No confíes en nadie

5 1 0
                                    

Giré la cabeza ligeramente y solté un gemido de dolor, los huesos eran los que más tardaban y dolían en regenerarse, viendo que varios de ellos probablemente se habían convertido en pedacitos por el lanzamiento del oso y los varios impactos consecuentes no me sorprendería si el dolor me acompañara media semana y mis huesos no se arreglaran en al menos dos días

No tenía tiempo para llorar sobre mí misma, había despertado y aun no estaba congelada hasta la muerte así que aún no había llegado la noche, pero no debía faltar poco para esta si es que ya no sentía las heridas infligidas por las garras abiertas y desangrándome

- Creo que ya despertó - abrí los ojos de golpe al escuchar la voz desconocida

Me senté de golpe y me lance de costado para alejarme de quien sea que hubiera hablado solo para encontrarme restringida con sogas aferrándome a una camilla en el suelo

Baje la mirada furiosa por las cadenas solo para cambiar mi mueca a una horrorizada cuando note mi cambio de ropa hacia una simple camiseta que no era mía y los boy shorts que había obtenido de la base militar, vendas cubriéndome y mi manta encima de todo ello, alguien me había cambiado y luego encadenado

- Hey, tranquilízate - gire la cabeza ante la otra voz totalmente aterrada y estando al tanto de que mis ojos ya debían tener la esclera negra, mis garras aparecían aun escondidas por debajo de la manta y mis dientes empezaban a tornarse en colmillos

La habitación no era más que muros grises en seis metros cuadrados, completamente cerrado, sin ventanas, pero con una puerta de metal pesada en el lado opuesto al mío, un pequeño fuego en el medio, una cama armada al otro lado del fuego donde dos chicos, ambos con ojos azules y líneas negras como las mías, se encontraban sentados observando en mi dirección y comiendo de una lata de conservas cada uno, las cosas de cada uno acomodado en una esquina y detrás suyo mientras en la otra esquina se encontraba mi mochila abierta, con todo su interior desperdigado alrededor de los dos sujetos

Solté un rugido mostrándoles mis dientes furiosa por todas sus transgresiones, ambos chicos saltaron sobre sus asientos tornando sus escleras en negro de igual forma a mí, uno de ellos mostrando sus dientes de igual forma mientras el otro ponía su mano sobre el hombro de su compañero en un gesto tranquilizador alzando igualmente una mano en mi dirección con la palma abierta

- Cálmate - gruño dejándome reconocerlo como la segunda voz en hablar – escúchanos ¿si?

- no tienes otra opción de cualquier modo – dijo el que me mostraba sus dientes - somos más que tú, está herida y estas amarrada -

Levante una ceja dejando mis dientes y uñas volver a la normalidad, solté un resoplido tratando de que quitar de en medio de mi rostro un mechón de cabello castaño oscuro, parpadee una vez obteniendo mis ojos normales solo para parpadear nuevamente con la esclera negra y lanzando mis brazos al frente, las sogas se rompieron y salte fuera de la camilla en una posición de lucha

- ¿Qué tan seguro estas? - pregunté sardónicamente antes de tomar impulso para saltar por encima del fuego y patear al que me enseñaba los dientes en la cabeza, caí sobre mis manos e incliné mi cuerpo contra el suelo girando rápidamente para barrer con mis piernas por debajo de ambos chicos, me levanté de un salto nuevamente y corrí en dirección a la puerta

- ¡alto! - grito el más tranquilo, mi cuerpo golpeo contra la puerta y mis manos buscaron como abrirla desesperadamente - ¡ya es de noche! - mi cuerpo se congelo por sus palabras y mi cabeza volteo en su dirección lentamente - si abres la puerta ahora... -

- Se lo que pasara – Murmuré dando un paso atrás y volteando totalmente hacia ellos

El chico tranquilo se encontraba nuevamente con una mano extendida en mi dirección de la misma forma que se haría con un animal salvaje por el cual no se desea ser atacado pero tienes que acercarte, mis ojos descendieron a su otra mano buscando que no esconda algún arma pero encontrando únicamente que se apoyaba contra el suelo en su intento desesperado de levantarse hace unos segundos, no pude evitar notar casi inmediatamente que se encontraba descalzo y mostrando las curvas negras dibujadas en sus pies siguiendo el mismo patrón que las mías

Es un frió mundoWhere stories live. Discover now