Despierta, maldito ser de engaños y traición, levanta ya esa capa de estupor y confusión, pues te he traído al lugar donde tus males has de pagar.
Sé que es el lugar que más temías, sé que no deseabas ser traída aquí, que con todo tu ser añorarás escapar o rogar perdón, pero es tarde.
Bienvenida a mi mundo maldito, seas acogida en este lugar de pena y dolor. Por más que temas las torturas que en este lugar te esperen, créeme, va a llegar a ser incluso peor.
No temas de la sangre oscura que de las paredes fluye, tampoco sea tu horror auspiciado por el sofocante exhalar de lo que alguna vez fue materia viva y real, que ahora del techo pende y súplica en sollozos ahogados que su tortura sea claudicada y les permita al fin morir.
Ellos suplican por tu alma a modo de alimento, sus horribles gritos no pretenden sino hacerse un lugar entre tus pensamientos y pesadillas, para disipar un poco de su agónico destino al tener un desahogo por torturar a un ser que aún es un alguien, pero no creas que por mucho lo vas a ser.
Te he traído para abandonarte sin remordimientos por mi maldad, pues he traicionado a mi propia esencia para de negro mi alma teñir y otorgarte el destino más cruel que en mi mente pudiera ser urdido. No un fin por mis manos dictado, pues sería un desenlace piadoso para tu horrible ser.
Quiero que sufras y te retuerzas por tu iniquidad, llora eternamente en temible pasividad, porque en mi estupidez me he condenado a un mal aún mayor que el tuyo, pues mi alma he dejado ya de poseer.
Así es, justo como lo piensas, mi alma ha sido el coste a pagar para abrir el portal al averno, mi eternidad he vendido al llamado Señor de maldad, todo para asegurar que el ácido corrompa tu piel, que los llantos y súplicas de desesperada tortura taladren tus sentidos, y que la sangre maldita que en tus venas fluye secada nunca sea.
Te deseo una eternidad de sufrimiento y temor, así como alguna vez deseé que tu sonrisa fuera infinita, antes de conocer que era de burla, no de felicidad.
Padece, antigua amiga mía. Con odio te puedo decir, cuando el final de los tiempos llegue, en el lago de lava eterna yo mismo te someteré.
Solo disfruta de tu aliento mientras lo poseas, vive cada momento sea de agonía o felicidad, pues la eternidad espera en tu puerta y no se irá jamás.
Vive tu vida buena pues, decidas lo que decidas, temas lo que temas y hagas lo que hagas, igual que el resto de tu especie, una muerte miserable tendrás.
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Una muerte miserable
TerrorVarios textos cortos que narran pesadillas que suelo tener. La vida vista como si fuese un mal viaje.