El vampiro y las doce esposas

La última esposa

Las monjas estaban aterradas solo le quedaba una chica de 18 años, estaba sin preparar y su sangre era de bajo nivel.

–Cariño lo siento de verdad–Decía la madre superiora llorando, la chica de 18 no quería irse ya que sabía que moriría fue entonces cuando el vampiro entro con sus criadas, algo que era muy extraño.

–Buenos días damiselas, hoy por fin escogeré a mi última esposa, y espero que sea la mejor–Dijo con notable amenaza en sus ojos.

La chica de 18 no hizo otra cosa que esconderse detrás de la que era el bebé de unos meses, ya tenía 15 años y su cabello y ojos eran negros como el carbón, no mostraba sentimientos alguno por lo que decidieron que no sería buena candidata.

El vampiro se acercó con todo su esplendor y magnitud a la chica sin sentimientos.

–¿Tú eres la candidata?–Pregunto sonriendo ampliamente mostrando sus ya crecidos colmillos, la chica ni se inmutó.
Eso en cierto modo cabreo al vampiro pero por otra parte llamo su atención

–Enserio pensáis que ella me valdría, no es perfecta y la que tiene detrás tampoco–sonrie ampliamente.
La chica oculta tras la menor salió cabreada y sin pensar en sus actos golpeó al chico.

–¿COMO QUE NO SOY PERFECTA SI...?–Al momento cubrió su boca ya que noto su error, el vampiro sin piedad alguna le mordió directamente en la yugular y comenzó a subcionar, la sangre salpicaba ya que no solo daba una mordida, daba más para hacerla sufrir, las monjas apartaron la mirada pero la pequeña solo se quedó mirando.

–Esta sangre es repulsiva, puaj, que asco–Se limpio la boca con una mueca de asco. Al fijarse bien la pequeña de delante suya estaba repleta de sangre y sus ojos se habían apagado más.

–¿Oye cuántos años tiene esta?–Pregunto a las monjas señalando a la niña.

–15 años...–Dijo la niña en voz neutra, el vampiro la miro sonriente, y después miro a las monjas.

–Me la llevo, quiero probar algo nuevo–Sonrio maliciosamente y camino a la salida,las criadas rodearon a la niña y está les mostró una sonrisa quebrada, se notaba que había sufrido.

Cuando las monjas se quisieron dar cuenta el convento estaba en llamas y era imposible escapar, todas murieron entre el humo y las llamas.

Las criadas le iban explicando un poco cómo sería su vida y que en tres años se casaría si llegaba a sobrevivir.

–Tienes que intentar ser más expresiva pequeña sino...no duras nada–La chica intento sonreir el problema era que se notaba que la sonrisa era forzada y con mucho dolor oculto tras ella.