10; Pasado

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—Veamos una película— sugirió Jihoon.

—Me parece bien, ¿qué propones?

—Mmm...— apretó sus labios y posó una mano en su barbilla, pensando detenidamente —¿algo de terror?

—Pensé que no te gustaban ese tipo de películas.

—No es algo que vea tan seguido, o estando yo solo, pero sí, son muy entretenidas— se encogió de hombros al responder.

—Bien, veamos una de terror, aunque tendrás que protegerme si el fantasma se sale de la pantalla.

Jihoon rió por el comentario y asintió. El sol estaba ocultándose y los dos se encontraban solos en el dormitorio del menor, JeongHan pasaría el fin de semana acampando con Joshua, así que tenían el dormitorio para ellos dos solos por dos días enteros; por lo que SeungCheol planeaba pasar la noche con él por primera vez, para verlo dormir y protegerlo en sus sueños, aunque sabía que terminaría durmiéndose en cuanto se hiciera tarde.

Ya llevaban un año siendo novios, y aunque a veces habían discusiones o diferencias de opiniones, no se arrepentían de haber esperado tanto tiempo para finalmente tomar esa "etiqueta" como suya, pues los momentos felices, el amor, los besos y los abrazos eran más satisfactorios y gratificantes que cualquier cosa negativa.

Al final, optaron por ver una película de alienígenas que llegaban a invadir la tierra, pensaron que sería una buena película de terror, pero terminó siendo sólo un suspenso tranquilo, lleno de más drama que el terror que ellos buscaban al verla.

—¿Te gustó la película?— preguntó SeungCheol, pero al no obtener respuesta miró a Jihoon, quien tenía la cabeza recostada en su hombro —creo que te aburrió— sonrió ligeramente. Trató de acomodar a Jihoon en la cama, pero éste terminó despertado.

—No estoy dormido— dijo aún con los ojos cerrados.

SeungCheol sonrió —ya acabó la película, Jihoonie.

—¿Tan rápido?— frotó sus ojos.

A SeungCheol le parecía tan lindo en ese estado, que no dudó en besar sus labios suavemente. Por otro lado Jihoon comenzaba a despertar completamente con aquel beso, que lentamente se iba intensificando. Las últimas veces que se besan, terminaban sin aire, con sus corazones muy inquietos y sus miradas deseosas cuando al separarse se miraban. Esta ocasión no fue la excepción, pero a diferencia de las tantas veces, esta vez no se quedaron con el deseo.

El mayor terminó recostado sobre Jihoon, besándolo con más intensidad y pasión, acariciando su piel descubierta y tocando nuevas áreas que hasta ese momento, no había conocido. Jihoon no se quedaba atrás, también conocía nuevas zonas en la piel de SeungCheol, explorando las áreas más sensibles para hacerlo sentir mejor.

Luego de varios minutos de estar de esa manera, Seungcheol creyó que ya era suficiente y que si no quería perder el control y tomar a Jihoon como ya lo había imaginado en más de una ocasión, era mejor detenerse.

—No te alejes— murmuró el menor cuando sus labios se separaron, llevó sus manos hasta el cuello de Seungcheol y lo detuvo para que no siguiera alejándose.

—Si no me alejo, perderé el control— musitó sobre sus labios.

—Hazlo, quiero que lo pierdas, y que me tomes.

Sus ojos se miraban fijamente y aquellas palabras lograron que el corazón de Seungcheol se acelerara más —¿estás seguro?

Jihoon asintió con entusiasmo —muy seguro, quiero que me hagas sentir como en las películas.

Seungcheol sonrió y unió sus labios rápidamente —lo haré— se acomodó mejor sobre la cama, sosteniéndose de brazos y piernas sobre Jihoon para comenzar a desnudarlo.

La timidez los invadía a los dos, Seungcheol quería ser suave y demostrar su amor con cada caricia y cada beso, para que la primera vez de Jihoon fuese una gran experiencia. Mientras que Jihoon, al ser un mundo totalmente desconocido, no sabía qué hacer o dónde posar sus manos, pero gracias a Seungcheol, fue guiado en todo el camino.

Sus pieles se erizaban con cada roce, con cada beso, con cada caricia y eso hacía que la temperatura en sus cuerpos aumentara y sus miembros comenzaran a crecer en el interior de su ropa. Seungcheol ayudó a Jihoon para que fuese despojado de todas sus prendas, cada vez que se deshacían de una, el mayor no podía evitar posar su mirada en la tersa piel, admirándola y deseando tocarla, deseando hacer suyo a Jihoon.

Aunque por un instante Jihoon quedó cohibido por la mirada sobre de él, Seungcheol se encargó de hacerlo sentir mejor —eres tan hermoso— murmuró besando la piel sobre el hombro de Jihoon.

—Quiero verte—pidió jadeante, ladeando la cabeza para darle acceso a su piel en el cuello.

Seungcheol no puso oposición a eso e inmediatamente se separó para deshacerse de su ropa, bajo la atenta mirada de Jihoon y las inquietas manos que se deslizaban por la piel que quedaba al descubierto. Regresaron a la posición donde Jihoon se encontraba recostado sobre la cama con Seungcheol encima, haciendo que sus pieles se tocaran, pero siendo cuidadoso de no aplastarlo demasiado. Aquella posición les permitía a sus miembros rozarse cuando ambos movían sus caderas en busca de más fricción y placer.

El mayor hizo todo lo posible para que Jihoon estuviese cómodo y para que el momento en el que introdujese su pene a su cuerpo, no doliera demasiado. Jihoon se deshacía en gemidos, donde lo único coherente que alcanzaba a decir era el nombre de Seungcheol. Las manos del mayor se jugueteaban con placer por la zona, entrando y saliendo de manera suave y tranquila, pues no sólo intentaba dilatar la entrada, sino también intentaba encontrar los puntos más sensibles en el interior de Jihoon.

La mirada de Jihoon perdida en el placer le hizo saber que estaba listo para recibirlo; con amor y aprecio hizo todo lo posible para que Jihoon lo disfrutara al máximo y se olvidara del dolor que sentiría por la intrusión.

—¡Aaaahh! ¡Cheol... Cheol!— sus manos se sujetaron a los brazos del mayor.

—¿Estás bien?— preguntó al detenerse por el fuerte gemido.

—E-eso creo... continua.

SeungCheol asintió, dejó un suave beso en su frente y continuó introduciéndose de manera lenta y suave pata no lastimarlo. Jihoon tenía el ceño fruncido y sus manos seguían aferrándose a la piel de SeungCheol, dejando una posible marca en sus brazos, pero finalmente pudo relajar el rostro cuando el dolor se esfumó, dejó escapar un gemido de alivio y agradeció que el mayor se haya quedado quieto por unos minutos.

Unieron sus labios con ternura, ansiosos por demostrarse el amor que se tienen, SeungCheol comenzó con las estocadas, lentas, suaves y placenteras, robando de los labios de Jihoon los más espléndidos gemidos. Con el pasar del tiempo, las embestidas aumentaban su ritmo y con ello, el éxtasis iba en aumento, ambos se sentían sobre las nubes, flotando en el placer que sus cuerpos les brindaba hasta llegar a sus orgasmos, donde los besos, los gemidos y el pronunciar del nombre contrario estuvo presente en cada instante.

Los dos se miraron y se sonrieron un tanto agotados, estaban totalmente satisfechos, pero más que eso, estaban completamente enamorados del contrario.

El amor frente al pasado [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora