Hyung... Could give me sex? // ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ CORREGIDA✅

El Inicio de una Familia

—Solo firme estos papeles, y le entregaremos a la niña.

Una señora mayor me pasó alrededor de tres papeles para firmar. Además, tenía que leer la cantidad de letras que contenían estos documentos; era simplemente agotador...

Firmé los dichosos papeles y me llevaron con la niña. Pasamos por un pequeño pasillo, estrecho la verdad. Llegamos a unas habitaciones donde se veían muchos niños corriendo por el lugar. Verlos felices aquí sin padres... Me hacía querer llevármelos a todos, pero era imposible.

—Ella es Daphne.

Era una niña preciosa de cabello ondulado y tez morena con ojos verdes. Sus labios eran igual de regordetes que los míos, y sus ojos, algo grandes, la hacían perfecta.

—¿Tú serás mi papi? —dijo la niña mientras esbozaba una linda sonrisa. Me dio mucha ternura y me dieron ganas de estrujarle esas pequeñas mejillas.

—No... Yo, pequeña, seré tu hermano mayor.

Me puse a su altura y acaricié su cabello mientras le dedicaba una sonrisa.

—Para mí serás mi papi, ¡porque tú viniste por mí!

La pequeña me abrazó. No estaba muy acostumbrado a los abrazos, puesto que en Corea no era normal, pero de igual forma le devolví el abrazo. Esa niña me derretía el corazón.

—¿Ya llevas tus cosas, Daphne? —habló la señora del orfanato.

—Sí, Carmela, ya empaqué mis cosas. —La niña corrió hacia la señora y la abrazó—. Muchas gracias por cuidarme, doña Carmela. —Le dio un beso en la mejilla y tomó su maleta color lila—. ¡Me voy, se cuida, doña Carmelita, la voy a extrañar!

La niña corrió hacia mí y salimos del lugar. Tomamos un camión que nos llevara a casa. Al bajarnos, la niña me iba contando su historia; no podía creer que tuviera solo cinco años, ¡era demasiado linda!

—Sabes, mis papás no me querían y me dejaron en ese lugar, pero, como quiera, fui feliz en la casa hogar. Me gustaba, tengo amigos allí, y me hicieron cartitas antes de irme. ¡Te las enseñaré ahorita!

Ella sonrió. Mis padres habían dicho que sus padres habían fallecido en un accidente, pero no fue así... Llegamos a casa y la entré directamente a la sala. Me empezó a hacer un par de preguntas.

—¿Cómo te llamas?

—Park Jimin.

Nos intercambiamos sonrisas entre cada pregunta y respuesta.

—¿Tienes novia?

—Ehmm, no...

Reí levemente y ella también.

—¿Eres de China? Tienes cara de chino, ¡me gustan tus ojos rasgados!

—Soy de Corea, algo similar se puede decir, ¿no crees?

—¡Quiero ir!

—Quizás después, pequeña. —Acaricié su cabello y pensé: en vez de comprar la casa, le diré al señor que la rente. Haría lo posible por llevar a la pequeña a Corea.

Había pasado ya un buen rato. La niña seguía haciendo preguntas, y jugué con ella a las escondidas y hacíamos dibujos. Era demasiado tierna, tenía que repetirlo de nuevo. Ya era de noche, por lo que la niña se metió a bañar. Ella decía que ya sabía ducharse sola y que normalmente dormía a las 10:30 p.m., gracias a la rutina del orfanato.

[...]

Habían pasado dos semanas desde que vine por la niña. Ella ya me conocía muy bien, pero tenía un problema con Yoongi. Últimamente no hablábamos, o era cortante conmigo... ¿Estaba pasando algo? ¿Qué era?

Suspiré y decidí llamarlo.

—Hola, hyung. ¿Cómo ha estado?

—Lo normal.

Qué tipo tan más seco.

—¿Está enfermo? ¿Tiene algo? Lleva días así...

—No es nada, métete en tus asuntos, Jimin, y no me llames. Estoy muy ocupado últimamente.

Colgó.

Sentí una tremenda furia por lo dicho. Estaba acongojado, no podía creer que me hablara de esa forma. ¿En qué estaría ocupado? ¡Por Dios!

Vestí a Daphne y fuimos a un kínder para que hiciera su último año de preescolar. Necesitaba ir a inscribirla. Al final, los planes de mi padre habían cambiado. No me haría cargo de la agencia del señor Min; por su cuenta, decidió estarme depositando dinero a cambio de nada.

Llegué al kínder con Daphne. Se veía feliz; quería jugar con niños de nuevo. Entré a la dirección y completé los trámites y la inscripción.

Bien, ahora faltaba conseguir el uniforme, que consistía en una falda de tablones negra con una blusa blanca y un pequeño saco que mandaría hacer el kínder. En una semana, la pequeña empezaría a ir al kínder, así que debía conseguir tal uniforme rápidamente.