Parte 13

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Ya tenían la brasa en sus manos, ya podían hacerle frente al poder del cetro Ojo de Dragón. Si Audrey quería ser la reina de todo seguramente estaría en el palacio que controlaba al resto. El palacio de la Bestia.

— Bien, ya tienes la brasa - Mal observo la brasa con curiosidad.

— ¿Cómo está cosita puede ser más fuerte que el cetro de mi madre? Hagamos una pequeña prueba - Mal se dirigió a un árbol para que el poder de la brasa lo destruyera. La brasa ardió en sus manos transformando su cabello morado en una combinación de tonos violetas y azules —. ¡Wow! - una corriente de energía le recorrió el cuerpo —. Mi magia... ¡volvió! - Mal utilizo la brasa para destrozar el árbol y en verdad estaba impresionada con su poder —. Necesito mi propia brasa del inframundo.

— ¿Significa que la Mal dragón escupe fuego volvió? Por qué en verdad eso sería útil.

— Nueva y mejorada - afirmó —. Lo que sea que Facilier y Audrey tengan planeado se acabó.

(...)

— ¿Esclavizarla? ¿Lanzarla al mar? Sé que no sabe nadar... Que ridícula. Si, tal vez lanzarla al mar con tiburones sería una buena venganza - pensó en voz alta Audrey. Facilier aún jugaba con sus cartas de tarot prediciendo lo que esperaba sería su nueva vida como rey. Una vez Audrey fuera la auténtica reina del mal, él, como su leal compañero se volvería rey para juntos gobernar Auradon y exterminar a quienes habían arruinado sus vidas.

— ¿Te agradan tus suegros? Digo, para contenerme con sus castigos por que ellos son quienes me enviaron a la isla en primer lugar.

— Ambos son amables conmigo, supongo que le caigo mejor al padre de Ben que a Bella, ella nunca me recibió muy bien, pff pero lastimó a los padres de Ben él se molestará conmigo.

— Que horror ¿eh? -

— No los lastimes ¿bien?

— Bien, bien, bien...

Ambos estaban en la torre más alta del palacio de la bestia. Tenía una vista espectacular, se podía ver la costa de la playa, los jardínes, un gran bosque e incluso la preparatoria.

— He pensado... ¿Es imposible que perdamos? - pregunto Audrey a Facilier.

— Querida, lo único más fuerte que el poder de Maléfica es el poder de la brasa de Hades y él jamás entregaría su brasa, mucho menos a niños buenos que lo primero que harán es devolverlo a la isla.

— Ya veo... - miró el horizonte y se percató de algo extraño —. ¿Una limusina? ¿Ben bestia puede conducir?

La limusina se detuvo frente a la entrada y salieron Harry y Jace.

— ¿Y esos quienes son? - Facilier se asomó y maldijo al ver que eran los hijos de Horacio y Gaspar

— Un peligro para tu reinado, eso es lo que son - la sombra de Facilier se materializó —. Ve y no dejes que se acerquen. Atraves de la fisuras oscuras de las piedras y tabiques que construían el palacio la sombra se movió fácilmente hasta Harry y Jace.

— ¡Wha! - la sombra piso las sombras de ambos chicos y los empezó a arrastrar hasta la torre más alta —. ¡No dejes que te lleve! - grito Harry a Jace

— ¡Resiste! - Jace se sostuvo del marco de una puerta mientras Harry se sostenía del barandal para no ser arrastrado.

— ¡Tenemos que resistir!

Mientras en el exterior Uma, Gil y Harry Garfio habían salido del bosque y comenzaron a lanzar piedras y gritos para captar la atención de Audrey.

— ¡¿Ellos también?! - gruño Facilier —. Los pondré en su lugar - tomo su bastón y bajo corriendo las escaleras. En la entrada secundaria al palacio, oculta por un pasadizo secreto que solo la familia real conocía entraron Evie, Jay, Carlos y Ben. Si se mantenían fuera de los pasillos principales llegarían hasta Audrey sin ser vistos.

Celia salió del bosque cuando vio a su padre posicionarse en frente de los piratas.

— ¿Celia? ¿Qué haces aquí? Te dije que te quedaras en un lugar seguro y cómodo

— Lo sé papá... ¡Pero te vine ayudar! - Uma, Harry y Gil voltearon sorprendido observando como Celia sostenía en su mano una cosa azul similar igual a... Oh no.

— ¿La brasa de Hades?

— Nunca confíes en un villano - le lanzó la brasa a Facilier.

— ¿Cómo pudiste, Celia? ¡Esto no es lo que acordamos! - murmuró Uma

— El complot contra Mal sigue en curso, no te preocupes por eso. No sé como le seguiste el juego tanto tiempo - dijo guiñando un ojo. Los piratas entendieron eso.

— Fantástico trabajo muchachos... Si estuvieran en mi clase les daría un diez por completo - se volteó hacia Audrey que observaba la escena desde arriba —. No te preocupes, la brasa es nuestra. No hay nadie que pueda oponerse a tu reinado - le lanzó la brasa y eso tranquilizó a Audrey.

— Al fin Ben es completamente...

— Mío - esa segunda voz la reconocía por completo. Era la peor persona que Audrey podía imaginarse —. Se acabó Audrey.

— Mal... Justo la persona que esperaba - murmuró Audrey para si misma —. Oh Mal, me temo que no hay nada que puedas hacer para detenerme.

— Sabes que soy inmune al poder del cetro ¿no? Soy hija de Maléfica, ningún poder suyo puede contra mí sangre de dragón

— No necesito el cetro... Tengo la brasa de Hades.

— ¿Eso crees? Mirate las manos.

Audrey volteo hacía su mano y sus dedos y palma estaban pintados de azul, aquella "brasa" era en realidad una piedra pintada.

— ¡No! - grito y observo como Mal se convertía en un gran dragón que sostenía la verdadera brasa en sus garras, con ese poder se hizo aún más grande y su fuego era aún más sorprendente y ardiente —. ¡No te llevaras mi final feliz! - lanzó un rayo hacía Mal, pero no le acertó pues Jay se había lanzado hacía ella en un intento por arrebatarle el cetro.

Audrey lanzó un rayo que impactó contra la pared casi hiriendo a Evie y a Carlos. Mal lanzó una llamarada que solo hizo arder una pequeña parte del vestido de Audrey. Con todos sus amigos ahí era imposible atacar a Audrey sin hacerle daño a ellos. Volvió a transformarse en humana y trató de taclear a Audrey, pero la princesa rosa se quitó a Jay de encima y golpeó a Mal con el cetro, provocando que soltara la brasa de Hades y saliera volando por los cielos —. ¡No! - grito en intento por atrapar la brasa antes de que cayera. Ahora sería un combate sin ventaja contra la princesa.

— ¡¿Qué?! - Facilier al mirar al gran dragón con la brasa de Hades se miró la mano y estaba completamente pintada —. ¡¿Cómo pudiste?! Habriamos conquistado el mundo.

— Yo no quiero conquistar el mundo - dijo Celia y miro a sus compañeros piratas —. Mal, necesita ayuda - dijo al ver que la brasa volaba por encima de ellos y se perdía en la profundidad del bosque.

Descendientes 3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora