~EN UN MUNDO DE DRAGONES~

Broma Weasley.

- Ey par de idiotas necesito vuestra ayuda.-
- No se George, ¿ayudarías a alguien que nos insulta?-
- No se Fred, creo que más bien me vengaría de él.-
- Sí, deberíamos probar nuestro nuevo invento en Charlie.-
- Sí, buena idea.-
- Si hacéis eso se lo contaré a mamá, pero quizás se en quién podéis probar el invento.-

La morena y el rubio acaban de salir de pasar la tarde en la biblioteca después de terminar la redacción que les había mandando Snape sobre la poción Felix Felicis.
- No me vendría nada mal esa poción.-
- ¿Suerte líquida? No se si sería buena idea tenerla Frank, ¿para qué la utilizarías?-
- Está claro, para decirle a mis padres que quiero ser medimago y no auror como todos en la familia.-
-Frank, tus padres te apoyarán si decides no ser auror.-
-No lo creo, a mi hermano no le apoyaron cuando dijo que no quería ser auror.-
-Bueno, pero es normal tu hermano quería ser cantante y cantaba tan mal que hasta las banshees lo odiaban-
-Cierto.-
-Tus padres te apoyarán, la última vez que los vi no paraban de presumir de que su hijo Frank había conseguido todos los TIMOs a los que se había presentado y te presentaste a todos Frank.-
-Aun así no me vendría mal un poco de...-
-PLAFF-
El rubio se vio empapado desde la cabeza a los pies puesto que un globo gigante lleno de pintura se estrelló contra él, lo que hizo que todos los alumnos que estaban en el pasillo empezaran a reírse de él y color rojizo que su piel comenzaba a tener.
-Por Godric, ¿Frank estás bien?, no respondas es una pregunta tonta está claro que no.-
-Daira, estoy empapado y rojo, claro que no estoy bien.-
-Pero, ¿de dónde ha salido ese globo?-
La morena solo tuvo que apartar su mirada un poco de su amigo para ver como dos cabelleras pelirrojas se escabullían corriendo entre el resto de alumnos dirección a su sala común.
-Seguro que ha sido Peeves, no pasa nada Daira, siempre tengo que aguantar sus bromas, voy a mi habitación a cambiarme, ¿vale?, te veo en la cena.-
-¿Eh?, si claro luego nos vemos.-

La leona se dirijo a su sala común esperando encontrarse con los gemelos pelirrojos para echarles la bronca y unas cuantas maldiciones por haberle gastado la broma a su amigo, estaba segura de que algo andaba mal con ellos, nunca le habían gastado ninguna broma a Frank, es más alguna vez habían estado los cuatro juntos hablando y planeando nuevas bromas para gastarle a las serpientes.
Ella también había pensado al ver a su amigo en ese estado que el causante de todo el desastre había sido Peeves, pero descartó rápidamente esa idea cuando vio a los gemelos corriendo y Peeves molestado a otros alumnos al final del pasillo.
Lo que la morena jamás pensó era el nombre el verdadero culpable de que los gemelos hubiesen gastado esa broma a su amigo, hasta que lo escuchó reírse y deseando haber visto la cara del rubio manchara de pintura.
-Entonces, ¿cómo decís que quedo?-
-Totalmente empapado, ¿verdad George?-
-Sí Fred, y totalmente rojo.-
-Como si se hubiese bañado en pintura durante horas.-
-Jajajaja, me habría gustado ver su cara.-
-Estaba sorprendido.-
-Sí, Daira también lo parecía.-
-Y ahora, ¿os parezco sorprendida o enfadada?-
Los tres pelirrojos se giraron para ver a la morena con cara de muy pocos amigos, los gemelos apostaban a que dentro de muy poco su cabeza comenzaría a echar humo del enfado.
-Vosotros dos podéis iros y dejarme a solas con Charlie por favor.-
-Claro-
Los dos pelirrojos salieron corriendo escaleras arriba, sabían de sobra como era la morena cuando se enfadaba, ya había descargado su enfado contra ellos muchas veces, como aquella vez donde los gemelos destrozaron su colección de discos de un grupo muggle que se separó hace años y del que ya no vendías discos.
Pero esta vez descargaría su enfado con ellos más tarde, primero debía aclarar todo con Charlie, el pelirrojo llevaba días molestando a su amigo y para ella estaba bastante claro que él estaba detrás de la broma que le habían gastado los gemelos a su amigo.
-¿Cuánto tienes que ver tú en la broma que le han gastado Fred y George a Frank?-
-Nada, solo me lo estaban contando.- El pelirrojo que estaba nervioso, sabía cómo podía ser su amiga cuando se enfadaba.
-No te creo, llevas toda la semana molestando a Frank y estoy bastante segura de que tienes algo que ver con esto.-
-No tengo nada que ver, y si estoy molestando a tu novio que más te da, son sólo pequeñas cosas Daira, no debería molestarte.-
-¡Claro que me molesta es mi amigo!-
-JA! Has dicho amigo-
-Si, ¿y qué? Ese no es el asunto Charlie, no paras de molestarle y eso me molesta a mí.-
-Te molesta ¿por qué es tu amigo o tu novio?-
-Me molesta porque eres tú el que lo hace, pensé que éramos amigos y no paras de molestar a Frank. ¿Por qué lo haces Charlie?-
Con cada palabra que decía ambos se iban acercando cada vez más al otro hasta el punto en el que la morena debía alzar su mirada para ver los ojos del pelirrojo.
-Me molesta que pases más tiempo con él que conmigo Daira, por eso lo hago, por eso le molesto, porque me esta apartando de mi amiga.-
-No fue Frank quién me apartó de ti Charlie, fuiste tú el año pasado cuando empezaste a ignorarme y a juntarte con otras personas.-
-Lo hice sin querer, sabes de sobra que nunca te apartaría de mi lado.-
La mirada del pelirrojo no se despegaba de los labios de la morena,  estaba deseando volver a probarlos, como hizo hace unos meses atrás debajo de aquel muérdago que sabía de sobra que habían puesto ahí los gemelos antes de esconderse.
-Pero lo hiciste.-
La mirada de la morena tampoco podía despegarse de los labios del pelirrojo, estaba deseando volver a probarlos.
-Y ahora tú estás con Frank.-
Sus bocas cada vez estaban más cerca,  podían sentir la respiración del otro.
-Frank y yo no...-
Sus labios casi podían tocarse.
-Charlie, necesito que me acompañes a la lechucería para mandarle esta carta a mamá.-
El pelirrojo y la morena se alejaron corriendo el uno del otro cuando escucharon la voz de Percy cerca de ellos.
Ambos maldijeron al pelirrojo que acababa de hablar, había interrumpido lo que ambos llevaban meses deseando que pasara, aunque la morena sintió un poco de alivio casi le descubre a su amigo que en realidad ella y Frank no estaban juntos en realidad.
-Yo mejor me voy a mi habitación, tienes que acompañar a Percy.-
-Eh si, y lo siento, prometo no volver a molestar a Frank.-
-Gracias.-