04; Pasado

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—Recuerda nuestro objetivo principal, necesitamos ese oso de peluche— dijo Jeonghan tomando el arma de juguete que derribaría a los patos en la pared.

—¿Vas a regalarselo a Joshua?

—Cállate y juega.

Jihoon sonrió e hizo lo que Jeonghan le pidió, trataba de derribar a todos los patos posibles, ya que Jeonghan se había puesto una meta muy alta, el oso era el más grande del puesto (y seguramente mucho más grande que él), por lo que debían derribar a los patos que valían cien puntos, al menos unas veinte veces, ya que los otros patos a penas y alcanzaban los treinta puntos.

—No lo consiguieron— dijo el señor del puesto con una tristeza falsa —pero pueden volver a jugar para acumular más puntos.

Jeonghan miró a Jihoon, estaba decidido a ganar ese oso, y en cuanto vio la aprobación del menor en su mirada, pagó otra ronda de juego para seguir acumulando puntos. Jihoon tenía una muy mala puntería, así que no supo porque Jeonghan le había pedido que jugaran aquel juego.

De pronto, su arma se le fue quitada y él fue empujado ligeramente; cuando se dio cuenta de lo que sucedía, Seungcheol estaba disparándole a los patos, pegándoles con certeza a los que valían cien puntos. Jihoon quedó impresionado y sonrió, pero entonces Seungcheol puso su dedo en sus propios labios, diciéndole que guardara silencio, le regresó el arma y se fue antes de que Jeonghan se diera cuenta de su presencia.

Cuando el tiempo terminó y Jeonghan miró a su amigo, le preguntó: —¿y esa sonrisa?

—Ganamos el oso— contestó en lugar de decirle que esa sonrisa fue provocada por SeungCheol.

Jeonghan abrió la boca en sorpresa y recibió el gran oso de peluche —¡ganamos el oso!— gritó contento y luego le dio el oso a Jihoon —es para ti.

—¿Qué? ¿Por qué me lo regalas a mí?

—Quiero que Seungcheol se ponga celoso— se acercó al más bajo y le dio un beso en la mejilla —además, te ves tierno con un gran oso y tú tan pequeño.

—¡Oye!— se quejó —¿cómo que quieres poner celoso a Seungcheol?

—Lo he visto seguirnos desde que lo vimos en la entrada, además me dijeron que los vieron solos en el aula de métodos, después de que terminara la clase. Si le doy los suficientes celos, te pedirá una cita y luego que seas su novio.

—¿Y qué hay de Joshua? ¿Él no se pondrá celoso?

Jeonghan negó —le dije de la apuesta, así que me dijo que me ayudaría a ganar.

—Eso es trampa— frunció su ceño e hizo un puchero.

—No, porque él dio la idea.

—Bien, entonces le diré a Seungcheol que no podemos ser novios hasta que tú y Joshua lo sean primero.

—Eso si es trampa.

Jihoon rodó los ojos y comenzó a caminar para que fueran al siguiente juego.

La noche había sido divertida, Jeonghan siempre hacía divertido todo, pero definitivamente no se comparaba al día siguiente. Salió desde muy temprano de la habitación para no darle explicaciones a Jeonghan de porqué no estaría en todo el día, prefería inventar algo junto a Seungcheol para que tampoco le preguntara cosas a él y no supiera qué contestar.

A las nueve de la mañana se vieron en la fuente del jardín del plantel, donde Seungcheol lo esperaba con un par de bicicletas para que fueran al pueblo cercano. A Jihoon no le gustaba mucho ir allá, era un pequeño pueblo donde sólo había una tienda de cada cosa que probablemente en la ciudad habrían como veinte puestos de lo mismo; pero yendo con Seungcheol, le agradaba la idea.

—¿Le gustas a tu amigo?— preguntó Seungcheol cuando se sentaron en la banqueta a comer su helado cada uno.

—Lo viste dándome un beso— afirmó Jihoon.

—Sí.

—No en realidad, lo hizo para darte celos.

—¿Quieres explicarme de qué va la apuesta?

Jihoon suspiró —el primero que tenga novio debe pagar. Yo seré su esclavo todo un año si él gana, pero si yo gano, él debe comprarme una guitarra.

Seungcheol asintió pensativo —entonces sólo no debemos hacernos novios antes de que él consiga uno.

El menor asintió con una sonrisa, ya daba por hecho que serían novios y apenas estaban en la primera cita —él ya tiene un chico que le gusta, y al chico le gusta, y resulta que tienen el mismo plan.

—¿No eso es trampa?

—Se lo dije, pero él insiste que no.

—Menuda apuesta en la que te metiste— suspiró —esa apuesta no incluye besos o citas, ¿cierto?

Jihoon desvió la mirada para que no viera el sonrojo en sus mejillas —no, sólo el primero que tenga novio.

En cuanto terminaron sus helados, no volvieron a tocar el tema. No había mucho que visitar en el pueblo, pero estaban pasándola bien y Seungcheol lograba hacer que cada instante fuese divertido para los dos. Para el atardecer, fueron a la feria cerca de la universidad, donde tuvieron la oportunidad de competir juntos, ganar juegos, subir a alguno que otro juego mecánico, e incluso Seungcheol le consiguió a Jihoon un oso de peluche, el cual era mucho más grande que el que Jeonghan le había regalado.

Simplemente el día fue inolvidable.

—¿Qué le diré a Jeonghan por esto?

—Dile la verdad— se encogió de hombros —que se lo robaste a un niño.

Jihoon rió divertido recordando la cara de aquel niño. Seungcheol y el niño terminaron de jugar al mismo tiempo, y los dos buscaban ese oso de peluche, pero para la mala suerte del niño, Seungcheol sobornó al señor para que dijera que había ganado por un punto. Así que sí, le robaron a ese niño su gran oso de peluche.

—Gracias por hoy.

—Gracias a ti— sonrió y dejó un beso en su mejilla —te acompañaría hasta tu habitación, pero, Jeonghan podría malentender nuestra no cita, sino salida de amigos que se están conociendo.

Jihoon sonrió y asintió —cuando él pierda la apuesta, podrás dejarme en mi dormitorio todas las veces que quieras.

—Así será.

El amor frente al pasado [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora