Es un frió mundo

Lucha en equipo

Empecé a correr entre los pasadizos de lo que parecía ser uno de esos edificios de varios pisos con decenas de mini almacenes por nivel, al parecer la guarida de los dos chicos era uno de esos almacenes ubicados en el centro del primer nivel, el edificio parecía tan cerrado como el almacén del que había escapado por lo que podía suponer era mayor seguridad de no ser alcanzados por la glaciación de todas las noches, aunque con tal de tener superficies completamente cerradas habría bastado, además del fuego en el interior

Era precavidos, o eso habría pensado si no hubieran recogido a una persona cualquiera al lado del cadáver de un oso mutante en el fin del mundo

Llegue a las grandes puertas metálicas para camiones que de antaño debieron funcionar con electricidad enrollándose en la parte superior pero ahora debía empujar hacia arriba sintiendo el aire helado congelar mis brazos desnudos hasta obtener el espacio suficiente para permitirme arrastrarme por abajo tal como lo hice segundos antes para salir del mini almacene

La nieve me trago incluso antes de terminar de salir, deslizándose hacia el interior del edificio y dejándome la piel de erizada, empuje la puerta de metal nuevamente hacia abajo, devolviéndolo a su posición inicial para al menos darme un par de segundos de ventaja en mi escape, saque la mitad de mi cuerpo de la nieve apoyándome en mis brazos, me levante sobre la nieve esperando que esta se haya comprimido y logre aguantarme mientras corra por ella

Atravesé cinco cuadras en poco mas de un minuto, girando a la izquierda en la primera y a la derecha en la segunda en lo que esperaba me permitiera hacer perder a los dos chicos mi rastro si es que pensaban perseguirme, continúe por otras cuatro cuadras llegando a lo que parecía ser una avenida principal antes de atreverme a volver a girar hacia la izquierda a lo largo de la avenida

Mi pie golpeo contra el motor de un auto volteado y enterrado por la nieve, resbalé en medio de mi carrera soltando un chillido demasiado agudo para el gusto de cualquiera y caí hacia el frente dando múltiples volteretas fuera de control sobre la nieve hasta finalmente caer sobre mi mochila con el cabello revuelto y lleno de nieve, sin aliento y sintiéndome tanto adolorida como mareada no me moleste en nada más que mantenerme en el suelo soltando ocasionales gruñidos de dolor

El sonido de un chillido y golpear frenético de los dientes sin embargo fue suficiente para acabar con todo mi dolor y mareo mientras apoyaba mis manos rápidamente para medio sentarme, observando atentamente el otro lado de la calle que cruzaba la avenida y cerca a la cual había acabado, rogando internamente a cualquier ente superior que me haya equivocado al escuchar

Varios pares de pequeños y brillantes ojos totalmente rojos me devolvieron la mirada desde los escombros de un edificio en una de las esquinas, maldita sea, odiaba esos enjambres de ratas mutadas

Empecé a patear moviendo los brazos hacia atrás para retroceder mientras en la oscuridad proporcionada por los escombros los ojos rojos se movían lanzando mas chillidos

Una de las ratas bestia finalmente se atrevió a salir saltando hacia la avenida, lanzando un chillido furioso y erizando su pelo para notar se mas intimidante, como si sus dos dientes centrales dos veces el tamaño de sus cabezas, gigantes garras negras afiladas, cola larga como un látigo y  tamaño de un cocker spaniel sin contar todo el pelo alzado no fuera ya suficiente, los parches de piel sin pelo, cicatrices marcadas a lo largo del cuerpo y sangre seca sobre su hocico no hacían nada más que hacerlo incluso más desagradable y aterrador

Las demás ratas mutantes no tardaron en seguirlo con una formación triangular de al menos veinte bolas de pelo viciosas mostrando y golpeando las fauces tanto como azotando sus colas contra la nieve

Seguí tratando de retroceder tan rápido como me fuera posible sabiendo que si me volteaba o levantaba solo las incitaría a saltarme encima y destrozarme como pirañas a un animal herido en medio de su cardumen