tu la que has girado la esquina sin mirar.
Otra vez, la historia se repetía. Samuel García de Riscal en vivo y en directo ante mis ojos, con un vaso de café en la mano, ahora vacío, volvía a echarme la culpa a mi de lo sucedido.
-¿Esto también te lo tengo que pagar o esta vez no hace falta? Te lo digo porque aun no me has dado la factura del vestido y por meterlo todo en el mismo cheque.- dijo divertido.
-¿Me estás vacilando? ¿Te parece gracioso? -dije subiendo el tono de voz, lo que hizo que algunos estudiantes de nuestro alrededor se giraran a contemplar la escena.
Y noté como comenzaba a ponerme roja, iba a implosionar. Y justo en ese instante, mi amiga me agarró de los brazos y me giró en dirección al baño.
-¡Aléjate de mi! -le grité antes de entrar en el baño de mujeres.
-Respira, respira, respira. -dijo mi amiga mientras gesticulaba como en los cursos de primeros auxilios.
-Respiro, respiro, respiro. -repetí agarrando la pila del lavabo y mirándome al espejo. -Pero después, lo mato.
Miré mi preciosa blusa azul cielo, ahora con una mancha color marrón que cubría la mitad de mi pecho y bajaba hasta el ombligo...
-¿Cómo es posible que pase esto otra vez? -dije subiendo el tono de voz.
-Ando algo perdida, ¿a que te refieres con otra vez? -dijo mi amiga sin entender nada.
-¡Él! -grité algo histérica. -Él es el que me tiró la copa de vino en mi vestido la otra noche.
Lucrecia me miraba sin entender.
-Es hijo del inversor de mi padre.
-Vaya, ¿y nunca antes le habías visto?
-¡No! ¡Y de repente no para de tirarme cosas!
-Tiene lógica que no le hayas visto nunca... Teniendo en cuenta que solo en nuestro curso somos más de cien, quizás en la universidad somos más de mil.
-Es odioso, no solo no para de tirarme cosas, sino que además, insinúa que es culpa mía constantemente.
-Un poco cretino si es. -sentenció mi amiga dándome la razón.
-Y encima tendré que verle de nuevo el sábado... ¡Joder!
-Amiga, tranquilidad, la próxima vez intentaremos que te tire flores o quien sabe, quizás besos. -dijo riendo.
-Prefiero el café hirviendo. -y volví a mirar frustrada mi blusa. -Por favor, ¿puedes dejar de hacer chistes y traerme algo de mi taquilla para poder ponerme encima? ¡Gracias!
-Desde luego, si acaban juntos, jamás podrán decir que fue amor a primera vista. -dijo riendo mientras salía del baño.
Y la enseñé mi dedo corazón a modo de respuesta, mientras volvía a frotar mi blusa con un papel con algo de agua y jabón.
"No quiero saber si estás por ahí fuera, no quiero saber nada, no es complicado. Para ser sincera, solo trato de estar lejos de ti y es difícil cuando conoces a todos los que están a mi alrededor. Para ser sincera, solo intento alejarme de ti. Porque no quiero verte más, cada vez que te veo me vuelvo loca, no quiero verte más. Veo tu cara y siento como si fuera una tortura personal, porque realmente, solo intento mantenerme alejada de ti."
Inspired by: I don't want to see you anymore - XYLO
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Culpa | CARMUEL.
Fanfic❝Got him right where the carats at, wrapped 'round my finger like a ring❞ AU