Enfréntate

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Era una pena que la base militar más cercana estuviera desolada, porque era el lugar más cercano para encontrar ayuda y algún familiar o amigo de la familia siendo mi padre un general de alto rango, o supuestamente era solo un general de alto rango porque eso no explicaba la razón por la cual teníamos que mudarnos cada par de años a un nuevo estado y cambiábamos nuestros nombres en cada nuevo lugar, excepto cuando nos presentábamos con los amigos de mi padre de los cuales estaba prohibida hablar; de haber estado la base activa probablemente no hubieran permitido entrar a cualquiera pero mi nombre real me hubiera permitido el ingreso, pero no había nadie ni siquiera en el centro de la misma base.

Después de tres días caminando entre la nieve y siendo cazada por diferentes animales encontrar el lugar vacío hubiera sido suficiente para acabar con mis esperanzas, si al fin una ducha y comida decente en el lugar no hubiera sido recompensa suficiente, con la estructura y defensas de la base solo me basto cerrar el centro para mantenerme a salvo de bestias y de la noche helada.

Logré limpiar la suciedad acumulada encima mío durante una semana y relajarme en el agua un poco más hasta que esta se enfriara, recién al momento de buscar la comida encontré aquello capaz de encender mi esperanza, la comida y gran parte de las reservas de lo que era comida enlatada, preservada y que podía durar meses o incluso años antes de caducar se había ido, dejando los chips y comida innecesaria que había en la base.

Había sobrevivientes, y no solo sobrevivientes comunes, había militares de esta base sobrevivientes, otras personas se hubieran llevado la comida enlatada pero no se habrían resistido a dejar las golosinas sabiendo que podrían caducar y estas serían sus últimas, o al menos las cervezas en las despensas, además de haber dejado un desastre a su paso, y la base se encontraba perfectamente limpia, con las cosas en su lugar, las camas hechas y la ropa que se había dejado doblada.

Mi segunda pista fue cuando encontré la ausencia de varios suministros médicos, pero aun habiendo los suficientes para que de llegar un pelotón pudiera atenderse

La tercera pista fueron las armas, faltaban varias de fuego con gran calibre, entre grandes y pequeñas en tamaño, además de la gran mayoría de armas blancas y un par de transportes terrestres que ni siquiera podía imaginarme como eran, pero sí que podía notar su ausencia.

Cual posibilidad de que fuera solo mi imaginación y deseos jugándome una mala pasada por cosas circunstanciales, quedo enterrado cuando encontré un mapa en la oficina del director de la base, marcando una ruta desde esta base a una de las principales en Washington DC, con una nota al lado escrita rápidamente.

"lugar de encuentro para sobreviviente, si llegas a encontrar esto ya sabes a donde ir, toma lo que necesites, pero deja lo suficiente para otros".

Tome una mochila y prepare lo necesario en esta para una caminata de entre veinte a treinta días, empacando una muda de ropa de invierno, mantas, comida enlatada, suministros médicos, una fiambrera, una cantimplora, armas, tanto blancas como de fuego, municiones, una linterna con baterías extras, sogas, bengalas, un encendedor y una copia del mapa.

Dormí expectante de salir al día siguiente, preparada para lo que se avecinara y en busca de otros supervivientes, con las heridas ya tratadas, limpia y con el estómago lleno por primera vez desde el despertar.

No fue hasta el día siguiente que decidí además llevar un reloj de cuerda, una bitácora, un reproductor portátil con una cinta de música y sus audífonos, incorporando ya en el viaje al día siguiente además un oso de peluche abandonado por que me sentía demasiado sola.

Veintinueve  días después empecé a tener que buscar comida y suministros médicos, vendas más que nada, la comida se había agotado con mayor rapidez debido a mi demanda de alimentos ante la regeneración, y como los primeros días aun no lograba adaptarme del todo a la situación resultaba con la carne expuesta o con garras y dientes clavados.

Es un frió mundoWhere stories live. Discover now