-🖤-Demonio perro

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Kiyoshi

- ¡Kiyo-chan! ¿Qué estás haciendo ahí? No hay necesidad de perder el tiempo viendo a unos viejos como nosotros labrando la tierra- me gritó unos de los ancianos que estaban en el huerto.

Sonreí por sus palabras.

- ¡Pierdo el tiempo porque no me han dejado ayudarles! -alcé mi voz para que pudieran oírme y situé mis manos cerca de mi boca para hacerla escuchar más.

- ¿Kiyo-chan labrando la tierra? -otro de los ancianos del pueblo se detuvo en su trabajo, negó varias veces con la cabeza-Imposible, imposible.

-Para eso estamos nosotros, no te preocupes, ¡haremos un buen trabajo! -Apoyó otro y todos concordaron con él.

Hoy hacia una tarde tranquila, sin nada que hacer miraba a los ancianos del pueblo. La energía que tenían era admirable, lo que más me gustaba, nada podía detenerlos y siempre buscaban la manera de salir adelante aunque, esto no significaba que no fueran tercos... Era gracioso cuando se enfermaban, no había manera de hacerles guardar reposo, sus esposas tenían que tomar en serio el reprenderles, esa era la manera de que pudieran estarse tranquilos.

- ¡Kiyo-chan! -voltee a mi llamado, ¿Inui?, venia corriendo ¿Cuál era el apuro?

Voltee mi cuerpo en su dirección, al llegar a mi tanto era su cansancio que tuvo que reposar en sus rodillas para retomar el aliento, me incliné hacia su rostro que apuntaba al suelo.

- ¿Qué ocurre, Inui? ¿Cuál es la prisa? - nos erguimos una vez ella se recuperó.

- ¡Tenemos problemas! -abrí mis ojos de la preocupación. Endurecí mi semblante, situaciones como esta no era juego para mí.

- ¿Qué ocurre?

-Las plantas medicinales se han agotado ¡Nuestros cultivos han desaparecido! Y no solo eso, el pequeño de Akiko está muy enfermo ¡justo en este momento!- Fruncí el ceño, tras recibir su mensaje crucé por un lado de ella y empecé a dirigirme a la choza de Akiko-san-, ¿Kiyo-chan?

-Andando, Inui-le dije sin mirarle.

Llegamos a la choza y entramos, tres ancianas del pueblo estaban junto Akiko para ayudar al pequeño. Se sorprendieron al verme allí, miré al niño y ciertamente se encontraba en un estado delicado, miré en seguida a las ancianas. Llevé mi mano a la pequeña cabeza del bebé y estaba ardiendo, mi preocupación no pudo ir en descenso.

- ¿Creen que puedan mantenerle baja la fiebre hasta que yo regrese? - sus ojos se abrieron más.

- ¿Qué estás pensando, Kiyo-chan? -la anciana Cho me preguntó, le miré y sonreí.

-Algo que es mi deber- me erguí para salir del lugar-Inui busca mi caballo, por favor ¡Regreso por la noche!

- ¡Kiyo-chan, espera!

Fui a mi choza para buscar mi arco y flecha, una vez que las tomé esperé a que llegará Inui con mi recado. No perdí el tiempo y comencé a correr, cerca de la barrera que cubría al pueblo, mi mano izquierda abierta y la derecha encima de la otra, entrelazando los dedos deshice la barrera y continúe mi camino sin mirar a mí alrededor, en cierto punto no pude evitar despistarme.

Era la hermosa vista que brindaba los arboles de cerezo florecidos en el prado, detuve por un momento mi caballo y dando él vuelta en el mismo sitio aprecie solo un poco aquel entorno, en un parpadeo seguí con mi camino y cuando tuve las plantas que necesitaba, volví a mi pueblo y, no contaba con que hubiera algo que se interpusiera en mi camino. Mi caballo relinchó una vez se percató del enemigo, estoy segura de que mis ojos no cabían en su lugar de lo muy abiertos que estaban.

𑁍 SESSHOMARU 𑁍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora