Capítulo 6: Rompiendo la burbuja

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Andrés: Buenos días, Lucía.- Dijo entrando la oficina, mientras Lucía terminaba de limpiarla.

Lucía: Buenos días, señor.- Dijo de espaldas a él. El golpe que le había propinado José, le había dejado el pómulo morado y aunque trató de disimularlo un poco con maquillaje, se le notaba.

Andrés: ¿Cómo está Lucía?.- Le preguntó.

Lucía: Muy bien.- Dijo nerviosa no quería que él le viera el golpe. - Bueno, ya está listo aquí.- Dijo recogiendo sus materiales para salir de ahí.

Andrés: Espere Lucía.- Dijo llamándola y ella se detuvo.- ¿Le pasa algo?.- Le preguntó extrañado mientras se levantaba de su silla.

Lucía: Este, sí... tengo mucho trabajo.- Dijo pero antes de salir Andrés la tomó por el brazo girándola despacio.

Andrés: Pensé que habían sido alucinaciones mías, pero ya veo que lo que vi cuando entré a la oficina, es cierto.- Dijo serio mirándole el golpe.- Quiero pensar que ese golpe se lo hizo con la puerta de su baño, pero eso sería una tonta y patética suposición.- Dijo y ella bajó el rostro.- ¿Lo denunció?.- Le preguntó y ella lo miró con lágrimas en los ojos.

Lucía: No..... pero lo eché de la casa.- Dijo rápidamente.- Y no volverá a  hacernos daño, ni a mi hija ni a mí.

Andrés: No sea ilusa, Lucía.- Dijo mirándola serio.- Un hombre que golpea una vez a una mujer, busca los medios para hacerlo miles de veces. ¿Por qué no lo denuncia?.

Lucía: Bueno.... porque es el padre de mi hija.- Dijo sin saber qué decir. No podía reverlarle la razón por la que no podía denunciarlo.- Porque son muchos años juntos y porque sé que el no volverá a lastimarme.

Andrés: No es posible que piense eso. No justifique la situación de esa manera tan fuera de este mundo.- Dijo molesto.- Sé que no tengo derecho a meterme en su vida, pero creo que un tipo como ese debe estar tras las rejas.- Dijo y ella lo miró para después salir la oficina.


Dylan: Nena, te juro que me encantaría estar todo el día en esta posición, pero como comprenderás estoy un poco incómodo.- Le dijo mientras la bajaba poco a poco y la colocaba en el piso.

Mía: Lo... siento.- Dijo apenada. Se dio la vuelta y fue directo a buscar su ropa bajo la atenta mirada de Dylan.

Dylan: Preciosa, ¿alguna vez alguien te dijo que tienes un trasero espectacular?.- Le dijo y ella se giró avergonzada.- No.- Dijo mirándola de frente.- Y esos pechos son de infarto.- Dijo y ella se tapó los pechos con su camisa lo que provocó la risa de él.- Nena.-Le dijo acercándose.- ¿Por qué te tapas?, ya te he visto completamente desnuda.- Dijo tomándole el rostro y dándole un beso.- Además, tenemos que ducharnos.- Dijo quitándole la ropa de las manos, la tiró en el piso y cargó en sus hombros a Mía, dirigiéndose al baño.

Mía: ¡No, bájame!.- Decía avergonzada mientras entraban al baño y el la depositaba en la ducha.- Estás loco, yo... tengo que irme.- Dijo nerviosa tratando de salir de la ducha, pero él la acorraló en la pared.

Dylan: No preciosa, hoy te voy a raptar todo el día.- Dijo con sensualidad antes de abrir la llave y el agua empezara a mojarlos. Dylan tomó el jabón, lo vertió en la esponja y empezó a pasarla por el cuerpo de ella.

Mía: Yo... puedo hacerlo.- Dijo nerviosa mientras sentía como las manos de él pasaban por todo su cuerpo.

Dylan: No, yo lo hago.- Dijo mientras el agua borraba los residuos de espuma. Dylan acariciaba cada parte del cuerpo de Mía. Ella cerraba los ojos deleitada por lo que hacían las manos de Dylan. Lo sintió acariciar su intimidad obligándola a echar su cabeza hacia atrás mientras el agua le caía en su rostro. Sintió las piernas temblar cuando sintió las manos de él acariciar su intimidad. Lo miró y se sintió morir al imaginarse lo que él iba a tratar de hacer.-¿Qué... qué haces?- Le preguntó nerviosa al ver como el se arrodillaba y colocaba una de sus piernas en su hombro.-

Me enamoré sin querer queriendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora