POV OZ
-No encuentro mi teléfono.-Muestro mi preocupación.
-¿No lo habrás dejado en la mesa?
-No, ni siquiera lo saque.
-Espera...Voy a repicarle y reviso la mesa.
-Yo seguiré buscándolo en el bolso.-Apoyo su idea.
-Ya vuelvo.-Dijo mientras se dirigía de vuelta al local.
¡Ah! Porque a mí, cuando al fin me sentía un poco mejor me pasa esta desgracia. Todo lo que me costó comprarlo.
Me rindo después de un rato de hurgar mi bolso.
Miro al frente y veo como Alex se acerca.
-Nada...No lo encontré. -Habla derrotado.
-¿Crees que se haya caído cuando corrimos?-Comienzo a sacar conclusiones.
-Es lo más seguro...Eso te pasa por descuidada.-Me regaña.
-Ya que...Tendré que comprarme otro cochinito y comenzar a ahorrar.
Alex comienza a reírse y niega con la cabeza ante mi resignación.
-Eso parece...Ya que tú no tienes teléfono nos diré la hora... son las... nueve y una.-Comenta mirando la pantalla de su móvil.-El próximo bus no tarda en llegar.
-Tal vez tenga tiempo de ir a donde Jonathan.-Le recuerdo.
-No lo creo bebe...Es el último de la noche y sin forma de comunicarme contigo no dejare que vayas a estas horas tu sola.
Tiene razón ya es muy tarde, lo mejor será ir directamente a casa y descansar.
Ya tendré tiempo de hablar con Jon.
A lo lejos vemos como se acerca el bus, lo esperamos pacientemente en la parada mientras llega hasta donde estamos, estaciona lentamente y nos invita a abordarlo.
Al subir vemos que solo hay dos chicos en los primeros asientos y el chofer.
-Buenas Noches-Decimos al unísono.
El conductor nos devuelve el saludo y tomamos camino por el pasillo hasta sentarnos en los asientos primarios de la derecha. Al otro lado de los jóvenes.
-Estoy molido, no puedo esperar a llegar a casa y tirarme a la cama.
-Yo todavía tengo energías- Sigo su conversa, tratando de olvidarme de mi antiguo teléfono.
Los chicos del otro lado me lanzan miradas un tanto sugerentes mientras conversan entre sí. Intento ignorar su acción, no es la primera ni será la última vez que me pase, pero eso no le quita lo incómodo y fastidioso a la situación.
-¿Qué pasa?-Dice el al notar que aprieto los puños.
-Nada...Solo pensaba en mi teléfono.-Lo esquivo.
-Hay Ozi eso es agua pasada...Ya te compraras otro.-Me reconforta.
-Pero nada será lo mismo.-Digo con voz chistosa para sacarle una sonrisa.
-Jajaja...Tienes razón, el primer teléfono nunca se olvida.-Bromea.
Seguimos nuestra trayectoria en un cómodo silencio a exención de las constantes miradas de nuestros acompañantes. Al llegar a la siguiente parada Alexander se levanta con cuidado y voltea a verme.
-Te veo el lunes entonces, y llámame cuando llegues a casa.-Me dice mientras deposita un suave beso en mi frente, yo solo me limito a asentir viendo como las puertas se abren para dejarlo bajar.
Qué día para más pesado, tan joven y con tanto estrés.
Primero mi papa me llama para decirme de que se irá temprano a reunirse con no sé quien, después, Armando se queja porque no puedo cocinar nada que sea considerado como comestible, luego Alex me avisa que ensayaremos con Jonathan y me la pase maquinando como rayos lo iba a ver a los ojos después de su repentina confesión, para al final ni siquiera verlo.
Ni tampoco tuve la suerte de escuchar al menos un poco del Salón de Música.
Sintiendo cada vez más las miradas y ahora escuchando claramente los "Piropos" de los pasajeros vecinos, me levanto con intención de ir un poco más al fondo del bus, casi en los puestos finales con tal de evitar responder a sus comentarios.
Al sentarme junto a la ventana, siento como algo me toca el muslo.
Palpo con mi mano derecha bajando la mirada y.
Parece que no soy la única descuidada.-Pienso al ver detalladamente a mi nuevo amigo.
-Hola señor teléfono.
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YUGEN
RomanceQuien dice que el tiempo y el destino no son aliados. Aveces las cosas mas simples tienen los significados mas inconmensurables. Lo que para unos es destino para muchos no es mas que una casualidad. Una Historia Simplemente INEFABLE.