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Torpe, tímido y de pocas palabras.
Realmente no me interesan esa clase de personas.
Pero no puedo juzgarlos del todo... Yo soy peor.
Y aun no comprendo porque le dije algo motivador a alguien así.
¿Porque pensaría que él es diferente?
¿Acaso no quiere lo mismo que todos?
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Dio un corto suspiró cerrando los ojos por unos segundos.
No podía calificar ese día como algo bueno o malo tan solo la palabra "extraño" le daba una aclaración más aproximada a ello.
Karamatsu era todo lo opuesto a él, pero como también igual. Compartían algunas características que no le gustaba mostrar, pero también ansiaba tener. Sentía envidia, pero también quería ver más de eso. No podía aclararse que quería del ojiazul y tampoco es como si pensará que se verían frecuentemente desde ahora.
No tenía que pensarlo mucho, Karamatsu solo era un chico tímido con deseos de ser un popular más de esa aburrida escuela.
– Es un tonto –susurró Ichimatsu para si mismo para luego cambiar a un rostro levemente preocupado– No está acostumbrado a eso... ¿Por qué querría tantos problemas?
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¿Por qué?
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– ¡Ichi! – El nombrado aparto rápidamente la vista de la ventana para después mirar a la persona que lo llamaba. Yanagida se acercaba a él junto con una chica que no conocía y Ran. Ichimatsu inmediatamente al ver a la castaña se puso nervioso.
–¡Que tal chicos! ¿Pasa algo? – el ojiamatista esbozó su habitual sonrisa cuando estaba con sus amigos de la escuela. Las dos chicas lo saludaron de igual manera a excepción de una que tenía un leve rubor en sus mejillas.
–¡Tsukasa-san nos dio permiso de jugar en la cancha! ¿Te unes? Algunos chicos del equipo también estarán ahí – dijo Yanagida entusiasmado mientras las dos chicas detrás de él lo animaban para que los acompañara.
Hacer deportes no era su hobby favorito, era cierto que era muy bueno en algunos, ya que, cuando era niño era mucho más resistente comparado a su hermano mayor y Osomatsu no perdía la oportunidad de hacer de las suyas cuando tenía a su herramienta y transporte para escapar de las terribles travesuras que les hacían a sus vecinos.
Ichimatsu tan solo se limitó a asentir mientras reía con un poco de vergüenza. Dejó su saco en su asiento y siguió a los chicos hacia las canchas del equipo de Voleybol de la escuela. En cuanto salieron del salón pudo sentir un suave apretón en su mano derecha haciéndolo enrojecer por saber quién era la causante.
–Espero que no te eches para atrás solo porque soy mujer – dijo Ran en un susurro que solo Ichimatsu pudo escuchar. Este último trago grueso y asintió con nerviosismo.
Las relaciones amorosas aún eran un campo inexplorado para él. Podía con los piropos y halagos, pues estos implicaban un corto tiempo de conversación con la persona del sexo apuesto pero si se trataba de conocerla o tratar de simpatizar aún más con ella, realmente sentía ganas de salir huyendo por la primera salida que viera.
Por más que lo negará, Ichimatsu era ridículamente tímido por dentro. No había duda. Sin embargo, de algo siempre estuvo muy seguro y es que, no puede engañarse a si mismo. Podía aparentarlo, pero jamás podrá estar conforme con eso. Y el problema es aún más complicado si combinamos ambas cosas en la situación en la que estaba.
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INQUIETO DE TANTO DESEARTE
Teen FictionTu mirada es mágica. Tu cuerpo es una fragancia encantadora. Si lo aceptas o lo niegas. Tu serás mío, mi chico problemático. Créditos de los personajes e imágenes usadas a su respectivo autor.