•Zamasu•

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-Créditos de la imagen  a quien corresponda-
×La hice mía×
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•Zamasu•

Una sonrisa tímida aparece en el rostro de ella, elevo mi mano y acaricio su suave mejilla.

—Luces hermosa, como siempre—Sus mejillas se colorean de rojo, deposito un beso en sus labios.—¿Nos vamos?—___ asiente y la tomo de la mano para dirigirnos hacia el coche que me prestó mi padre, abro la puerta del copiloto y le digo que suba. Así lo hace y yo voy al otro lado.

—¿Como estuvo tu día?—Sus ojos estaban clavados en mi, siempre me decía que ella tenía una tremenda suerte por tenerme a su lado, pienso que es al revés.

—Realmente bien, al fin aprobaron mi tesis—Muestro una enorme sonrisa, al fin los días se desvelo llegaron a su fin.

—¡Muchísimas felicitaciones por ello!—Asiento y le guiño el ojo mientras regreso la vista frente al volante.

—¿Y el tuyo? ¿Cómo te va en la agencia?—Ella era una chica súper inteligente y talentosa, sus ilustraciones y ediciones llegaron rápidamente a agencias de publicidad, logrando tener trabajo incluso antes de terminar su carrera.

—Un nuevo chico ingresó—Dediqué una mirada hacia ella—Su trabajo es muy bueno, estoy a cargo de él—Miró hacia el frente con una sonrisa nerviosa. Yo embozo una sonrisa ladeante.

—Apiádate de él por favor—Conocía su manera de trabajar, fuera de su trabajo ella era un amor de persona, pero una vez dentro parecía que el diablo entraba en ella, siempre se quejaba de aquellos compañeros que no se esmeraban en el trabajo. Siempre fue muy perfeccionista, y era comprendible.

—Mientras trabaje por ahora no habrá ningún problema—Solté una carcajada, el silencio inundó el espacio, haciéndolo sentir cálido, unos minutos más y avisé que pronto llegaríamos al mirador. Bajé del auto y abrí su puerta, ella tomó mi mano.

—Parece que estamos solos—Por alguna extraña razón el mirador se encontraba vacío, enarqué mis cejas ante aquel acontecimiento.

—Tenemos el mirador a nuestra disposición—Coloqué mi mano sobre su cintura y la estrujé en mis brazos. Deposité un beso en sus labios y caminamos hacia las bancas que daban la vista de la cuidad quien con el sol  ocultándose.

Una vez que nos sentamos coloqué mis manos detrás de sus hombros y la atraje hacia mi, mis latidos se encuentran alocados, la chispa seguía intacta.

Estábamos tranquilos en aquella banca, el sonido de mi teléfono nos sacó de nuestra burbuja, ___ se separó levemente de mí, tomé el móvil y apreté el botón verde mientras miraba a mi novia.

—¡Oye donde carajos estás!—Retiré levemente el móvil ante el grito que había propinado mi amigo del otro lado. Rodee los ojos y solté un suspiro.

—Black estoy con mi novia ¿Que sucede?—Rápidamente la risa de él se escuchó, aquella sonrisa que conocía bastante, una de morbosidad.

—¿Al fin dejarán de ser vírgenes?—Me levanté rápidamente yendo hacia un lugar donde ___ no me escuchara.

—Cállate, dime de una buena vez que sucede—Un suspiro escuché.

—Iba a invitarte a una fiesta con mujeres, estaba seguro que te iba a convencer ésta vez—Solté un chasquido, podría imaginarme a Black con una cerveza en la mano y mirando lujuriosamente a toda chica que pasara frente a él.—Bueno ya no importa.

—Bien, nos vemos luego—Me despedí.

—Hazla feliz—Su palabra "feliz" sonó tan él, sabía a lo que se refería, es un maldito pervertido.

Regresé con ___ quien miraba en rojizo atardecer, sentí mis manos temblar, esta noche quería llegar más allá de solo besos en los labios, quería hacerla mía, hacerle el amor.

—Regresé—Me sonrió y asintió.

—Zamasu...—Dirigí mi vista hacia ella. Nos acomodamos mejor—¿Recuerdas al chico que recién ingresó?—Rápidamente mi mente llegó al momento en el que lo dijo, cuando veníamos hacia acá. Yo asentí ante su pregunta, por alguna razón sentí mi pecho oprimirse. Sus ojos conectados a los míos solo hicieron preocuparme.—Pues él será el que se quedará a cargo.—Enarqué mis cejas. ¿A cargo? ¿La despidieron? ¿Renunciará?

—como que será el que se quedará a cargo, ¿Acaso te dijeron que te van a despedir?—Negó rápidamente, bajo la mirada un tanto pensativa. Tomé sus mejillas y la hice mirarme—¿Sucede algo malo?

—Me invitaron a formar parte de un nuevo equipo—Sin dudarlo sonrió enormemente, sus ojos brillaron ante lo que ella decía. Sin embargo al mirarme su mirada se volvió nostálgica.—Un nuevo equipo en Europa—Y mi corazón se detuvo ante sus palabras, pronto sentí mis manos temblar y mi cabeza dio vueltas al punto de marearme.

—¿Qué? ¿Te-te vas?—Mi voz sonó un tanto ronca. Ella tomó mis mejillas y acarició los mechones blancos que estaban al frente.

—Es una excelente oportunidad, Zamasu, sabes que te amo...—Me sentí mal al haberle hecho aquel cuestionamiento, siempre he sido una persona que odia manipular a las demás personas, que no dejan ser libre a los demás. Negué y mostré una sonrisa.

—Estoy orgulloso de ti mi amor—Vi sus ojos con leves lágrimas. Besé su mejilla—Nada me haría más feliz que vivas tu sueño—Se lanzó a mis brazos, mordí mis labios al saber que no la vería en tal vez algunos años. Sin embargo debía estar feliz por ella, se lo mucho que se esfuerza y es lo que hace una pareja, apoyar al otro sin egoísmo.

—Prometo venir en vacaciones—Asentí y uni sus labios con los míos, disfruté de su dulce sabor, aquel sabor que quedaría siempre en mi memoria y mi ser.

—No necesitas prometerlo preciosa, sé que lo harás—Se acurrucó en mis brazos, el sol ya estaba totalmente oculto y las estrellas estaban resplandeciendo. Caminamos al cofre del coche y nos recargamos unidos de la mano.

—Cuando era pequeña adoraba estar en el balcón, con una caja de...—Coloqué mis dedos sobre sus labios, haciéndola callar, fui al coche y regresé a ella—galletas de vainilla—Terminó de decir una vez que vio aquellas cosas en mis manos. La conocía tan bien. Tomó una y la condujo a su boca, ver su rostro de satisfacción hizo incrementar mi pecho. Me sentía orgulloso.

—¿Me dejarás de querer?—Preguntó de repente, di un respingo y la miré directamente.

—No existe nadie más perfecto que tú—la acerqué a mi, colocó sus manos sobre mis hombros—aveces pienso que en realidad no eres de éste mundo, ningún mortal es capaz de poseer el corazón que tú tienes.—Sus mejillas se volvieron rojas ante mis palabras.

—Zamasu...—Su voz fue casi inaudible, la abracé con fuerza, y es ahí donde me di cuenta de que la había hecho mía, solo yo sabía sus miedos, solo yo sabía lo que a ella le gustaba y disgustaba, solo yo sabía sus metas más "locas" que tenía, solo yo sé como tratarla.
El hacerla mía no implicó tener nuestros cuerpos desnudos siendo uno, hacerla mía fué conocerla de pies a cabeza sin pensar en su cuerpo, ver más allá de su ser fué lo que en realidad me hizo creer que la hice mía.

Porque nosotros no necesitamos de sexo para hacer suya a una mujer, nosotros necesitamos conocerlas realmente, pero es algo que no todos entienden.



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Siento que salió súper cursi jajaja
Este no era el One shot que tenía planeado subir de Zamasu, prometo compensarlo :)

Cortito pero espero que les haya gustando.

✧One Shots•Dragon ball✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora