Aitana.
Terminó de atarme los cordones y salgo corriendo, pues llegaba tarde al tren.Corriendo llegó a la estación para acabar siendo un intento fallido.
El tren se había ido sin mi y tengo que coger otro, pues el directo me haría llegar tarde.
Miro las pantallas que indican que falta 5 minutos para el próximo tren.
En la estación sólo había un chico, mayor que yo y más alto, que miraba su móvil entretenido.
Lo miro ahogada y odiandolo sin conocerlo.
El chico me miro.
-¿necesitas ayuda?
-acaba de pasar el directo, ¿no?El chico asiente.
-mierda.-susurro.
-pero no falta mucho para el siguiente.
-no voy a poder cogerlo, llegaría tarde.
-bueno, al menos vas conmigo, soy Cepeda, ¿tu?
-Aitana.Nos damos un apretón de manos y nos reímos leves.
-encantado de conocerte, Aitana.
-igual, Cepeda.Nos sentamos ambos en unas de las sillas que hay en la estación.
-¿a dónde vas tú?
-estoy estudiando, voy a mi universidad.
-¡que pequeña eres!Fruñi el ceño como si estuviera molesta, aunque realmente no me molestaba mucho.
-¿y tú cuántos años tienes, listillo?
-28.Me lleve las manos a la boca.
-¡nos llevamos 10 años!
-¿tienes 18? Pensé que tenías un poco más.
-¿y a donde vas?
-trabajo.Asentí y un altavoz aviso que el tren estaba a punto de llegar.
-¿vamos?-pregunta levantándose y ofreciendome la mano.
Asentí sonriendo, cogiendo su mano y levantandome.
Nos acercamos levemente a las vías del tren, esperamos a que parase, y así poder entrar al tren.
-¿vives muy cerca de aquí?- pregunta.
-a cinco minutos andando, ¿y tu?
-hago escala, estoy a quince en tren.Entramos ambos a el tren, que estaba hasta arriba de gente.
Nos perdemos ahí dentro, quedándome con una sonrisa tonta, que no entendía, pero tampoco quería que desapareciera.
¤¤¤
Un portazo suena en la puerta de mi casa.
Había sido un día agotador.
A la vuelta había vuelto a perder el directo, y estaba harta.
Me quite las zapatillas, para tener que hacer un cambio de ropa.
Una falda de tubo negra y una camiseta básica blanco dentro de la falda se apodera de mi cuerpo junto a unos desagradables tacones.
Entró a la cocina, en busca de robarle algún bollo o galletas a Ana, mi compañera de piso, quien se situaba ahí.
-¿tienes entrevista?
-¡bingo!-respondo a Ana.Necesitaba trabajo urgentemente o tendría que irme a Barcelona, cosa que no me apetecía en nada.
Le robó tres galletas de un paquete que acababa de abrir.
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Jueves. - Aiteda.
RandomNovela inspirada en la canción Jueves de La Oreja De van Gogh. Le regaló el último soplo de mi corazón.