El joven Ravenclaw paseaba por los pasillos del castillo cuando vio a cierto pelirrojo caminar hacía él con aspecto cansado. -Tengo que hablar contigo Frank- -No tengo nada que ver con que los gemelos lleven el pelo rosa, bueno quizás sí tenga un ...- -¿Qué mis hermanos, qué? Da igual, no quiero hablar de ellos, es sobre Daira- -¿Por qué? ¿Ocurre algo? ¿Está bien?- -Sí, el otro día hablé con ella y creo que lleva razón, lo siento- -Lo sientes, ¿por qué?- -Las bromas, las maldiciones que recibes constantemente o que te metan en pasadizos durante horas hasta que alguien decide sacarte de ahí, es culpa mía. Le dije a los gemelos que te hicieran todo eso porque... bueno... ya sabes- -Ya se el ¿qué?- -Siempre estás con Daira, y es mi mejor amiga, bueno era, pero estoy seguro que si no te hubiese conocido a principio de curso seguiría siendo mi amiga y no me evitaría como hace ahora. Apenas pasa tiempo conmigo, teníamos planes sabes, seguiríamos siendo mejores amigos e incluso podríamos vivir juntos después de la escuela, pero entonces llegaste tú y lo estropeaste todo, te hiciste su amigo la apartaste de mi lado y ahora sois novios, sin tomarme a mi en cuenta o a mis sentimientos, si me hacíais daño, os dio igual todo, le dio igual todo.- -Charlie, creo que la única persona que aparto a Daira de su lado fuiste tú, no puedes esperar que una persona esté a tu lado siempre cuando la has roto el corazón, a ti no te importo hacerlo, pero quieres que ella se preocupe por ti como siempre ha hecho.- -Yo no la he roto el corazón, es mi amiga.- -A veces los amigos también pueden romperlo. Creo que deberías hablar con ella de todo esto.- -No estoy preparado.- -Al menos puedes decirle a los gemelos que me dejen tranquilo.- -Sí, eso creo que sí puedo hacerlo, aunque no prometo nada.-
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