Un paseo por el infierno

11 0 0
                                    

–M-me llamo Zenda...–Susurra con una voz algo temblorosa pero a su vez suave el vampiro parecía volver a estar hipnotizado y esperando más palabras aprieta levemente su mandíbula, la chica pone sus manos en las del vampiro y cierra los ojos con fuerza

–D-duele...–Al ver que el agarre se aflojaba suspira aliviada pero el vampiro seguía esperando más palabras por lo que pensó en que más podría hacer para hacerla hablar

–Hablame de tu estancia en el orfanato– la chica agachó la mirada y miro al vampiro algo dudosa.

–¿N-no puedo hablar de otra cosa...?– aquella dulzura de repitió y el vampiro volvió a quedar enganchado pero eso no lo hizo cambiar de opinión, la chica suspiró hondo como que aquello fuese lo más horrible y mirando sus manos empezó a hablar

–De lo que me acuerdo es que siempre hacia las peores tareas del orfanato...ya que según ellas no valía...me obligaban a cocinar y hacer prácticamente todo, como una criada...pero no una como las suyas...–Miro a la multitud de criadas por el sitio– Era una criada sobreexplotada sin derecho a quejarse...y para colmo la más pequeña de todas...

El vampiro miraba entre asombrado,cabreado y...apenado, eso era nuevo para el, aquellos ojos apagados tenían una historia al igual que la insensibilidad de la chica ante el ataque a su mayor

–Por eso no reaccionaste cuando la mate ¿verdad?– la chica asintió y ante aquello el vampiro la abrazó, eso sorprendió a la chica por lo que se quedó estática sin saber que hacer, las criadas vieron ese brillo en sus ojos y sin poder evitarlo les hicieron una foto.

–Ve a cambiarte iremos a pasear por el jardín y así te dará la luz estás más blanca que yo...y eso que yo estoy muerto –Suelta una carcajada pero la chica seguía en medio shock por lo que era incapaz de moverse

–Si tanto te gusta estar sobre mi puedes estar de otra forma~ –Aquello despertó a la chica y con dificultades de puso en pie y camino siendo ayudada por las criadas, algo que agradeció bastante.

Al entrar en su cuarto un precioso vestido la esperaba en la cama, todo fue como un suspiro, la desvisiteron y vistieron en un instante, su aspecto era más aniñado de lo que ya parecía, la ayudaron y llevaron abajo, según estuvo abajo fue levantada y sentada en el brazo del vampiro por este.

–Porcierto ¿sabes mi nombre acaso?–Sonrie mostrando aquellos filosos dientes que tanto atemorizaba a la chica, está negó algo asustada

–Soy Luka y tranquila no te mordere, aún sigues muy debil–En cierto modo eso tranquilizó a la chica pero el hecho de ver esas agujas desgarradoras desplegadas ponía su corazón a mil. Pero no era por un sentimiento positivo si no por puro pánico.

Ante eso el vampiro para calmar a la pequeña en sus brazos los menguo considerablemente tranquilizando a la muchacha

Salieron y mientras a la chica le daba el sol el vampiro disfrutaba de las vistas de la pequeña sonrisa de la chica.

–Podrias sonreír más, estás preciosa asi–Aquello sorprendió a Luka el no era de hacer cumplidos ni mucho menos de sugerencias, Zenda lo estaba cambiando más de lo esperado en parte le gustaba pero por otra parte lo odiaba a muerte

La chica simplemente asintió para complacerlo, eso lo mosqueo sin motivo y sin le darlo la puso contra un matorral haciendo que se asustara más

–¿Porque eres tan sumisa? Da tu opinión, habla con esa dulce voz que imnotiza–Un gruñido salió de sus labios eso era extraño en él, la chica temblaba y unas cristalinas lágrimas brotaron de sus ojos oscuros.

Luka se sintió culpable, nunca recordaba que era una pequeña humana bastante cerrada y aquello lo empeoraba, con sutileza puso sus manos en sus mejillas y beso su frente con delicadeza, aquello parecía seguir asustando la y con aún más delicadeza puso su mano en el reverso de su cabeza y la alzó en sus brazos, mientras la sujetaba con un brazo con el otro acariciaba su cabeza

–Perdon yo...no quería ponerme así, porfavor no llores...–Decia sintiéndose culpable, no le gustaba esa sensación y quería que la pequeña dejará de hacerle sentir así

Zenda intentaba reprimir las lágrimas pero aún sus ojos mostraban el terror, sin saber cómo quitar las lágrimas de sus ojos le dio un dulce beso, aquello dejó en shock a la chica, las lágrimas se detuvieron y el vampiro mostró una sonrisa amable y tranquilizadora, aquello calmo a la chica considerablemte.

–P-perdoneme por esto, n-no era mi intención tener este comportamiento...–La joven Zenda agacha su mirada y Luka la acaricia.

–No me trates de usted y tranquila, no pasa nada, debo aprender a contenerme–Seguia con aquella sonrisa y sin darse cuenta Zenda se contagio de ella, sus ojos mostraban brillo, pero no el brillo que tenían todas de dinero y vicios, sino un brillo de ilusión y alegría, aquello dejó embelesado a Luka con la mirada de la chica

Luka caminaba con la chica en su brazo y está miraba todo con detenimiento, el vampiro sin saber porque la bajo al suelo y cogió de las manos

–intenta andar–La chica miraba las manos del vampiro y la notar algo frío rozar el reverso de su mano miro hacia la dirección notando un beso aquello la hizo desvía la mirada y tratar de dar un paso pero al intentarlo se volcó hacia alante y fue detenida por un suave pero firme agarre de la cintura.

–Parece que tienes mejor cuerpo de lo que estás ropas dejan ver –Se encoge de hombros y desvía la mirada de do levantada y sentada en el brazo del chico

–¿Por qué te cuesta tanto hablar? ¿Me tienes miedo?–Zenda asintió levemente esperándose lo peor pero recibió una suave caricia

–Mira hare algo que no dejaría que nadie me hiciese pero por ser tu haré una excepción–Aparecieron en el cuarto, la deja en la cama con cuidado y se sienta a su lado

–Te dejare que me peines o hagas lo que quieras– Sonríe con sus dientes normales, la chica sonríe al igual que el dejándolo levemente embelesado

El vampiro y las doce esposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora