Parte 6

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— ¿A qué te refieres con que esta hecha piedra? - pregunto Jay.

— Sabía que eras lento, pero no creí tanto - Uma sacudió su cabello —. Está afuera del museo junto con el profesor que enseñaba en el palacio del dragón. Ambos son de piedra.

— ¡¿El profesor Yen Sid también?! - exclamó Jace alterado —. ¿Q-qué es lo que haremos?

— Las dos fuerzas más fuertes del bien fueron vencidas - dijo Harry tomando a su amigo Jace —. ¿Ganaron los malos?

— No - dijo Mal —. Sólo hay un poder más grande que cualquier otro - tomo aire y miró a sus amigos y a Uma —. La brasa de Hades.

— ¿Ah sí? ¿Cómo se la piensas robar a Hades? Nunca separa esa cosa de su mano.

— Tal vez no es necesario robarla - mencionó Mal —. Hay que encontrar a Hades.

— Primero iremos por Doug y Dizzy, quiero estar segura de que están bien - dijo Evie.

— Bien. Carlos, Jay, Harry, Jace y Ben, vayan por la limusina. Los demás iremos por Doug y Dizzy.

— Genial, los veremos allá - Los chicos tomaron el camino a la limusina más cercana detrás de la preparatoria.

— Vamos, no queda lejos - Evie guio al grupo hasta su casa. Al llegar notaron un gran silencio —. ¿Dizzy? ¿Doug? ¿Están aquí? - camino por el pasillo y no había nadie —. Ay... Chicos, por favor.

— Hola - dijo una niña que los villanos reconocían al instante. Celia, hija del Doctor Facilier —. No se asusten, no voy a crear un alboroto - dijo mientras evitaba que Dizzy se cayera del sofá. Dizzy y Doug habían caído dormidos por el hechizo de Audrey —. Mi papá me sacó de la isla cuando cayó la barrera... Me dijo lo que todos los villanos dicen "al fin obtendré mi venganza" ya todos lo sabemos... Pero, sinceramente no quiero eso. Estaba emocionada por algún día ser elegida para asistir a la escuela en Auradon, con Dizzy - ambas eran mejores amigas desde muy jóvenes y para Celia la idea de ser la más mala o estafar nunca fue de su total agrado, cuando Mal y sus amigos se revelaron y decidieron el bien se dio cuenta de que ella podía hacer lo mismo y ser buena —. Si hay algo en lo que pueda ayudar, quiero hacerlo.

— Eso... Eso es muy bueno - dijo Evie —. ¿Y...?

— Tu novio sigue tirado en el suelo. No hay forma de que lo levante - mencionó señalando a Doug tirado en el suelo en la otra sala.

— Oh no... Doug... No tenemos el agua del lago ¿cómo lo vamos a despertar?

— Me recuerda a esos cuentos donde los despertaban con un beso de amor. Wakala - dijo Uma caminando hacía Evie —. ¿Para que quieren agua de un lago? Solo usen la llave.

— Hay un lago encantado cuya agua puede romper hechizos como este... Pero tomará demasiado tiempo ir allá y después volver. Evie, intenta lo del beso.

— ¿Qué? Y-yo no sé... Digo, yo le gustó, por supuesto que yo le gusto ¿cómo no? Y él también me gusta... Pero no sé, ¿y si mi amor no es lo suficientemente fuerte? Quiero decir ¿y si él no me ama lo suficiente? Todo se reduce a un beso... Un solo beso... Un beso

— ¡Ya besalo! - exclamo Uma cuando Evie dio una cuarta vuelta alrededor de Doug sin atreverse a besarlo —. ¿No acaba de decir que es su novio? - pregunto Uma a Mal.

— Yo no digo nada. Ben y yo no nos besamos por primera vez hasta que tuvimos seis meses de relación - agachó la cabeza un poco apenada.

— Cielos... Igual de ridículas - se fue a otra habitación.

— Vamos Evie, anímate - aún parecía indecisa, pero se acercó a Doug y le dio un beso en que trató de transmitirle todo lo que sentía por él. No pareció hacer efecto. Evie parecio decepcionarse, su amor no era... Y Doug despertó. Olviden lo dicho.

— ¿Evie? - bostezo —. No sé... Yo... Estaba trabajando y me dio mucho sueño de pronto.

— Está bien - le sonrío —. Todo esta bien ahora.

— Felicidades Evie - le dijo Mal a su amiga —. Oficialmente vives un cuento de hadas.

—¿Qué es lo que está pasando? - pregunto Doug

— Eh... Te digo luego. Quédate aquí y cuida a Dizzy - volvió a besarlo, está vez con un poco más de ternura —. Adiós.

Evie jaló a Mal y después de llamar a Uma y su tripulación y a Celia se fueron a esperar que llegara su transporte. Mal recibio una llamada de Carlos.

— ¿Chicos?

— ¡TIENEN QUE VENIR AL PALACIO! ¡NO TARDEN! ¡AAH! ¡JAY, HAZ ALGO! (¡HAGO LO QUE PUEDO!) ¡JACE, HARRY AYUDENLO! - se escuchaba un gran escándalo y ¿eso fue un gruñido? Carlos colgó.

— Tenemos que ir al palacio, los chicos parecen estar en problemas.

— ¿Podemos tener cinco minutos sin sorpresas? - suplico Evie acelerando el paso.

Descendientes 3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora